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ICE: institución estratégica
Samuel Yankelewitz
El ICE es una institución que pertenece a toda la ciudadanía, y que debe estar acorde con la modernidad del tiempo actual.
El sector productivo que represento, propone una apertura del mercado de energía y telecomunicaciones –y no la privatización del ICE, como algunos han dicho para confundir a la opinión pública–, que permita una competencia sana y transparente, así como una complementariedad de esfuerzos entre los sectores público y privado.
Apoyamos la modernización y fortalecimiento del ICE, a la vez que reconocemos el significativo aporte que ha brindado al desarrollo nacional. Por eso, queremos un ICE fuerte, eficiente y moderno, que brinde servicios en condiciones de calidad mundial y con tarifas competitivas, bajo principios de universalidad y solidaridad. Además, que pueda responder a las exigencias y demandas que imponen la innovación tecnológica y la revolución actual, basada en la información y el conocimiento.
Apoyamos un esquema flexible y compartido entre los sectores público y privado, que permita responder con agilidad a las crecientes exigencias que impone un mundo cada vez más globalizado, en el cual la competitividad entre las naciones es un elemento de excepcional importancia. El nivel de competitividad no es el que queramos, sino el que exigen la economía mundial y nuestros competidores en otros países.
Costa Rica no se puede abstraer de esa realidad. Nuestro país está obligado a crecer en los próximos años. Ese crecimiento al que aspiramos –robusto, sostenible y equitativo–, depende en buena medida de dos factores estratégicos: la energía eléctrica y las telecomunicaciones.
El desarrollo de energía y telecomunicaciones en nuestro país se ha basado en una ley de hace más de 50 años, con modificaciones parciales posteriores que lo hacen hoy obsoleto y omiso. En los últimos años ha demostrado ser insuficiente para responder a los cambios que se han producido en el entorno y en la tecnología.
Ante esta realidad, se vuelve imperativo reformular el modelo actual, tomando en cuenta la valiosa experiencia acumulada, pero corrigiendo sus carencias y rigideces, tal como lo han afrontado con éxito muchos países en todo el mundo.
Estos temas cobran especial relevancia al estar discutiéndose en la Asamblea Legislativa un proyecto de ley para fortalecer y modernizar esa institución. Sin embargo, el texto del proyecto propuesto parece mirar más hacia los problemas internos del ICE que hacia las necesidades del país. De ahí, la importancia de legislar en esta materia con mucha visión ante los desafíos del futuro.
Estamos ante una gran oportunidad para emprender una reforma integral y con visión de futuro, que a nuestro juicio debe sustentarse en tres ejes: (1) definición clara del rol del Estado, (2) fortalecimiento y desarrollo del ICE y sus subsidiarias, y (3) participación complementaria entre los sectores público y privado para el desarrollo de la energía eléctrica y las infocomunicaciones.
En un próximo artículo, estaré haciendo algunas reflexiones adicionales en torno a este importante tema.
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