Sábado 2 de agosto, 2003. San José, Costa Rica.

Lactancia materna

Marcela Dumani

“Amamantar es un acto de paz y de justicia. Es la forma natural, universal y pacífica de nutrir a nuestros niños y niñas. En un mundo arruinado por la injusticia, la violencia y la guerra, la lactancia materna puede ser un centinela de la paz interior, con otras personas y con el entorno”. Anwar Fazal, Co-fundador de la Alianza Mundial Pro Lactancia Materna

Con el lema “Lactancia Materna en un mundo globalizado, por la paz y la justicia”, se celebra en estos días la Semana Mundial de la Lactancia Materna.

Costa Rica, por medio de la Comisión Nacional de Lactancia Materna, se suma a esta celebración. El derecho de la niñez a la salud y a una vida digna desde el vientre materno, establece el vínculo entre la lactancia materna y la justicia.

Está más que probado que la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, pero sobre todo durante los primeros cuatro meses, faculta el óptimo desarrollo físico, fisiológico y mental del ser humano. Se ha visto incluso su importancia y efectividad en la prevención de enfermedades tan comunes en nuestra población como la diabetes y la obesidad.

El ejercicio de la lactancia materna redunda, entonces, en la salud general de la población. Como valor agregado, este acto natural y humano le permite a un país reducir gastos de atención de la población.

Gastos presentes, porque protege a la niñez de la diarrea y de otras enfermedades; y gastos futuros, porque previene enfermedades crónicas y otras dificultades.

En ese sentido, un Estado debe tener el derecho de proteger el ejercicio de la lactancia materna, no solo con acciones que permitan el amamantamiento durante el tiempo necesario, sino también con la limitación o la reglamentación de cualquier actividad que desestimule la práctica natural de la lactancia materna, sobre todo en estos tiempos de globalización y libre comercio.

La lactancia es el inicio del amor entre las generaciones. Es por medio de ella que el niño (a) ve satisfecha una necesidad urgente y marca el inicio del sentimiento más hermoso que podamos tener los humanos.

El apego entre madre e hijo que se desarrolla con la lactancia, sumado al apoyo de la familia y del entorno, siembra semillas de amor y de paz tan necesarias para nuestra sociedad.

La lactancia materna tiene un significado de peso en la calidad de vida de una población. Por ello su estímulo y protección debe constituir un baluarte en las acciones de salud de un país.

Nutricionista

mdumani@racsa.co.cr

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