Viernes 22 de agosto, 2003. San José, Costa Rica.

Recolección Oficiales del Poder Judicial recogían ayer evidencias e indicios en el sitio donde se registró el asesina de Roberto Alvarado Iglesias, en San Francisco de Dos Ríos.

Asesinan a mecánico

Nicolás AGUILAR R. / Al Día

Un mecánico a quien el OIJ identificó como Roberto Alvarado Iglesias, de 44 años, fue asesinado en el pequeño apartamento donde vivía, 150 metros al norte de la Escuela República Dominicana, en San Francisco de Dos Ríos.

Las autoridades presumen que el crimen ocurrió a finales de la semana anterior, pero no fue sino hasta ayer, a las 9 a.m., que un familiar encontró el cadáver de la víctima.

Alvarado, a quien vecinos recordaron como un hombre educado y buena gente, presentaba lesiones en distintas partes del cuerpo.

Apareció debajo de su cama, con las manos atadas hacia atrás, y tapado con una sábana.

En el OIJ informaron que el posible móvil del homicidio sería el robo, porque faltaban varios artículos, entre ellos un televisor.

Avanzada la tarde de ayer, los investigadores no contaban con pruebas para detener a nadie, pero dirigían sus esfuerzos a la localización de varias personas, la mayoría adictas al ‘crack’, quienes visitaban al mecánico frecuentemente, según el informe policial.

Esa versión fue confirmada por al menos cinco vecinos de la víctima, quienes, por temor a represalias, rogaron no ser identificados.

“El señor era muy buena persona y lo queríamos mucho. Pasaba sentado en las graditas de su apartamento, junto a unos gatos a los que amaba sobre todas las cosas”, recordó una mujer que vive a pocos metros. Según dijo, Roberto era visitado “por muchas personas de aspecto extraño” lo que venía causando temor en la vecindad.

Sin embargo, nadie se quejaba porque “don Roberto era un hombre extraordinario”.

“Nosotros sabíamos que llegaba gente extraña a su apartamento, pero nunca nos quejamos porque él era muy bueno y educado. Lo que le hicieron no tiene nombre ni perdón de Dios”, insistió la mujer, quien conocía al ahora fallecido desde hace más de 20 años.

Alvarado tenía familia, pero vivía solo desde hacíamucho tiempo.

Ayer, varios consternados familiares llegaron al inmueble, pero rehusaron hablar con la prensa.

De acuerdo con informes en poder de la Sección de Homicidios del OIJ, Alvarado fue hace muchos años un próspero y respetado mecánico, incluso, trabajó durante algún tiempo en una universidad estatal.

Tenía muchos clientes y todos los admiraban por su excelente trabajo y su honradez.

Sin embargo, desde hace varios años empezó a enfrentar problemas personales y, poco a poco, abandonó el trabajo y su negocio para refugiarse en un pequeño apartamento donde ayer lo encontraron sin vida.

Familiares y amigos le llevaban agua, comida y ropa.

Avanzada la tarde de ayer, el OIJ no había detenido a los responsables del crimen.

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