Deportes
Domingo 15 de abril de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

Columna de opinión

La Bella y la(s) Bestia(S)

Antonio Alfaro

Editor

La Bella intentaba soportar el calor. Entre disputa y disputa, se ponía una bolsa de hielo en la nuca y alrededor del cuello. Otras tantas la colocaba sobre su cabeza, con la esperanza de bajarle la temperatura a un Miami que a la 1 p.m. aún ardía, poco amigable para un partido de tenis. La Bella (Sharapova) parecía derretirse, en plena final del Sony Ericsson, hace un par de semanas. Este mortal, en el palco de prensa, a la sombra, tenía suficiente calor como para no entender que hacían dos tenistas disputando un título a esas horas.

Menos debía entenderlo la joven que unas cuantas gradas más abajo, a pleno sol, por poco se desvanece ante un golpe de calor. Le echaron agua, le hicieron viento, la sacaron de los graderíos para evitar algo peor.

Allá abajo la acción debía continuar sin quejas, entre la Bella y la polaca Radwanska.

¿Por qué una final de un torneo tan importante jugándose a la peor hora?

Un periodista cercano me despejó la incógnita. No estaba tan difícil en realidad: la televisión. El canal con los derechos de transmisión reservó el horario nocturno, el de mayor audiencia, para un par de partidos de Grandes Ligas o de la NBA (ya no recuerdo bien). Al tenis le correspondía entonces atrapar al público del mediodía.

¡Y yo que de ingenuo pensaba que eso solo sucedía en Costa Rica! Con fútbol a toda hora, incluyendo la peor, se le saca provecho a los contratos de exclusividad. Entiendo, no comparto. Aunque es justo admitir que de vez en cuando está apareciendo jornadas, como la presente, sin un solo partido al mediodía. ¡Entonces sí es posible sacarle el jugo a las transmisiones sin derretir el deporte!

No intentarlo, parecería ganas de encarnar el cuento, aunque no tengamos Bellas y en cambio sobren las bestias.