El matrimonio gay
Mario Molina Valverde
La reciente declaración del Vaticano sobre los matrimonios homosexuales ha creado revuelo y levantado en Europa una ola de protestas, algunas de ellas irreverentes y fuertes hasta contra el mismo Papa.
Desde un punto de vista estrictamente religioso, la institución del matrimonio la encontramos en el Libro del Génesis, 3-18, y no ofrece ni la menor duda de que trata sobre la unión entre un hombre y una mujer. Es decir, para la religión católica, jamás existirá un matrimonio entre personas del mismo sexo.
Sin embargo, el matrimonio también se puede celebrar por la vía civil, y es aquí donde se presenta el problema, pues las diversas legislaciones del mundo no necesariamente coinciden en que el matrimonio deba ser entre un hombre y una mujer.
En Costa Rica, el Código de Familia, en su artículo 14, inciso 6, establece que es legalmente imposible el matrimonio entre personas de un mismo sexo, mientras que en algunos países como Holanda, Noruega y Canadá se ha legalizado.
Para nosotros, legalizar el matrimonio homosexual es desvirtuar la naturaleza misma de este sacramento, razón suficiente para que no tenga cabida en el ordenamiento jurídico costarricense.
Basta con que no se penalice ni se persiga, y quede simplemente como una unión libre atípica, tal como está ahora, sin el mismo nivel jurídico del matrimonio.
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