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 Nacionales Martes 28 de marzo, 2006, San José, Costa Rica.
 

John Biehl Director de Asuntos Políticos OEA

"Costa Rica debe votar el TLC y votarlo pronto"

Tras "amarrar" un encuentro, el viernes, entre sus amigos Óscar Arias y Ottón Solís, ve "absurdo que ellos rehúyan el diálogo"

Sylvia Alvarado Marenco

Con un llamado al país a votar pronto el TLC partió ayer de vuelta a la OEA, en Washington, John Biehl, amigo y exasesor de Óscar Arias y Ottón Solís.

En entrevista con Al Día, y tras "amarrar" una cita de reconciliación entre ambos políticos, Biehl los presionó a dialogar, exhortó a Arias a atender los llamados de la sociedad civil; y a Solís, a hacer una oposición constructiva.

"El poder corrompe, afecta y además es muy duro; no es para disfrutarlo, es para sufrirlo, más cuando se toma con gran responsabilidad y hay que hacer cosas impopulares".

"Óscar y Ottón tienen grandes coincidencias; si hay dificultades para que las apliquen, ya es porque todavía hay muchísimas heridas abiertas de la campaña".

¿Qué pasa en Costa Rica, si nos quedamos sin TLC?

Eso tiene que definirlo el país, pero sí creo que no se puede discutir indefinidamente. Hay que votar en el Parlamento, una vez que esté agotado el debate. Ottón y Óscar pueden tratar de compartir la mayor información posible, pero Costa Rica tendrá que votar y votar pronto.

¿Cree que es viable renegociar el TLC?

Es natural que cada pueblo busque negociar en las mejores circunstancias posibles, pero hay que ver el contexto de un Estados Unidos con fuertes problemas internos, ser realista para hallar el término medio y ver cómo me conviene más a mí entrar en ese mundo global.

¿Qué debe hacer Arias?

Conducir, no puede renunciar a su liderazgo ni al norte por el cual fue elegido. Las limitaciones que tenga, ojalá sean pactadas con la oposición. Va a tener que escuchar, y la oposición transigir, y eso Ottón lo entiende muy bien. Él sabe que las cosas no pueden dilatarse por siempre, y deben dirimirse por el voto de las mayorías.

Como en el tema del TLC.

Exactamente. Hay un tiempo de campaña, un tiempo de diálogo y un tiempo de acción. Es justo que el costarricense tome los tiempos prudentes para tomar el ritmo del mundo actual y poder, en su momento, dirimir por el voto.

¿Cómo ve la oposición de los sindicatos a Arias?

Ellos van a hablar. Hay temas, como el TLC, que requieren ser discutidos con cierta calma. Pasado el período electoral, hay que olvidar las etiquetas y compartir los análisis que son mejores para Costa Rica. Ojalá este país sea ejemplo, de nuevo, de todo lo que se puede hacer en democracia.

¿Con la sociedad civil?

Costa Rica tiene una sociedad civil bien organizada, que probablemente ha estado fuera del diálogo por mucho tiempo, pero debe volver a reentenderse con el poder político, pues éste no es un país desarticulado.

La cita

¿Vino en misión de la OEA o como amigo de ambos?

Como funcionario de la OEA y a petición de Óscar, quien llamó para tener ayuda.

¿Él lo llamó a usted?

No, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, lo llamó para felicitarlo, y Óscar le contó que tenía problemas, que había ganado más estrechamente de lo que él pensaba, y que tenía interés en construir un diálogo que le permitiera gobernabilidad al país. El Secretario le prometió toda la ayuda del mundo, y después vino una carta de Óscar que fue sorpresiva para todos.

¿No sabía que lo había ofrecido como testigo de honor?

A mí no me consultó, pero sé que lo hizo de muy buena fe. Esa carta se transformó después en una llamada al Secretario, en la que pidió que yo viniera a tratar de ayudar en esa búsqueda de gobernabilidad.

¿Cómo convenció a Ottón de ir a Rohrmoser?

Me bajé del avión y fui a buscarlo. Conversamos largamente de todo, de por qué no avanzan las cosas en Latinoamérica, de que hay que aprender a negociar. Es que nada puede ser más negativo para la democracia que negar el diálogo. Antes, la forma de hacer política era ganar poder destruyendo al gobierno de turno, ahora está surgiendo una nueva forma. A nosotros, como organismo internacional, nos encantaría que parte de esa nueva política que es Ottón, y de ésa que es Óscar, produzca cosas innovadoras y sea ejemplo para Latinoamérica. Parece un absurdo que dos fuertes baluartes de la democracia costarricenses rehúyan el diálogo.

¿Se va optimista tras la cita?

Me voy contento. Ellos se van a juntar solos.

Difícil panorama

¿Sigue en contra de la reelección?

Podrá haber excepciones, pero siempre he pensado que la reelección, más en sistemas presidenciales, es mala y mucho más grave en un país en que casi todo está en manos del Estado.

¿Qué le augura a Costa Rica con un presidente reelecto?

No me meto en eso, porque cada pueblo tiene autonomía y es soberano de no negarse a la reelección, pues tiene personas muy queridas o por otras razones.

Pero usted le aconsejó a Arias no volver a la política.

Es verdad. Hace muchos años, cuando él planteó este tema muy seriamente en un grupo grande de sus amigos, todos estuvieron de acuerdo. Yo me disculpé y me retiré, primero, porque no soy tico y porque estaba en contra. Le recordé a Óscar, porque la amistad significa hablar con franqueza, que él había encabezado el evitar que hubiese reelección para Oduber.

¿Ahora le sorprendieron los resultados electorales?

Sí, igual que a todo el mundo, porque las encuestas indicaban otra cosa. No puedo hacer un juicio porque no estuve en la campaña.

Cuando se contaban los votos, ¿su corazón estaba dividido a la mitad, dado que los dos son sus amigos?

Con los dos tengo gran amistad, aunque con Óscar es más vieja y han pasado problemas personales más profundos. Me imagino que los dos deben haber sufrido muchísimo.

¿En qué sentido?

Óscar tenía razones para creer que podía ganar holgadamente, y pienso que debe dolerle, por él y por el país, no haber tenido una victoria más holgada para poder gobernar mejor; y Ottón, porque legítimamente pudo haber tenido gran optimismo y debe haber sufrido mucho al ver que estuvo a punto de lograrlo.

¿Y de qué lado estaba usted?

Esto es una democracia, ganó Óscar y tiene que poder hacer gobierno ahora, logrando gobernabilidad con una oposición constructiva. En Chile, fui ministro cuando Pinochet todavía era comandante, y, con Ricardo Lagos, tuvimos que sentarnos en una mesa con un señor al cual despreciábamos, pero había que dialogar.

¿Ese mandato débil le complicará las cosas a Arias?

No le va a ser fácil, pero creo que ésta es la hora para que surja un nuevo modo de hacer oposición, en que se le gane a un gobierno por ser mejores, y no por oponerse a todo. Confío en la capacidad y experiencia de Óscar y Ottón, y en este país, que es un gran ejemplo.

¿Aun después de los escándalos de corrupción?

Es muy difícil pensar en otro pueblo que tenga acusaciones de corrupción tan serias, y las pase de manera tan civilizada, sin un muerto, sin un vidrio quebrado. Eso demuestra una cultura y fortaleza interna muy grandes, y confianza en las instituciones.

¿Igual, tras las elecciones?

Afuera se hablaba con gran sorpresa de que Ottón Solís, un hombre prácticamente desconocido, con un partido nuevo, podría derrotar a un premio Nobel de la Paz. Corrían rumores de que podría correr sangre, pero nadie los creía. Se sabía que aquí, si tenían que contar los votos tres meses, se iban a esperar dignamente.

Foto: 1219526
Biehl dijo que vino a ayudar, "no a descubrir el agua tibia", porque los ticos somos expertos en buscar el diálogo.
José Rivera

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