Deportes
Lunes 13 de agosto de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

Londres 2012 cerró con Música, Pólvora y Nostalgia

Una imagen para una vez en la vida

Antonio Alfaro, enviado

analfaro@aldia.co.cr

En un oscuro puente está Les. No tuvo 655 libras (casi 508 mil colones) para el boleto más barato que Londres 2012 ofrecía hace un par de meses en Internet, para la Ceremonia de Clausura, pero igual no quiere perderse un momento tan especial. Quizás único en la vida.

Apoyado en un muro se satisface entonces con mirar a los lejos, desde el puente, el iluminado estadio olímpico, teñido de azul, con algunos cambios de tonos, según el espectáculo, tan cerca y tan lejos, a unos dos kilómetros de su barrio, Hackney Wick.

Su recompensa serán los fuegos artificiales, si acaso están en el programa. “El otro día estuve aquí cinco horas para solo dos minutos”, comenta Les, referiéndose a la Ceremonia de Apertura. Y ahí está de nuevo. Lo entiendo: no es cuánto vea, sino ser parte del momento, contarle a los nietos sobre Londres 2012: ¡desde aquí se veía el estadio iluminado...!

A lo mejor, con suerte, escuche levemente algunas canciones, pues la Ceremonia de Clausura, que de ceremonial tiene poco, es más un concierto, esta vez un recorrido por la música británica. John Lennon cantaría “Imagine” (en espíritu y en las pantallas gigantes), las Spice Girls y George Michael harían bailar... Sonaría la “Rapsodia Bohemia” de Freddie Mercury. Cantaría Londres. Se desgalillaría. Se abrazaría. Y mientras llega el momento, converso un poco con Les, hago un par de fotos que él, con expectativa, me pide ver. Prometo enviarlas. “Nice to see you”.

Sigo camino al Centro de Prensa, donde también, como él, veré la clausura a distancia estando tan cerca. Pasa una canción tras otra por las pantallas de televisión y de vez en cuando, si alguien abre la puerta que comunica a la sala de redacción con un restaurante convertido en bar, ingresa el coro a todo galillo de quienes cerveza en mano se unen a los coros del espectáculo.

La fiesta llega a lo más y mejor hasta que el estadio explota en pólvora. Las bengalas se elevan por lo alto, cortinas rojas de fuegos artificiales rodean del estadio, salen del techo, se esfuman en el aire. Me acuerdo entonces de aquellos Les o las familias que a la par del río sacaron mesas y bocadillos para disfrutar el momento.

Luego todo queda en el más absoluto silencio. Se acabó Londres 2012. Me tengo que ir.