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Vela
El cuerpo del oficial de la Fuerza Pública, Vílmar Zúñiga, asesinado el viernes, fue velado ayer en López Mateo en medio del dolor de sus
familiares y amigos.
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Persisten dudas policiales
Míldred MARÍN, Corresponsal y Angie LÓPEZ, Colaboradora / Al Día
Las autoridades todavía no tienen claro las causas de las muertes del policía Vílmar Zúñiga Calvo, de 41 años, y de Marvin Umaña Fernández, de 39, el viernes en una caseta de la Fuerza Pública en Sagrada Familia.
Los investigadores sospechaban el viernes que Umaña llegó a la caseta a pedir ayuda, tras ser herido en una riña en un centro de venta de drogas. En la unidad policial, el hombre habría intentado quitarle el arma al oficial, a quien supuestamente hirió, aunque Zúñiga también logró dispararle.
Sin embargo, el director de la Fuerza Pública, Wálter Navarro, indicó que una nueva hipótesis y que tomó mayor fuerza ayer es que Umaña le quitó el arma al oficial y luego se suicidó.
Las dos autopsias se realizaron a la misma vez y participaron técnicos de balística y de rayos X para poder determinar la distancia en que se encontraron los cuerpos, la trayectoria de las balas y comparar los proyectiles.
Navarro explicó que la versión del suicidio de Umaña aún no está confirmada y que la herida en el pecho que presentaba el oficial era de aproximadamente 10 centímetros.
“Es algo muy científico. Se debe ver la trayectoria de las heridas y hay que realizar la prueba de parafina, la cual si da positivo es porque realmente se suicidó”, dijo.
“Lamentablemente se pierden dos vidas. El policía tenía un expediente limpio, deja 6 niños y por ello esperamos así como él le dio mucho al Estado, el Estado también le devuelva”, puntualizó Navarro.
Dolor
Vílmar Zúñiga Calvo tenía 16 años de laborar para la Fuerza Pública y era la primera vez que estaba en la caseta de Sagrada Familia.
Padre de 6 hijos y casado con Jacqueline Obando, es descrito por familiares como una persona responsable, de buen trato humano y muy querido por la familia.
Sandra Venegas, esposa de uno de los primos de Zúñiga, recuerda que cuando su esposo Jorge Luis Calvo laboró con él en la Fuerza Pública de Ciudad Cortés, experimentó en varias ocasiones el peligro de ser oficial.
Zúñiga es el sexto de ocho hermanos; cinco hombres y tres mujeres.
El cuerpo del oficial, fue velado ayer a las 5:00 p.m. en el salón comunal de López Mateo en San Sebastián. Hoy será enterrado a las 9:00 a.m en el cementerio de esa misma localidad.
Colaboró Alfonso Quesada, Corresponsal.
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