Domingo 19 de octubre de 2008, San José, Costa Rica
Nacionales | El ambiente es callado pero la experiencia de ir es muy entretenida
Hable “bajito” y disfrute de esta gran biblioteca
Institución cumple 120 años y se moderniza
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    En la biblioteca hay 700 mil títulos. Fotos de Meilyn Aguilera.
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    Si la visita en estos días encontrará en exhibición esta reliquias. A la derecha una Biblia de 1702.
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    Las fichas de los libros, hechas a mano, se conservan con sumo cuidado en una de las salas. Son un tesoro.
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    La biblioteca se trasladó en 1971 a a este edificio, ubicado frente al Parque Nacional. Abelardo Fonseca.
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    No se engañe por los puestos vacíos. En sus grandes salas siempre hay gente estudiando o leyendo.
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    A partir de mañana los usuarios podrán disfrutar de estas computadoras con acceso a Internet.
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    Los periódicos antiguos son de los más buscados. La biblioteca abre de lunes a viernes de 8 a.m. a 4 p.m.

Alejandro Arley Vargas
aarley@aldia.co.cr

Pongo un pie adentro del edificio y de inmediato empiezo a susurrar. Es mecánico, todo el mundo baja la voz cuando llega a una biblioteca así que no quiero ser la excepción.

Su cuerpo de cinco pisos y seis mil metros cuadrados es reciente, pero su alma cumplió 120 años el 13 de octubre. La Biblioteca Nacional Miguel Obregón es un pasaporte al pasado de Costa Rica y el mundo.

Margarita Rojas, directora del Sistema Nacional de Bibliotecas (Sinabi), es la guía de este “tour” en la casa de 700 mil libros, periódicos y revistas, entre otros.

Cerca de la entrada, nos reciben las reliquias. Un libro de 1548 y escrito en latín sobre la historia de Roma y una Biblia de 1702.

Libros van y vienen. El ajetreo es sigilosos pero notorio. todo el trabajo recae en 29 funcionarios, la mayoría mujeres.

Seguimos en la sala García Monge, a la derecha de la entrada principal. Sobresalen dos estructuras metálicas negras y en forma de “x”.

Son los refuerzos que se le pusieron en el 2001 pues el edificio aún resentía las consecuencias de temblores y el terremoto de Limón una década antes.

El ambiente silencioso es una invitación a concentrarse.

Dos mujeres estudian en una mesa llena de papeles y otra aprovecha el acceso a Internet inalámbrico para conectarse con su computadora portátil.

“Nos hemos modernizado. El lunes (hoy) estrenamos diez computadoras con acceso a Internet” , comenta Rojas.

Las buenas noticias siguen. Cuenta Rojas que en dos semanas habrá un mobiliario nuevo para que los usuarios puedan ver películas o escuchar música o audiolibros que hay en los estantes.

En 29 discos compactos puede escuchar “El Quijote de la Mancha”, en vez de leerlo.

Miles llegan por año

El mito de que las bibliotecas pasan vacías no aplica en la nacional. Unas 80 mil personas la visitan al año, es decir 219 por día, según los datos del Sinabi.

“A eso súmele las llamadas telefónicas y consultas de información por correo electrónico que nos llegan de todo el mundo”, relata Rojas.

En otras de las salas de la planta baja, Valeria Morales, estudiante de historia de la UCR, lee con detenimiento el Diario de Costa Rica de 1943.

Sus páginas amarillas abren la puerta a una Costa Rica distinta. “Leo sobre la guerra del 48 y los años previos. Estoy ayudando a un profesor con su tesis doctoral”, mencionó la joven de 21 años.

El recorrido sigue en voz baja y mirada atenta.

Primero vamos al área de conservación y restauración, donde con maestría y paciencia, varios profesionales repararan hoja por hoja los libros dañados (ver nota adjunta).

“A veces tardo 22 días en un tomo”, subraya David Calderón.

La ruta toma tintes oscuros y llegamos al sótano. Aquí la guardada de “chunches” es cosa del pasado.

La construcción de la sala de colecciones especiales marcha bien. Ahí se pondrán joyas como los periódicos del siglo XVIII y XIX y los libros costarricenses anteriores a 1950.

Esta sala tiene un piso de diez centímetros de concreto, especial para soportar estantería que se desliza sobre rieles. Además tendrá aire acondicionado, luz especial sensible al movimiento y alarma contra incendios.

Subimos ahora al área donde cuatro bibliotecarias clasifican por temas las publicaciones de todos los periódicos y semanarios del país. Labor titánica.

El recorrido termina pero sé que voy a volver. ¿Usted ya fue?

Empezó en la Santo Tomás

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El antiguo edificio de la biblioteca.
Cortesía Sinabi.

La historia de la Biblioteca Nacional inició en la Universidad de Santo Tomás, comentó la directora del Sistema Nacional de Bibliotecas, Margarita Rojas.

Un decreto del 13 de octubre de 1888, estableció que la biblioteca de esa casa de enseñanza, se constituiría en la nacional.

El 15 de julio de 1961, otro decreto le dio el nombre de “Miguel Obregón Lizano”, quien fue director de la institución.

Entre los años 1906 y 1907, durante la administración de Cleto González Víquez, se construyó un edificio de la Biblioteca Nacional que se ubicaba en San José centro, calle 5, entre avenidas 1 y 3.

El inmueble se demolió y en 1971, bajo la administración de José Figueres Ferrer, se trasladó la biblioteca a su nuevo edificio, ubicado en el costado norte del Parque Nacional.

Ese mismo año pasó a formar parte del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes.

Actualmente se trabaja en proyectos para la modernización y reparación.

El próximo año, el ICE cambiará toda la instalación telefónica y eléctrica con una inversión de ¢300 millones. También se cambiarán las luces.

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