Nacionales
Domingo 19 de febrero de 2012, Costa Rica

EVANGELIO DE HOY

El Evangelio de hoy

Álvaro Sáenz Zúñiga, presbítero

asaenz@liturgo.org

La liturgia nos enfila hoy hacia el Miércoles de Ceniza, inicio de la Cuaresma.

En la primera lectura Dios se presenta como autor del rescate del ser humano y va a salvarnos.

Olvidemos, el pasado, porque Dios hará todas las cosas nuevas.

En el evangelio Jesús empieza a asumir su rol de Mesías. En una de las páginas más pintorescas del Nuevo Testamento, unos hombres, al no poder llevar a su amigo enfermo hasta Jesús, lo descuelgan desde el techo y ansiosos esperan a que Jesús lo cure. Pero el Señor les da una respuesta muy diferente a la que esperaban. Apoyado en la fe de aquellos dice al enfermo: “Hijo, tus pecados te son perdonados”.

¡Qué frustración inundaría el corazón de aquella gente! ¡Qué desconcierto! A veces preferimos lo inmediato y práctico a lo sobrenatural.

Esperaban salud del cuerpo y le dio espiritualidad.

La acción de Jesús habría sido mejor recibida por alguien ya iniciado, pero no por ellos.

Pero los maestros de la Ley y los escribas, escandalizados, aseguran que Jesús blasfema porque solo Dios puede perdonar los pecados.

Y es que nadie sabe que Jesús es Dios y que ha venido precisamente a eso, a perdonar nuestros pecados.

El Maestro, dolido por su mezquindad, les tira una pregunta: ¿qué es más fácil: hacer algo difícil e invisible, como perdonar pecados, o algo corriente y visible, como curar?

Ellos callan. Jesús entonces, para probarles su poder, refuerza el gesto esencial que ya había realizado en aquel hombre y le ordena tomar la camilla e irse a casa. Y el paralítico, curado, lo hace. El texto termina asegurando que nunca nadie había visto nada igual.

La humanidad completa necesita del perdón de los pecados. Para lo otro están los médicos. A todos nos urge aliviar la enorme carga de nuestras culpas, alivianar nuestra conciencia. Jesús puede y quiere perdonarnos. Acudamos a él por el ministerio de la Iglesia.