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Violencia intrafamiliar
Gloria Bejarano
Alguien preguntó qué significado tenía la marcha, cuando por cinco años se ha venido luchando por aprobar una ley que penalice la agresión contra las mujeres.
Mujeres que pasan por una etapa de sufrimiento antes de atreverse a presentar cargos, y viven un calvario cuando la impunidad protege al agresor. Su angustia, ante la posibilidad de sufrir represalias, es un temor perfectamente fundado. La muerte de 101 mujeres, víctimas de la violencia intrafamiliar, así lo atestigua.
La violencia es una conducta aprendida que contamina a todos con los que tiene contacto, y los condena a repetir el modelo una y otra vez.
Romper el círculo de la violencia es un reto que debemos asumir con urgencia como sociedad, pues está echando raíces en nuestra tierra. Hay que educar, alertar e informar a las personas sobre los alcances de la violencia, castigar a los agresores y, paralelamente, ofrecerles tratamiento a ellos y a sus víctimas.
En este sentido, la viceministra de Seguridad, Ana Helena Chacón, realiza una labor importante con más de 800 oficiales, que, debidamente capacitados, atienden las denuncias de casos de violencia intrafamiliar, y capacitan a comunidades y escuelas.
Los oficiales imparten cursos para ayudar a prevenir y combatir las diferentes formas de violencia dentro de los hogares y fuera de ellos.
Pero poco se puede hacer, si la impunidad sigue protegiendo a los agresores. Urge la aprobación de la ley que nos permite penalizar la violencia contra las mujeres y – agregaría yo– niños y ancianos.
Hay que luchar por recuperar nuestra cultura de paz, pues la violencia nos afecta a todos, y todos estamos expuestos a ella. No es correcto que sigan muriendo mujeres, niños y ancianos en nuestro país, víctimas de la lentitud con que actuamos y decidimos.
La violencia crece en forma desmedida y las respuestas no parecen llegar en forma oportuna.
La marcha es un recordatorio, señores diputados, de que en sus manos puede estar la vida de otras 101 mujeres agredidas, que esperan recibir de ustedes su apoyo para poder vivir, y vivir en paz.
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