Domingo 29 de enero de 2012, Costa Rica

Estadio Nacional

César entrenó a los ticos

Isaac Lobo

ilobo@aldia.co.cr

Definitivamente los perros no son el problema, son sus dueños quienes no saben tener una relación con estos.

Esa fue la conclusión a la que llegó el público que anoche escuchó con mucha atención a “El Encantador de perros” en el Estadio Nacional.

César Millán apareció en tarima a las 8:10 p.m., imprimiéndole más emoción al público vistiendo una camiseta de la selección de fútbol.

El mexicano con un gran sentido del humor, gestos y mucha crítica habló de los malos hábitos que tienen las personas a la hora de tratar a sus mascotas.

En todo momento estuvo acompañado de Junior, el pitbull que lo ayuda dar su mensaje de obediencia y de mente equilibrada.

Fue un monólogo, con teatro, imitaciones de ladridos y una burla sana de lo “ridículos” que pueden ser algunos con sus amigos y compañeros de cuatro patas.

“El valor que el perro le da la vida es simple, pero el ser humano no sigue ese respeto hacia la naturaleza, hacia los perros, por eso el animal desarrolla agresividad”, explicó Millán.

Muy ameno

Al inicio se presentó una pequeño biografía de César y como empezó su sueño de ser el mejor entrenador.

“Cuando llegué a los Estados Unidos de forma ilegal, me di cuenta que los gringos no podían controlar a sus perros. Me percaté que los animales no tenían la culpa, eran ellos, así que decidí empezar a entrenar humanos”, manifestó.

Millán recalcó el error que cometen las personas al querer humanizar a sus mascotas.

“No hay liderazgo y disciplina. Una señora me dijo esta es Lucy, una cocker y es mi hija. Eso está mal, el orden correcto es: animal, especie, raza y nombre”.

Hizo mofa de como los estadounidenses tocan a los canes, hablándoles con diminutivos y poniéndose casi que debajo de ellos, situación con la que más de uno se identificó.

“Es por eso que en Estados Unidos se gastan $500 millones al año en hacerle la eutanasia a perros que muerden y no es su culpa”, contó.

Aseguró que ese país es el más poderoso del mundo, pero es controlado por los canes y los niños.

“Los canes no siguen a líderes desbalanceados. No puedes comprar la voluntad de un perro, si no estas calmado, este no te hará caso”, explicó.

Explicó las tres cosas que hace un perro desequilibrado: traer a un perro con distinta energía a la que tiene la familia (muy activos y ellos no). No saber sujetarlos para que no muerdan a otros (se ponen muy tensos) y por último no llevarlos a hacer ejercicio.

Al final él subió a tarima algunos casos y les dio consejo. “Olvidemos lo malo, por eso escogí a Costa Rica como primer país que hago este espectáculo, pues sigue siendo el líder de la paz”.

* Colaboró Rodolfo Rodríguez.