Yalile Nassar de Camacho, defensora de las plantas

Dama de la Natura

Fundó el Club de Jardines de Liberia donde inculcó el amor por las plantas y más aún por los árboles que crecen en las tierras donde se escucha el ¡güipipía!

Cuando doña Yalile Nassar de Camacho habla de la plantas lo hace con tal propiedad que cualquiera diría que es hija de la madre naturaleza.

Se nota que ama tanto a los árboles como a las flores y para darse cuenta basta ver cómo cuida el jardín que tiene en su casa, en los alrededores de San Pedro, San José.

Pasión que llevó a esta maestra pensionada a fundar el Club de Jardines de Liberia, en 1958 y luego ser miembro en San Ramón y del del Club de Jardines de Costa Rica, en el que fue presidenta y hoy es la actual secretaria.

Doña Yalile asegura que heredó su interés por las plantas, y en especial su lucha por la tala indiscriminada de árboles, de su esposo, Carlos Camacho, ingeniero agrónomo, que falleció hace ya 20 años.

Juntos llegaron a las tierras del sabanero, en el '58 cuando aún sus tres hijos eran pequeños: Gerardo, Carlos y Fernando. Enamorada del lugar doña Yalile se propuso inculcar ahí la idea de sembrar para la conservación de la zona.

Además, de educar a los liberianos para chinear y aprender todo sobre el cuidado y mantenimiento de las verdes.

Esta dama, de 75 años, no oculta su secreto para darle vidas a las que considera sus amigas: las plantas.

En las mañanas, dice les pone música instrumental y con ellas asegura, las pone de buen humor y "bellísimas".

Tam bién acostumbra a hablarse y alagarlas cuando florecen o levantan sus hojas.

A doña Yalile le gustan todas las plantas aunque confiesa le atraen las tropicales como las heliconias de diferentes fomas, tamaños y colores.

Si alguien le pide consejo no titubea y de inmediato empieza a mencionar como si fuera una biblioteca parlante los nombres de las flores, por ejemplo que pueden "pegar" dentro casa o fuera de ella. Así como aquellas que atraen a los aves, entre ellas mariposas y colibríes que cada vez se ven menos, dice con tristeza.

Cuando una planta no levanta cabeza, dice hay que analizar tres cosas: la cantidad y el numero de veces que se está regando, la luz que recibe y donde se coloca.

Por eso, Hay que observarlas. Si no florecen o se les queman las hojas intente cambiarlas de lugar hasta que encuentren donde sentirse bien y prosperarán.