Caravana a su regreso al país

Juan Diego Villarreal

jvillarreal@aldia.co.cr

San Antonio de Belén.- Aquella mirada pícara y sonrisa de quien acaba de hacer una travesura, la cual le ha caracterizado toda su vida, no pudo ocultarla al salir del aeropuerto Juan Santamaría.

Nery Brenes, campeón del mundo de los 400 metros, en el mundial bajo techo en Estambul, Turquía, se vio rodeado por sus amigos, parientes y admiradores que lo esperaron afuera y le fue imposible contener la emoción.

Minutos antes el atleta y su comitiva había compartido con la presidenta Laura Chinchilla, con quien salió a saludar a todo el mundo a las 5:10 p.m.

Firmó autógrafos, en gorras, camisetas y pancartas con su fotografía, mientras saludaba a todos los costarricenses que llegaron a saludar al campeón.

“Estoy muy emocionado, no lo esperaba”, fueron las pocas palabras que dijo Brenes quien era asediado por la gente, mientras al fondo se escuchaba la cimarrona “Los Colegas” y una mascarada bailaban sin parar.

“¡Nery qué grande eres!”, “¡Nery campeón!”, se alcanzaba a escuchar entre el griterío de la gente que lo llamaba para tener un recuerdo de Brenes.

La tierra de Wálter

En un autobús azul de dos pisos Nery, encabezando la caravana junto a su entrenador Wálter Salazar, su amiga Sharolyn Scott y otras personas, saludó desde el frente del segundo piso a todos aquellos que a la vera del camino esperaban al campeón.

El ingreso a San Antonio de Belén se dio por dos motivos: primero porque era la tierra de Salazar, entrenador de Nery y fue allí en el polideportivo de la localidad, fue donde en el 2003, Brenes, alternó sus entrenamientos en el cantón herediano, su natal Limón y el Estadio Nacional cuando podía entrenar en San José.

Quizás fue por la misma emoción y los recuerdos que lo embargaron, que decidió en el centro del cantón florense bajar del autobús y compartir con los belemitas, a quienes también les dio autógrafos y saludó con emoción.

Días atrás, el mismo Brenes había mencionado que deseaba compartir con la gente y sentir el cariño de los ticos que siempre le han manifestado.

“No quiero solo estar en una carroza y saludar como “Tica linda” como dicen. Deseo estrechar la mano y saludar a todas aquellas personas que me han apoyado”, había sentenciado Nery antes de volver al país.

Un atardecer hermoso en Belén, parecía también saludar al velocista limonense, mientras en la plaza central de la localidad la gente corría de un lado a otro para no perder detalle del paso del campeón mundial.

Esa sonrisa franca y de quien está listo para “hacer de las suyas” se volvió a reflejar en el rostro de Brenes, quien desde el segundo piso no se cansaba de saludar los belemitas.

En el autobús sus amigos y parientes disfrutaban del momento y Nery solo se distraía para atender a su hijo Jaden, quien por momentos tomaba la cadena de su padre y se quedaba quieto, pretendiendo dejárselo para él solo.

Nery Brenes disfrutó de la caravana en su honor y más tarde atendió a la prensa.

Si en el Valle Central fue una fiesta, sin duda en su natal Puerto Limón, con los suyos, lo espera un verdadero carnaval cuando llegue.