Miércoles 17 de diciembre, 2003. San José, Costa Rica.



 

Los asaltantes cubrieron la cabeza y parte del cuerpo al exministro de la Presidencia, Rodrigo Arias, con este saco de yute para que no los observaran. Édgar GRANADOS / Al Día

Alarman ataques de bandas

Gilda GONZÁLEZ y Erick CARVAJAL / Al Día

Rápidos, violentos, profesionales y con equipo sofisticado.

Las bandas que asaltan lujosas viviendas, incluso en presencia de sus moradores, burlan modernos sistemas de seguridad. Se introducen y en pocos o varios minutos sustraen millonarios montos.

El más reciente caso se presentó la noche del domingo cuando encapuchados asaltaron la residencia de Rodrigo Arias, ex ministro de la Presidencia, en Ciudad Cariari.

Además:

  • Perfil delictivo
  • “Pasé momentos de angustia”
  • “Hay que defenderse”
  • Estas organizaciones criminales se caracterizan por un alto nivel y seguridad a la hora de actuar.

    En muchos de los casos ocurridos este año, las bandas estudian a las víctimas, conocen sus movimientos (incluso ayudados por “gato casero”) e ingresan a las casas, tras romper con rapidez los portones, las puertas y evadir cualquier otro sistema de seguridad.

    Para esto portan equipo complejo, incluso acetileno, para cortar metales.

    El modo de operar es un patrón que siguen sin cometer errores, como ocurrió en el asalto a la vivienda del exministro Arias Sánchez.

    Este se percató de la presencia de los asaltantes cuando los tenía al frente en una de las salas de la casa, donde leía a las 8 p.m.

    Info: Radiografía

    Fue amenazado de muerte, encañonado y lanzado al piso, mientras los hombres se llevaban tres pinturas de Rafa Fernández, joyas, dinero, una computadora y dos televisores.

    Según dijo ayer el ministro de Seguridad Pública, Rogelio Ramos, este tipo de bandas (como la del caso de Arias) llegan a las casas a buscar algo específico.

    En casos similares, llegan tres o cuatro delincuentes, a veces participa alguna mujer. Todos vestidos de negro con pasamontañas y armas pesadas.

    Las víctimas no se percatan de su presencia hasta que están dentro del inmueble y ya no pueden hacer nada.

    Una vez adentro todo lo hacen con agilidad y rapidez y agresividad, dicen las autoridades.

    Por lo general no hablan entre sí y es uno de los miembros el único que se dirige a las víctimas reducidas a la impotencia.

    Esta persona amenaza de muerte a las víctimas y las mantiene boca abajo durante todo el tiempo que tarda el asalto.

    Siempre es notorio un líder dentro del grupo, quien da todas las directrices. Los demás escuchan.

    Las bandas utilizan un radiocomunicador con el que el líder se mantiene en constante comunicación con otro miembro de la banda que los espera afuera en un vehículo.

    “Desde afuera les informan si hay movimientos peligrosos o si pueden continuar con el asalto”, dijo un policía ligado a las investigaciones.

    Para algunas de las organizaciones el interés fundamental son los electrodomésticos, otras llegan por el dinero y las joyas y hay otras que lo que buscan es obras de arte.

    Sin embargo, según dijo la fuente judicial, aunque irrumpan en las casas con un objetivo específico, aprovechan para llevarse otras cosas.

    Ticos y extranjeros

    El caso ocurrido a Arias, hermano del expresidente Óscar Arias, es un ejemplo para las autoridades sobre el modo de operar de este tipo de bandas en las que se unen costarricenses con extranjeros, como venezolanos, panameños y colombianos, entre otras nacionalidades.

    En la casa de Arias, los delincuentes abrieron el portón eléctrico principal que no contaba con el candado de seguridad.

    Luego rompieron otro pequeño portón y la puerta que dan a la cocina.

    Se valieron de que frente a la residencia de don Rodrigo hay una casa en venta y es una calle sin salida lo que redujo la posibilidad de ser detectados.

    Aunque Arias no lo pudo ver, supone que los hombres introdujeron el vehículo en el garaje, a fin de si alguien sospechaba pensara que se trataba de invitados.


    Perfil delictivo

    – Violentos, rápidos y profesionales.

    – Rompen portones y puertas, pese de sistemas de seguridad complejos.

    – Visten completamente de negro y se cubren los rostros con pasamontañas para no ser identificados.

    – Utilizan guantes para evitar dejar huellas.

    – Obligan a las víctimas a lanzarse al suelo y las amenazan de muerte si no acatan las órdenes.

    – Dentro de las viviendas no hablan entre sí. Solo uno da las órdenes.

    – Utilizan radio para comunicarse con otro miembro que los espera en un vehículo afuera.

    – Unas buscan joyas y dinero, otras electrodomésticos y algunas solo golpean para conseguir obras de arte.

    – Estudian minuciosamente a las víctimas, incluso en muchos casos hay “gato casero”. Reciben información de alguien que por alguna razón estuvo dentro de la vivienda en ocasiones anteriores.


    Mario Redondo, presidente de la Asamblea Legislativa, dijo que vivió momentos de mucha angustia cuando encontró al ladrón dentro de su casa. Herberth ARLEY / Al Día

    “Pasé momentos de angustia”

    El sábado 22 de marzo será un día que la familia de Mario Redondo nunca olvidará. El presidente de la Asamblea Legislativa fue víctima de un robo, cometido en su casa de habitación en Cartago a las 5 a.m.

    La noche había transcurrido con normalidad. Su hija y su esposa se fueron a descansar.

    En la madrugada, Redondo escuchó un ruido en la planta baja. Se levantó un poco nervioso, a revisar qué pasaba.

    Esos momentos fueron muy tensos. Redondo bajó las gradas y al encender la luz, encontró a un ladrón en la sala de la casa.

    De inmediato, se dio vuelta y subió rápidamente. Solamente pensaba en su esposa e hija, tenía que protegerlas y llamar a la policía.

    Los dos individuos que ingresaron esa madrugada a su casa se llevaron varios electrodomésticos y un perro de la hija del diputado llamado “Tito”.

    “Ha sido una situación muy incómoda. Pasé momentos de mucha angustia. Cuando se encuentra un hombre a esas horas de la madrugada dentro de la casa se piensa muchas cosas.

    “Esos momentos son de mucha tensión pues cuando vi al ladrón en la sala, lo único en lo que pensaba era en mi esposa y en mi hija.

    “Escuché los ruidos en la planta baja y de inmediato bajé para ver qué pasaba. No eran sonidos normales, parecía que alguien estaba adentro.

    “En ese momento prendí la luz y lo vi. El hombre salió corriendo, pero ya habían sustraído algunos electrodomésticos y se llevó a “Tito”, el perro de mi hija.

    “Pusimos la denuncia pero no ha pasado nada, creo que son “raterillos casuales”, explicó Redondo.

    En tres ocasiones en dos años, el presidente de la Asamblea ha sido víctima de robo.

    La primera ocasión fue en enero del año pasado. Cuando llegó a su casa se encontró la puerta abierta.

    “Los ladrones habían aprovechado que no estábamos para meterse y robarnos”, dijo.

    La tercera fue hace como cuatro meses cuando se metieron a la cochera de la casa y le tacharon un automóvil.

    “En esa ocasión no nos dimos cuenta de nada, pero ahora lo que hicimos fue empezar a construir un muro en la cochera para detenerlos”, comentó Redondo.


    “Hay que defenderse”

    El martes 25 de febrero un enfrentamiento con unos asaltantes marcaron la vida de el exmagistrado Jorge Rojas, quien vive en Cuatro Reinas de Tibás.

    Fueron minutos de mucha tensión, pues Rojas se encontró a los antisociales en su casa e incluso hubo un enfrentamiento a bala.

    Rojas narró cómo los desconocidos huyeron de su vivienda con bienes valorados en ¢1,5 millones.

    “Incluso los saludé, pensé que eran conocidos de la familia. Cuando me di cuenta del error, quise sacar el arma de la guantera, ellos dispararon y yo también. Ante estos casos hay que defenderse.

    Los delincuentes huyeron y corriendo entré a la casa para saber qué había pasado con la familia”, explicó.

    El asalto lo cometieron tres hombres, quienes ingresaron a la casa a las 7:10 p.m., tras romper el portón principal.

    Luego metieron el carro por un camino de cemento a un costado de la residencia.

    Un tercer hombre estaba esperándolos afuera en un automóvil Rav4.

    “Supongo que creyeron que la casa estaba sola, pero no era así. Dentro de estaba mi hijo, Jorge Antonio, de 14 años y un amigo de él, de 12.

    Jorge Antonio comentó que ellos estaban en la casa viendo televisión y aprovecharon para comerse algo.

    Cuando entraron les dijeron que no les iba a pasar nada y buscaron un baño donde encerrarlos. Claro, preguntaban por el dinero, pero Jorge Antonio no sabía donde estaba”, señaló.

    Lo peor del caso es que la esposa del exmagistrado, Odilia Arrieta, llegó poco después, luego la empleada, y posteriormente el guarda del barrio, German Delgado. Todos fueron encañonados.

    “A mi esposa le pedían que les diera el dinero, pero ella les dijo que no sabía nada. Los ladrones la metieron al baño con los jóvenes”, indicó.

    Cuando llegó la empleada también la metieron al baño.

    “El guarda sospechaba algo y cuando entró a la casa le pusieron el arma en el cuello, incluso le decían que se quedará calmado sino era el primero que mataban”, comentó Rojas.

    Los delincuentes se llevaron la computadora, la impresora, el fax, un televisor y el microondas. “Presumimos que los delincuentes tenían vigilada la casa y sabían que podían confundir a los vecinos al utilizar un carro parecido a mío”, dijo.

    Rojas está seguro de que en muchos de los robos los delincuentes primero consiguen datos de la casa y de sus cosas de valor.

    “Hay mucha tensión, inseguridad y miedo, estamos pasando por tiempos difíciles”, reflexionó.

    Incluso hace dos meses le robaron el celular del carro, en ese momento llamó al delincuente y este le dijo tranquilamente: “Sabe una cosa, le iba a robar el radio, fue que no me dio tiempo”.

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