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La policía realizó ayer varios retenes en zonas cercanas a Monterrey de San Carlos, ante la alerta sobre la presencia de un grupo armado que pretendería efectuar un asalto bancario o un secuestro.
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Alarma en San Carlos
Álvaro SÁNCHEZ CÓRDOBA / Al Día
Ciudad Quesada.- El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y la Fuerza Pública mantienen una alerta en San Carlos, por la supuesta presencia de varios hombres fuertemente armados en el sector de Monterrey.
Los hombres estarían planeando un secuestro en contra de una familia de apellido Rodríguez, que vive en esa comunidad, o un asalto bancario, dijeron fuentes policiales.
La Fuerza Pública instaló rápidamente, desde la mañana de ayer, varios retenes policiales a las salidas de Monterrey y otros sectores cercanos, para vigilar movimientos de vehículos sospechosos.
Wálter Navarro, Director de la Fuerza Pública, confirmó que hace unos días, una fuente cercana a la policía informó de las intenciones de los sospechosos.
“Por eso se mantienen constantes recorridos en toda la región norte y un monitoreo de los bancos, principalmente, en el cantón sancarleño”, explicó. La Fiscalía de Ciudad Quesada y el OIJ manejaban ayer con hermetismo el caso, pero informaron que en la región habría un grupo armado para cometer un golpe bancario.
¿Riesgo de secuestro?
Un miembro de la familia Rodríguez reconoció que la policía los alertó, hace una semana, de la posibilidad de que algún miembro pudiera ser víctima de un secuestro.
Esta persona indicó que la familia se encuentra tranquila, a pesar de las advertencias y medidas de precaución que deben tomar a diario.
La familia y la policía toman previsiones, entre ellas, que todos los miembros salgan acompañados a sus labores cotidianas.
Navarro no especificó cuántos hombres son los que recorren la zona, aunque aseguró que las armas que portan son de muy grueso calibre.
Este medio comprobó que la vigilancia en la zona es preventiva, según comentó uno de los policías, quien agregó que les informaron sobre la presencia de varios hombres, con armas de grueso calibre, por lo que la orden fue vigilar las entradas y salidas a Monterrey.
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