La epidemia silenciosa
Dr. Mauro Fernández
En la escuela y en el colegio, los costarricenses han recibido por años una clara visión de los efectos nefastos de las enfermedades de trasmisión sexual. Para ilustrar todas las consecuencias de estas enfermedades, usualmente se presentan láminas que muestran chancros, secreciones purulentas, llagas, en fin, imágenes tétricas pero reales.
Esta información tan bien intencionada se convirtió en un boomerang. En la actualidad, la mayoría de los costarricenses consideran que las enfermedades venéreas dan manifestaciones francamente evidentes, concluyendo que si no tengo molestia alguna, es que estoy sano.
Desgraciadamente, el panorama científico cambió con el descubrimiento de las llamadas enfermedades venéreas de tercera generación. Estas tienen la característica de no presentar manifestaciones por largos períodos.
Se entenderá que esta cualidad tiene dos graves consecuencias. Por un lado, como la persona no se percata de que está infectado, el germen se instaura y se disemina internamente. La otra gran consecuencia radica en que el individuo, como desconoce de su infección, no se protege al momento de mantener relaciones sexuales y por tanto transmite la enfermedad a sus compañeras sexuales.
Las enfermedades de tercera generación tienen la desventaja de que son producidas por gérmenes que apenas empezamos a conocer y, por tanto, los tratamientos son limitados. En muchos casos no hay una verdadera cura, sino tratamientos destinados a limitar el daño y las molestias.
El virus del papiloma, del herpes, del Sida, de la hepatitis B y la clamydia son los agentes etiológicos de estas enfermedades. La única forma de diagnosticarlas en etapas tempranas es haciendo exámenes médicos.
Porcentajes muy altos de la población costarricense desconocen prácticamente todo sobre estas enfermedades, con excepción del Sida, por eso es importante recordar las consecuencias de estas enfermedades.
La clamydia es una especie de bacteria que puede provocar esterilidad tanto en hombres como en mujeres; el virus del papiloma es el responsable de la inmensa mayoría de los casos de cáncer de cervix. El virus de la hepatitis B produce una hepatitis muy grave que a veces es mortal, y el herpes se manifiesta con vejigas urentes y ardorosas en los genitales.
Cada día la ciencia progresa en la invención de tratamientos para estas infecciones, sin embargo –salvo en el caso de la clamydia– no existen tratamientos que eliminen estas enfermedades. De ahí la importancia de la prevención, la cual empieza con el conocimiento.
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