Nacionales
Martes 24 de julio de 2012, Costa Rica

Primer día de la Novena a “La Negrita”

Alajuelenses abarrotaron la Basílica

Jorge Calderón, corresponsal GN y Hugo Solano

hsolano@aldia.co.cr

Cartago.- En buses, carros particulares, busetas y hasta en moto, más de un millar de alajuelenses desfilaron ayer hasta los pies de la imagen de la Virgen de los Ángeles, en Cartago.

Les correspondió abrir la novena a La Negrita con el lema “María mujer eucarística, modelo de gratitud y alabanza”.

El obispo de esa diócesis, Ángel San Casimiro, esperó en el sector de Las Ruinas de Cartago la llegada de centenares de sus feligreses para caminar unos 600 metros rezando el rosario.

Muchos de los visitantes madrugaron para abordar desde las 6 a.m. buses desde San Ramón y Zarcero para llegar a las 9 a.m. a la Vieja Metrópoli.

En Cartago no llovió al amanecer como sucedió en San José.

El grupo, integrado mayoritariamente por mujeres adultas, se encaminó hacia el templo.

La unidad móvil de radio Pilarcita, de Alajuela, amplificaba el sonido. La emisora lleva ese nombre en honor a Nuestra Señora del Pilar, patrona de Alajuela.

Entre Avemarías, el obispo llegó con su grey a la Basílica donde a las 10 a.m. inició la eucaristía.

“A María no podemos entenderla sino desde la Eucaristía. Ella, desde que el arcángel Gabriel le anunció que iba a ser madre, aceptó llevar dentro de su ser durante nueve meses. A quien vino a llenar de vida a los seres humanos”, dijo el obispo.

Una vez terminada la misa, los visitantes aprovecharon para visitar la piedra donde en el año 1636 la indígena Juana Pereira halló la imagen, según la tradición de la Iglesia.

Una respuesta a la Madre

Ayer en la Basílica también habían filas interminables en las fuentes de agua, donde muchos tomaban el líquido, se mojaban la cabeza y cuerpo, y llenaban recipientes para llevar a sus casas.

Con el hábito café de la Virgen del Carmen, Hilda Barquero y Jovita Tois, fueron parte de quienes llegaron este lunes “Aquí venimos, a responder a la Madre de Dios”, manifestaron muy emocionadas.

En las afueras del templo, el presbítero Sixto Varela, bendecía medallitas, rosarios, estampas e imágenes de La Negrita que muchos compraban cerca.

Al mediodía, la mayoría se ubicó en las zonas verdes para compartir el almuerzo que llevaban. A las 2 p.m. con la fe renovada, volvieron a sus casas.