Domingo 19 de abril de 2009, San José, Costa Rica
Nacionales | Museo de los Niños cumple 15 años
De prisión a castillo de risas y juegos
La antigua Penitenciaría Central ahora es un sitio de diversión
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    El Museo de los Niños cumple 15 años el próximo 27 de abril. Fotos de Rafael Pacheco.
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    El robot del astronauta Franklin Chang tendrá mejoras técnicas, pero su apariencia se conservará.
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    En la sala del INS, los chicos aprenden sobre incendios y seguridad.
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    El helicóptero es una de las atracciones más buscadas por los pequeños. Todos se preguntan ¿cómo lo pusieron ahí?
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    Stephanie y Josué Ortega Mora, de Cañas, Guanacaste, se asustaron y rieron en el simulador de temblor.

Alejandro Arley Vargas
aarley@aldia.co.cr

La fila es larguísima. Afuera hay más de 200 chiquillos inquietos con ganas de entrar en carrera al enorme castillo amarillo.

Es la mañana del miércoles 15 de abril y hay un sol radiante.

Son alumnos de la escuela Roberto Cantillano Vindas de Ipís de Goicoechea y los escolares del Colegio Científico Reina de los Ángeles de Desamparados.

Veo sus caras, los escucho hablar y sé que la inmensa mayoría ignora el trágico pasado del sitio donde esperan divertirse.

Desconocen que los coloridos salones y pasillos del Museo de los Niños fueron antes oscuros y lúgubres calabozos de la Penitenciaría Central.

El sitio al que ahora todos se mueren por entrar, era una cárcel de la que todos quería salir; guarida de peligrosas bandas criminales como “Los hijos del diablo”.

“La Peni”, como se conocía, cerró sus puertas el 20 de diciembre de 1979. Tras un período de abandono, hace 15 años se convirtió en el Museo de los Niños.

El edificio también es sede del Auditorio Nacional y la Galería Nacional. Cada año, solo al Museo ingresan 250 mil personas.

Jugar hasta el cansancio

La primera parada es la sala de vídeo. Un par de actores, vestidos como ancianos, explican de forma amena y cómica la guerra contra los filibusteros de 1856.

El universo, el Sistema Solar y el robot del astronauta Franklin Chang esperan en la sala contigua. Estas atracciones van a ser modernizadas, según me cuenta la directora ejecutiva del Museo, Fabiola Rodríguez.

Las risas y gritos de los escolares se escuchan por todas partes.

Son 37 aposentos con temas distintos y sé que no me va dar tiempo de recorrerlas todas.

Sigo por la sala del bosque y la zona marina. Culebras y peces idénticos a los de la película “Buscando a Nemo”, despiertan admiración entre los niños.

Al aire libre la emoción es mayor. Los visitantes se pueden subir en un helicóptero verdadero, apreciar la nariz de un avión incrustada en una pared y abordar un tren real.

“Es mejor que sea un museo para los niños y no una cárcel”, me dice sonriente Juan Daniel Espinoza, de 11 años.

Una de las salas más visitadas es la “Casa de las Torrejas” que está construida con una inclinación de 20 grados. Además de la graciosa sensación de mareo, los sentidos se engañan por completo.

El guía Mauricio Oconitrillo nos muestra una mesa de “pool” inclinada debido al desnivel del piso. El asombro de todos llega cuando suelta una bola y ésta empieza a rodar hacia arriba.

“Lo que más me gusta es la casa inclinada. ”, cuenta Jean Carlo Ramos Sánchez, de 10 años.

Me voy para la “Granja de don Aníbal”. Emús (aves similares a las avestruces), ovejas, gallinas y conejos ser roban las miradas.

El “tour” continúa. Los niños aprenden sobre arte, el antiguo Egipto, ahorro de agua, higiene personal, música, reciclaje, electricidad, cómo usar un banco y cómo comprar en un supermercado, entre muchas cosas más.

Otras de las salas favoritas son los estudios de televisión y radio.

Para los jóvenes hay un espacio donde pueden navegar en Internet, escuchar música, ver vídeos o películas.

No me alcanza el espacio para contarle todo lo que vi.

La invitación está abierta para que vaya. Los niños pagan ¢800 y los adultos ¢1.100.

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    Escena de pánico del motín de 1979, captada por el fotógrafo José Venegas, que le valió el Premio SIP. Archivo.
Doloroso pasado en donde reinaba el terror

El edificio del Museo de los Niños sirvió como sede de la antigua Penitenciaría Central de San José. Funcionó durante 70 años.

“La Peni” albergó historias que reflejaban las condiciones deplorables de la vida de los reclusos, según dice la reseña histórica del Museo de los Niños.

El 20 de diciembre de 1979, durante el gobierno de Rodrigo Carazo, se cerró definitivamente la llamada “vergüenza nacional”.

Construida en 1909 el costo de la obra en aquel entonces fue de ¢587.424.

Es propiedad del Ministerio de Justicia y fue declarado de Interés Histórico Arquitectónico, el 18 de agosto de 1993.

Daños producidos por un terremoto y una explosión, unidos al aumento de la población carcelaria, provocaron que perdiera la capacidad de albergar a tantas personas.

Con ello, se deterioró la estructura y la condición moral, emocional y física de los reos.

En 1948, la guerra civil hizo que muchas personas fueran apresadas en “La Peni” por sus ideas y acciones políticas.

A partir de 1950, la prisión empezó un período crítico de deterioro.

Había promiscuidad, consumo de drogas, suciedad, ocio, falta de agua y los presos tenían una pésima dieta.

Indica la reseña histórica que a partir de 1960, se vivió uno de los períodos más denigrantes en la Penitenciaría.

Las condiciones infrahumanas se agravaron al punto de que la vida dentro del penal dejó de tener valor. La prensa denunciaba que una cárcel para 350 personas albergaba a mil.

Bandas como “Los hijos del Diablo”, “Los escorpiones negros”, “Los nietos del demonio”, sembraron terror en la Penitenciaría y fueron responsables de verdaderas masacres.

Tras el cierre, la cárcel quedó en abandono, luego se transformó en Museo durante la administración de Rafael Ángel Calderón Fournier (1990-1994).

La exprimera dama Gloria Bejarano fue la principal impulsora del proyecto.

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    Sebastián Díaz de Puerto Rico, visitó el museo.
Semana de pura fiesta

El 23 de abril inician las actividades de aniversario con la “noche de sueños y pantuflas”. Los niños podrán visitar el edificio en pijamas de 6 p.m. a 9 p.m.

El sábado 25 y domingo 26 de abril habrá queque gigante por la tarde cuentacuentos, payasos y obras de teatro.

La noche del 26 se realizará el concierto “de los quince” con artistas nacionales como “Pato” Barraza.

El 30 de abril se presenta el grupo internacional “Pópera”. Más información en www.museocvr.org y al 2258-4929.

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    Fabiola Rodríguez. Directora del Museo de los Niños
“Vienen cosas nuevas”

¿Modernizarán algunas salas del museo?

Vamos a renovar la sala del espacio y el robot de Franklin Chang. Habrá paredes y pasillos luminosos que se enciendan al contacto. También vamos a incorporar vídeojuegos educativos. El plazo que nos hemos fijado es un año.

¿Cuál es el proyecto más ambicioso?

Crear el Museo Penitenciario para enseñar historia del lugar y valores.

¿Les ha afectado la crisis?

Sí, en el patrocinio.

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  • Transformación de la Penitenciaría a Museo. Video: Alejandro Arley.

 
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