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Lunes 2 de abril de 2012, Costa Rica
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La Liga dio un golpe de autoridad en la “Cueva”

Fue un rugido del alma

Hermes Solano, redactor

hermes.solano@aldia.co.cr

Tibás. - Rugió Cristopher Meneses, también Froylán Ledezma. Rugió todo Alajuelense en la “Cueva” con la victoria de 2-0 que lo mete de lleno en la pelea por clasificar a semifinales.

La Liga dejó atrás su mal momento, sumó su cuarta victoria consecutiva y dio un golpe fuerte que le dolió en lo más profundo a un cuadro saprissista que vio profanada una vez más su casa.

Los que dieron a Alajuelense como muerto hoy tienen que tragarse sus palabras.

Quizá eso mandaron a decir Meneses y el “Cachorro” en sus celebraciones junto al resto de sus compañeros.

Ledezma lo hizo con mayor sentimiento, con sus dos manos en las orejas, sacándose de encima las críticas por su prolongada ausencia en el torneo y las dudas que se generaron alrededor suyo.

Se sacó toda la bronca y mandó a decir ¡presente!

El clásico para Alajuelense era una prueba de vida y la superaron con creces. Supieron aguantar el vendaval morado en la inicial y supieron golpear de muerte en la etapa complementaria.

El partido fue bueno, digno de un clásico, y eso queda en claro con los 17 remates directos que hubo por parte de los dos equipos, que exigieron a Patrick Pemberton y a Víctor Bolívar a grandes intervenciones. Eran ellos las figuras del encuentro, hasta que aparecieron los goles.

Errores que se pagan

Se equivocó Alexandre Guimaraes al sacar a Jordan Smith y mandar a la derecha a Alexander Robinson. El “Machillo” Ramírez se avivó de eso y mandó el ataque manudo por ese sector.

Por ahí llegó el gol de apertura, en el que también se equivocó Wálter Centeno. Le hizo falta a Juan Gabriel Guzmán y como si con él no fuera la cosa, dejó que Luis Valle lo madrugara, cobrara rápido el tiro libre que decantó en el gol de Meneses.

Fue una jugada de “pillos” la de los manudos, quienes agarraron mal parados a sus rivales y se aprovecharon para poner el partido donde ellos querían.

Con el 0-1, Saprissa echó toda la carne en el asador, pero el balde de agua fría llegó a tres del final.

Lo hizo el “Cachorro” mandando temprano para la casa a una afición morada que pidió la cabeza de “Guima” y vio al archirrival montar su fiesta.

Aunque tenía seis partidos sin perder y tres victorias seguidas, el triunfo de ayer hizo que la Liga se sacara toda la rabia acumulada en el torneo. Fue un rugido desde el alma para un cuadro manudo que está más vivo que nunca.

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