Deportes
Sábado 24 de marzo de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

-En sus cuarentas, las voleibolistas Laura Alfaro, Marta Ramírez, Damaris Arguedas y Mildred Sánchez regresan

Las “muchachas” de Atenas

Rodolfo Martín

rmartin@aldia.co.cr

Atenas, Alajuela.- Cuatro exestrellas atenienses del voleibol están de vuelta.

Laura Alfaro, Mildred Sánchez , Marta Ramírez y Damaris Arguedas, empezaron a conocerse y a quererse poco después de haber aprendido a caminar por las calles, potreros y el parque de este pueblo alajuelense que, dichosamente, ha logrado conservar la esencia de su identidad.

En el fondo de una piscina en desuso, en la Escuela Central y, bajo la instrucción de don Luis Ugalde, el profesor de educación física, comenzó a germinar y a crecer lo que sería la pasión deportiva de las cuatro amigas.

El educador, con gran creatividad, colocó una red de pared a pared en la parte superior. Abajo un grupo de chiquillas, y chiquillos disfrutaban, emocionados, con el voleibol, el deporte que esos días mantenía a Atenas en el plano nacional.

Laura, Mildred, Marta y Damaris, hicieron sus primeros remates, bloqueos o acciones defensivas, en el “minivoleibol” cuando las dos primeras estaban en tercer grado y las otras en sexto.

Las cuatro crecieron y, al cabo del tiempo, tras una extensa carrera, fueron campeonas nacionales con Atenas y otros equipos. Llegaron a la Selección Nacional y ahí también alcanzaron títulos.

Las vueltas de la vida

La alta competencia pasó a un segundo plano porque aparecieron otras prioridades en sus vidas: los estudios universitarios, los primeros trabajos. Se casaron, nacieron sus hijos y con ello el seguimiento de sus estudios primarios, secundarios y, todo lo que encierra la atención de este estilo de vida.

Con el transcurrir del tiempo, esa presión bajó conforme los hijos crecían, al tiempo que volvía a despertarse la pasión por el voleibol que permanecía adormecida.

Hoy, casi tres décadas después, Laura, Mildred, Marta y Damaris, están de vuelta en el voleibol de la Primera División al frente de un grupo de chiquitas para “darles un empujoncito”.

Entre ellas están: Irene, la hija de Laura, o las dos sobrinas de Damaris, Pamela y Vivian, las hijas de Joaquín Arguedas, también exvoleibolista y exseleccionado nacional.

Mildred o “Mita”, como se le conoce, también tiene por compañeras a dos sobrinas, Daniela y Diana, hijas de Max Sánchez, mediocampista nacional.

El proyecto nació poco después de que Luis Sandoval, esposo de Laura, sacó campeón al equipo masculino en una reñida serie final con el sexteto de la UNED.

Al rescate de la chiquillas

La idea le fue planteada a Laura por el Comité de Deportes y la Municipalidad de Atenas para rescatar el voleibol femenino.

“El proyecto nos pareció fantástico porque, con un equipo en Primera División, podríamos darle continuidad a las chiquillas Juveniles y Juegos Nacionales que desaparecían del medio al superar estas categorías”, expresa Laura, hoy exitosa empresaria.

Ellas asumieron el programa con la misma seriedad que caracterizó sus carreras, con la ventaja de que ahora las compañeras de equipo eran jóvenes que las conocían desde niñas y les guardaban cariño, respeto pero sobre todo, credibilidad por los logros alcanzados como atletas en el pasado.

“Al final del primer partido, que duró dos horas y que fue contra Goicoechea, quedé como muerta. Al día siguiente, apenas podía caminar. Al final de la tarde comenzaba a reponerme pero ya tenía que ir a entrenar por la noche”, recuerda Marta, directora de una escuela bilingüe.

Al principio, las rivales, las observaban con simpatía y como un grupo de “señoras fiebres” a quienes no sería muy difícil derrotar.

Así lo expone Marta con cierta picardía.

Pero el ahinco en el trabajo y la calidad adquirida de niñas o adolescentes, las mantiene actualmente –contra todo pronóstico– en el segundo lugar.

“Lo bonito es que en los partidos prácticamente jugamos todas aunque la base del plantel descansa sobre nosotras. La idea es que, en un futuro, seamos nosotras las que estemos sentadas y ellas las que jueguen”, dice Laura.

Johan Morales, el entrenador, al referirse de ellas expresa que “Lo que bien se aprende nunca se olvida”.

Son jugadores –añade– muy experimentada que, tal vez por los años, ya no guarden la condición física de antes, pero sí aportan una gran calidad y estímulo al grupo. Además, poseen una calidad humana increíble.

PICANDITO EN LA RED

Deleite a la vista

Luis Sandoval, Entrenador

¡He tenido la dicha de prepararme con los mejores entrenadores de Estados Unidos durante algún tiempo y ellos siempre dicen que la técnica es un aspecto que se debe trabajar siempre, al igual que la táctica; ya que son los factores que hacen que en los momentos extremos del juego, o cuando más cansado se está, marcan la diferencia entre el triunfo y la derrota.

Viendo jugar a Laura, Marta, Damaris y a Mildred hoy, después de muchos años de retiradas, con hijos e hijas que están jugando voleibol de sala o de playa al más alto nivel en nuestro país; se da uno cuenta que estos entrenadores tienen toda la razón.

Verlas a ellas es un deleite a los ojos de los que amamos el voleibol como arte, por la estética de ellas en el momento de efectuar el contacto con el balón, esa técnica exquisita, sus movimientos dentro de la cancha; mismos que los jugadores mas jóvenes actualmente no tienen; esa es la razón que las hace estar aun competitivas; y poder pegarle mas de un susto a cualquier rival.

Pienso que mi esposa Laura es aún la mejor colocadora del pais. Lo afirmo como entrenador y no como su esposo.