EFE y diario Última Hora*
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Paraguay.- Más de uno quedó desconcertado. A poco de cumplirse un año de su victoria electoral (20 de abril) y con un Gobierno que por momentos no encuentra un rumbo fijo, el presidente paraguayo Fernando Lugo sufrió el peor golpe hasta ahora.

Lo llevaron a la justicia para que reconozca a Guillermo Armindo Carrillo, un niño de casi 2 años –los cumple el 4 de mayo– fruto de una relación con Viviana Carrillo, una joven de 26 años, quien hasta hace dos semanas vivía en el anonimato.

El documento de la demanda que consta de ocho páginas y lleva las firmas de dos abogados y de Carrillo, expresa en una de sus partes que la relación entre Lugo y ella empezó hace 10 años.

“Siendo muy joven (tenía 16 años), aproximadamente en el 2000; y al tiempo en que realizaba mi preparación para efectuar mi confirmación dentro de la religión católica en la cual fui bautizada por mis padres, conocí al obispo Fernando Lugo en el Departamento de San Pedro de donde soy originaria, cuando vivía en la casa de la señora Edith Lombardo de Vega”, señala el escrito.

Este continúa explicando que aparte de acompañar a la demanda con fotografías y el certificado de confirmación firmada por el entonces Obispo.

“Desde aquella tierna edad, el demandado me sedujo y empezamos a tener un relacionamiento amoroso, el cual se inició porque él se quedaba a dormir en la casa de mi madrina Edith”.

“Todo se inició una vez cuando le llevé las ropas de cama a su habitación, y al preguntarle si necesitaba algo más, él me dijo que sí, que a mí era a quien él necesitaba, siendo a partir de ese momento constante su acoso, hasta que debido a mi corta edad e inexperiencia, fui seducida”.

Carrillo detalla en la denuncia: “su forma de hablar, sus palabras bonitas, sus expresiones bellas, las promesas que me hizo de renunciar a su cargo por mí, compartir una vida conmigo, que tuvieramos muchos hijos y formáramos un hogar, habiendo sido él mi primer y único hombre, por eso terminé cautivada”.

Explica luego que “poco tiempo después, al sospechar mis padres y mi madrina lo que estaba ocurriendo, todos mis familiares y personas cercanas me dieron la espalda, diciéndome que eligiera vivir en el pecado (por estar con un sacerdote) o que me arrepintiera y me olvidara por completo de lo que había pasado”.

La mujer relata luego que el motivo que detonó su demanda fue la desatención en la que Lugo tenía al hijo y expresa que una vez discutiendo sobre el asunto “me dio un golpe en la cara”, molesto porque le dijo que al parecer, él no quería al niño.

Relación es del pasado

El presidente de Paraguay afirmó que la relación con la mujer y madre de su hijo Guillermo, pertenece al pasado, según declaraciones dadas a la televisión local el pasado 14 de abril.

Cuando el conductor del programa del mismo nombre, el periodista Humberto Rubín, le insistió al mandatario sobre si la pareja “ya fue”, Lugo respondió enfáticamente con un “sí”.

En contrapartida, aseguró que “sin ninguna duda” apoyará económicamente al menor “cumpliendo respetuosamente todo lo que corresponde a un padre y trabajar también porque este niño y muchos otros se merecen un futuro diferente y mejor”.

* Reproducción autorizada del diario Última Hora de Paraguay.

Ni el primero, ni el último caso

EFE.- El caso del presidente Fernando Lugo no es único por su condición de exreligioso, tampoco su paternidad es una situación inusitada en América Latina.

Otros mandatarios y expresidentes de la región han tenido hijos sin estar casados o estando casados, por fuera del matrimonio.

El gobernante brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, reconoció desde su nacimiento una hija, Lurian, que tuvo con Miriam Cordeiro, quien fue su novia después de haber enviudado de su primera mujer.

Otro caso es Evo Morales, que nunca ha estado casado pero tiene dos hijos de dos relaciones diferentes: Eva Liz, de 13 años, y Álvaro, de 11.