Lunes 1 de diciembre, 2003. San José, Costa Rica.



Calor familiar. Anabel González dedica su escaso tiempo libre a la familia. Anastasia (izquierda) y Constanza suelen extrañarla en casa. Fotos Rafael PACHECO / Al Día

Anabel González, personaje 2003

Magally BATISTA y Pablo GUERÉN / Al Día

Anabel González Campabadal fue escogida, el lunes de la semana pasada, como el personaje noticioso del 2003 por el equipo periodístico de Al Día.

“La señora del TLC”, como la llaman algunos, es la jefa del equipo negociador costarricense en el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos.

Desde enero, cuando comenzaron las rondas de negociaciones, el país fue testigo de su táctica: inteligencia, prudencia y temple, una combinación que ha dado sus frutos.

Además:

  • “Disfruto lo que hago”
  • Poder y lágrimas
  • Pasos de la votación
  • Los lectores opinan
  • Esta destacada abogada viaja con su inseparable mochila azul sobre las espaldas. Así va por los pasillos de la Casa Presidencial, o al tomar el ascensor de algún hotel en Houston, en Managua y en las tantas ciudades que debe visitar en razón de su trabajo.

    González sale de compras –cuando puede– y, en su casa, lejos de las presiones del día, viste un buzo y se calza unas zapatillas para estar más cómoda. Allí disfruta junto con Constanza, de 12 años, y Anastasia, de 9, sus hijas.

    Casada con el abogado Francisco Chacón, “la señora del TLC” posee una Licenciatura en Derecho de la Universidad de Costa Rica, y una Maestría en Derecho del Comercio Internacional, de la Universidad de Georgetown, Estados Unidos.

    Además, ha llevado cursos de postgrado en el Centro de Estudios en Negociación Internacional, en Ginebra, Suiza, y de la Universidad de Harvard, Estados Unidos.

    Cauta y segura en sus declaraciones a la prensa, conoce bien los temas sensibles y cómo tratarlos. En sus caminatas matinales o sumergida en la cocina hogareña –una de sus aficiones–, no deja de pensar en los diferentes ángulos del TLC: telecomunicaciones, apertura, textiles, subsidios...

    Ella sabe la responsabilidad nacional que carga sobre sus hombros y trata de responder a las expectativas del país para que el TLC sea la puerta a un mayor desarrollo.

    En la elección efectuada el pasado lunes, los periodistas y equipo editorial de Al Día barajaron también otros nombres como candidatos a “personaje del año” (ver recuadro).

    En el segundo lugar de la lista fue designada Kattia Vanessa González, escolar asesinada el viernes 7 de julio, cuando desapareció de su casa en Quesada Durán.

    El tercer puesto fue para el expresidente Óscar Arias por su vinculación con el tema de la reelección.

    Los periodistas de este diario también propusieron en la votación los nombres de las siguientes personas:

    – El presidente Abel Pacheco, por el escándalo con los cheques que financiaron su campaña, y sus actuaciones controversiales.

    – Jorge Vergara, el multimillonario empresario mexicano que compró al Deportivo Saprissa, líder de Primera División.

    – El pintor Rafael Fernández, que recibió El Magón por su labor de toda una vida.

    –El goleador “morado” Álvaro Saborío y el diputado Humberto Arce, del Bloque Patriótico, por sus denuncias sobre los cheques cuestionados que financiaron la campaña de partidos políticos.


    Navidad ajetreada. Junto con su esposo Francisco Chacón y sus niñas, Anabel González se dedicó el sábado a colocar los arreglos navideños. No podían hacerlo luego, pues le espera el cierre de las negociaciones del TLC.

    “Disfruto lo que hago”

    Antonio ALFARO / Al Día

    De pequeña, le pedía al Niño Dios libros, pinturas, lápices y rompecabezas. De adulta, tiene en sus manos el rompecabezas más grande del país, la negociación del TLC con Estados Unidos, y una carta al Niño Dios con un encargo sencillo: “unos días de descanso”, un poco más de tiempo para ser esposa, madre, mujer, simplemente, Anabel González.

    Nos abrió la puerta de su casa, en Granadilla Norte de Desamparados, ella, la mujer, no la negociadora, vestida informalmente, en jeans y con la sonrisa de quien colocó el árbol de Navidad en su hogar. Estaba acompañada por sus dos pequeñas, Constanza y Anastasia, y su esposo Francisco Chacón.

    “Es el último fin de semana que podemos estar juntos antes de Navidad”, expresa González. De nuevo se ve obligada a viajar, como lo ha hecho todo el año, de país en país, de reunión en reunión.

    Viene la última ronda de negociación del TLC, con la telefonía celular sobre el tapete, y deberá estar en Washington durante casi dos semanas –desde el próximo jueves hasta el 17 diciembre–, días que normalmente dedicaría a preparar la Navidad en familia. Pero está contenta, disfruta lo que hace.

    – ¿Cómo cambió su vida desde el inicio de las negociaciones en enero?

    – Siempre he tenido que viajar mucho, me ha pasado en otras oportunidades con el Ministerio (de Comercio Exterior), aunque no con la intensidad de este año. No me gusta cuando coincide con una fecha importante, como algún cumpleaños, pero en esta oportunidad he tenido mucha suerte.

    Difícil negociación

    Sus niñas se sientan al lado durante la entrevista, siguen cada respuesta, aprueban y desaprueban con gestos. A veces es más difícil negociar con ellas que con Estados Unidos, reconoce Anabel González con una sonrisa.

    No lo dice la abogada, ni la especialista con cerca de 14 años de trabajar en comercio internacional, sino la madre.

    – Lo que no es negociable es su obligación de viajar. ¿Cuántas veces ha salido este año del país?

    – ¡Uuuh!–. La respuesta es de Constanza, adelantándose a su madre, quien parece no tener la cuenta clara.

    – He viajado como mínimo una vez al mes... Como unas 15 salidas en todo el año, pero casi todas muy cortas, de dos o tres días...

    – Una semana–, corrige Anastasia.

    – No, casi nunca–, apela Anabel González.

    – A ellas se les hace más tiempo.

    – Ay, sí–, confirma Constanza, mientras se inclina hacia su madre.

    – ¿Existe el tiempo libre para Anabel González?

    – Trato de salir más o menos temprano de la oficina para volver a la casa cuando ellas están despiertas, y cuando se acuestan sigo trabajando. Los fines de semana también trabajo a ratos, pero siempre busco tiempo para estar con ellas. Ése es mi tiempo libre.

    La preparativos navideños se verán este año un poco sacrificados. Anabel González tan solo espera el mejor cierre de la negociación del TLC y estar en casa el 24 de diciembre, cuando se reúnan, como todos los años, su familia y la de su esposo, para saborear la ya tradicional pata de chancho que tanto le gusta.

    De momento, le roba tiempo al tiempo, aunque no tiene mucho para sí. Amante de la lectura, en los últimos días tan solo lee lo relacionado con el TLC, según confiesa. Al menos, no ha dejado del todo otra de sus actividades preferidas, el ejercicio físico, y, apenas puede, suda la gota gorda en una banda para caminar.

    – ¿Extraña el tiempo para usted?

    – Sí, pero sinceramente, disfruto lo que hago y estoy contenta.


    A veces es más difícil negociar con sus hijas que con Estados Unidos, reconoce Anabel González con una sonrisa. No lo dice la abogada, ni la es pecialista con cerca de 14 años de trabajar en comercio internacional, sino la madre.

    Poder y lágrimas

    – ¿Se siente una de las mujeres con mayor poder en el ámbito nacional?

    – Lo del poder es tan relativo... Si se entiende como la posibilidad de hacer cosas de impacto para el país, el TLC lo es, pero no me siento una persona poderosa. Hoy está uno ahí, y mañana no.

    – ¿Su nombramiento como jefa de los negociadores ticos es un golpe al machismo?

    – Nunca he sentido descriminación, aunque nunca falta un desfasado. La gente ha respetado el trabajo que hago, y no he sentido una barrera.

    Tampoco la he sentido desde la perspectiva de mi casa, pues mi esposo y yo tenemos un entendimiento de que el trabajo es una labor compartida y también lo de la casa, así que me considero una persona afortunada.

    –¿Le ha sacado las canas el TLC?

    Sonríe y mira hacia arriba, como buscando la respuesta: “Creo que no muchas... quizás un poquito”.

    –¿Lágrimas?

    Anabel González aprieta sus labios. Un breve silencio y una confesión: “En algún momento ciertas cosas golpean, pero la ventaja de llegar a esto es que, de algún modo, uno echa un poquito de concha para aguantar los ataques”.


    Pasos de la votación

    Los miembros de Al Día que integran las secciones de Nacionales, Sociedad, Deportes, Diseño y Fotografía, presentaron entre 6 y 10 propuestas de personajes del año.

    De acuerdo con las menciones recibidas, se estableció una primera lista de candidatos.

    Con base en esa nómina, el Director de este diario, jefes de Información, editores de sección y jefes de Diseño y Fotografía escogieron tres nombres, enumerados del uno al tres, según el orden de preferencia.

    Los personajes recibían, por cada voto obtenido, un puntaje de 1 a 3: al primer nombre en preferencia se le otorgaban 3 puntos; al segundo, 2; y al tercero, 1.

    Éstos fueron los resultados de la votación para designar al personaje del 2003:

    Anabel González obtuvo 22 puntos; Kattia Vanessa González, 10; Óscar Arias, 9; Abel Pacheco y Jorge Vergara, empatados a 6; “Rafa” Fernández, 5; y Álvaro Saborío y Humberto Arce, 4 cada uno.


    Los lectores opinan

    Pablo Cob

    Los lectores de Al Día también votaron por su personaje del año. Éstos son los resultados:

    * Página web (1.569 votos)

    1. Pablo Cob

    Óscar Arias

    2. Álvaro Saborío

    3. Katia Vanessa González

    * Correo electrónico opine@aldia.co.cr (183)

    1. Óscar Arias

    2. Pablo Cob

    3. Álvaro Saborío

    * Faxes (2)

    1. Abel Pacheco y Kattia Vanessa González, empatados.

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