Miércoles 30 de julio, 2003. San José, Costa Rica.

Tribuna libre

La neoizquierda

José María Penabad

La neoizquierda

Lula da Silva, presidente de Brasil (170 millones de habitantes), cerró su periplo europeo. En Portugal, el abrazo fraterno a la Madre Patria. En España, pidiendo más inversiones – “no les pido un favor, les ofrezco un negocio”– porque los españoles son los más notables inversores en territorio brasileño.

Pero fue en la capital inglesa donde Lula expuso ante catorce jefes de Estado y de gobierno, de otros tantos países, las líneas maestras de su pensamiento de neoizquierda, ya esbozadas en la reunión del Foro económico mundial de Davos, Suiza

Tony Blair reunió a los actualmente llamados políticos progresistas, en una segunda edición de la cita de 1999, en Nueva York, organizada entonces por el presidente Bill Clinton que, ahora, como exmandatario, fue también invitado a Londres.

Lula afirmó que su antecesor, Fernando Henrique Cardoso, nunca obtuvo un dólar de ayuda del correligionario Bill Clinton, pese a que siempre estaba de visita en Washington. Es ahí donde el mandatario brasileño acentuó la crítica sobre Estados Unidos, que fue contestada por el laborista y premier inglés.

Y lo más novedoso de la doctrina del laboratorio de Blair es que el viejo liberalismo vuelve a la carga, rodeado por los avances sociales del último cuarto del Siglo XX, para establecer que el progresismo de hoy pasa por la amistad con Estados Unidos. Se trata, resumimos a Blair, de la primera potencia del mundo y es, en consecuencia, mucho mejor estar a bien con ella que llevarse mal.

Lula, en fin, estrella del encuentro londinense, figura de relieve en Madrid, que en lo interno busca comida tres veces al día para todo brasileño, abandera una posición de izquierda moderada en sus relaciones exteriores, que muchos analistas califican como la neoizquierda, basada en principios sólidos de menos caridad y más tratamiento justo en la mutuas relaciones comerciales. Caña para pescar y no gratuitos peces.

Ese nuevo rubro ideológico –neoizquierda– que sentó en el debate de la capital del imperio británico, entre muchos otros, al brasileño Lula, al argentino Kirchner, al alemán Schroeder con el mismo Blair, no implica unidad de propósitos, más bien acercamiento de personalidades, saludos personales, reiteración de propósitos.

Aunque hablen de cambio, las responsabilidades compartidas difieren ante los intereses de cada parcela internacional. Los mercados más potentes del mundo, como cabría calificar al conjunto de la Unión Europea y Estados Unidos, tienden a dificultar, cuando no a cerrar las puertas, a la llegada de mercancía de países en vías de desarrollo, el Tercer Mundo, que se enfrentan paradójicamente al nefasto proteccionismo de las naciones ricas.

Héroe iberoamericano, antiguo tornero fresador, sindicalista rojo y cristiano, más persona que Presidente, hombre de sentido común, Lula busca un lugar en los mercados mundiales para Brasil, al tiempo que compagina con Bush su amistad con Castro y Chávez.

Prefiere ser adalid de una nueva moderada izquierda, porque no olvida que perdió un dedo en accidente laboral, recuerdo físico permanente que lo determina como defensor de quienes honestamente sudan el trabajo de cada día. Es lo que ahora se cita como neoizquierda.

En la cumbre de Davos, Lula lanzó su primer grito internacional: ¡Déjennos competir!. Y en ese Foro económico mundial, su organizador y ejecutivo, José María Figueres Olsen, puede asegurar que ya conocía el discurso del Presidente brasileño, porque es, ni más ni menos, que el planteamiento de las ideas de Don Pepe, cincuenta años antes. Es la lucha sin fin....

| PORTADA | NACIONALES | SUCESOS | OPINIÓN | SOCIEDAD | OVACION | EL NORTE |
| INTERNACIONALES | SERVICIOS | USTED OPINA | PURA VIDA | ESCRIBANOS |

© 2003. Periódico Al Día. El contenido de aldia.co.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr

EDICIONES ANTERIORES