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Empresario
El pentacampeón Rivaldo se asoció a una empresa que administra al Figueirense.
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Inversión millonaria
Los “cracks” se lanzan a la compra de clubes de fútbol en Brasil
Rio de Janeiro / AFP - Los más exitosos futbolistas brasileños ya no aspiran solamente a ser técnicos, sino que ahora se han metido en el negocio del balompié, creando nuevos clubes o comprando aquellos en los que comenzaron sus carreras, u otros en dificultades financieras.
El último en lanzarse es el lateral izquierdo del Real Madrid y pentacampeón mundial Roberto Carlos, quien anunció su interés en adquirir el Unión Sao Joao, de la ciudad paulista de Araras, donde empezó su deslumbrante carrera.
La Ley Pelé, promulgada en 2001, abre esta posibilidad a los futbolistas de transformarse en dueños de equipos.
Pero los cracks han enfrentado múltiples dificultades como empresarios.
El carioca Arthur Antunes Coimbra, Zico, actual entrenador de la selección de Japón, se vio obligado a cerrar la división profesional del CFZ (Club de Fútbol de Zico), que fundó en 1986 en Rio de Janeiro.
Las divisiones menores del club continúan, lo que le permite descubrir y formar jóvenes revelaciones y después negociar sus pases.
El propio Rey Pelé, después de frustrados intentos de asociarse al Santos, su equipo del corazón y que le proyectó internacionalmente, decidió fundar su propia institución, el Litoral Futebol Clube, que empezará sus actividades disputando campeonatos de aficionados, creando así las bases para un futuro cuadro profesional.
Éxito
Un ejemplo exitoso es el excentrodelantero de Palmeiras, Flamengo y del argentino Boca Juniors, Gaúcho, quien es dueño del Cuiabá, actual campeón del Estado de Mato Grosso.
El pentacampeón Rivaldo, actualmente en el italiano AC Milán, después de ser dueño de un equipo de Guaratinguetá (Sao Paulo) se asoció a una empresa, la CSR Fútbol y Marketing, que administra al Figueirense, del sureño estado de Santa Catarina, y actúa en la selección y negociación de buenos jugadores.
El Figueirense, que evoluciona en la primera división del Campeonato Brasileño de Fútbol 2003, “sirve como un semillero de jugadores de la CSR”, dijo el presidente de la empresa, Joao Batista Baby.
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Al ataque
Roberto Carlos reveló su deseo de comprar el Uniao, un equipo de segunda valorado en $12 millones.
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Una retribución
Roberto Carlos reveló esta semana su deseo de comprar el Uniao, un equipo de segunda división valuado en $12 millones, donde jugó de 1990 a 1992, antes de convertirse en una revelación del fútbol profesional brasileño.
“Si el presidente del Uniao Sao Joao, José Mario Pavan, quiere vender, estoy dispuesto a comprar”, declaró Roberto Carlos a la radio de su pueblo.
La compra “no sería una inversión, sino una retribución al Uniao, que me proporcionó todo lo que tengo en la vida”, dijo el astro del Real Madrid.
Otros que invirtieron en el negocio fracasaron lisa y llanamente.
Uno de los más brillantes jugadores del balompié brasileño de los años 80 y 90, Careca, intentó fundar en 1998 con otro compañero el Campinas Futebol Clube, pero naufragó por faltarle habilidad en los negocios, según la prensa paulista.
También Paulo Silas fracasó cuando intentó administrar el club Primavera de Indaiatuba, también en Sao Paulo.
“No existe seguridad para la inversión, porque indiscriminadamente empresarios y apoderados no invierten en la formación de los jóvenes”, dijo Silas.
Otros cracks prefieren la acción solidaria al negocio y se dedican a la formación de deportistas a través de fundaciones asistenciales, como Romario, Marcos Evangelista, Raí y Leonardo Aráujo.
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