Ministerio de Salud visitará Tarrazú

Juan Diego Villarreal

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Adolfo Ortiz, Viceministro de Salud, comentó que aunque en un principio se dio el permiso para realizar partidos de Primera División en el estadio Hermanos Umaña Parra en San Marcos de Tarrazú, esta semana se evaluaría de nuevo sus condiciones.

“En este caso ya se hizo una inspección previa que se solicitó ante el Ministerio de Salud y se debe dar una declaración jurada del interesado de que se está cumpliendo con todas las recomendaciones que el Ministerio dio en una visita previa”, dijo Ortiz.

El Viceministro comentó que los permisos fueron dados por la Dirección de Área rectora de los Santos y lo refrendó la Región Central Este, pero igual se hará otra visita al estadio para conocer que se cumplan los requisitos.

“Se deben contar con el permiso sanitario y las condiciones físico adecuadas para determinado evento, además que se cuente con un plan de emergencia”.

“Nosotros vamos a proceder de oficio a otra inspección y a esperar el nuevo informe”.

Reglas obsoletas

Una reglamentación desfasada, de la década de los 80, es lo que permitió que el estadio Hermanos Umaña Parra, fuera sede el domingo del compromiso entre el Orión y Alajuelense.

Así lo admitió Jorge Ortega, Presidente de la Unión Nacional de Fútbol (Unafut), quien confesó que el inmueble cumple con la reglamentación vigente.

“Si un estadio tiene los requerimientos y es avalado por el Ministerio de Salud no podemos rechazarlo”, dijo Ortega al consultarle por el estado actual del inmueble en Tarrazú.

“Se le pide que tenga permisos sanitarios, cuatro duchas en los vestidores de los equipos y dos para los árbitros. Que la cancha tenga las medidas reglamentarias, que tenga una malla perimetral y el estadio esté cerrado. A grandes rasgos es lo que dice el reglamento, además de los permisos del Ministerio de Salud y las pólizas”.

Ortega añadió que para ser más rigurosos la Asamblea de la Unafut debe reestructurar el reglamento en estos casos y mientras tanto solo pueden dar recomendaciones, pero están atados de manos para tomar decisiones si se debe o no jugar.