Belén.- Poco fútbol, mucho pelotazo y dos equipos sin claridad ni muchas ideas a la hora de buscar el marco rival.
Belén y el Cartaginés protagonizaron un juego que daba la impresión de que los goles se habían quedado en la casa para no resfriarse con el fuerte ventolero que azotó ayer al Polideportivo de Belén.
Si me preguntan por la figura del juego, respondería sin pensarlo mucho que fue Mauricio Castillo, el único que jugador que se animó a hacer algo diferente: un golazo, un “pepino”, “¡Pedazo de gol!”, dirían los argentinos.
La joyita llegó en el epílogo del juego, al 90’, justo cuando todo indicaba que sería un aburrido 0-0.
El 10 belemita recibió la pelota frente a la media luna y sacó tremendo zurdazo que se coló cerca del ángulo superior derecho de Luis Torres.
“Más allá de que si metí un bonito gol o no, creo que lo más importante fue la actitud que mostró el grupo.
Lo que yo hice fue buscar el palo largo del portero, por ahí el viento frenó la bola y ayudó un poco para que cerrara”; expresó el anotador del único tanto del compromiso.
Una cara distinta
Haber sumado de a tres en su propio patio permite a los dirigidos por Vinicio Alvarado meterse de lleno en la lucha por un boleto a la siguiente ronda.
Los florenses iniciaron el torneo de la mano con el fantasma del descenso cerca de ellos, pero actualmente muestran una cara diferente, más relaja y fresca.
Belén tal vez no juegue tan bonito, pero lo hace de manera efectiva, manteniendo el cerrojo atrás y ganando sus juegos por la mínima, que al fin y al cabo dan los mismo tres puntos que si fueran un equipo arrollador.
Ahora hablemos del cartaginés, que en cuestión de una semana dejó ir dos opciones claras de ubicarse en el primer o segundo lugar y ahora tiene a tres equipos con ganas de darle cacería y robarle el boleto que de momento tiene visado para la siguiente ronda.
Ayer apostaron al pelotazo como principal recurso para ir al marco rival, lo cual fue un grave error, pues sus atacantes no son muy buenos en el juego aéreo.
Lo intentaron con el balón en el piso y tampoco tuvieron suerte.
La afición blanquiazul no pudo celebrar un gol, pero si festejó el momento en que Luis Torres entró por Wardy (lesionado), parece que no le perdonan los bomberazos que se jaló ante la Liga.
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