Sábado 27 de diciembre, 2003. San José, Costa Rica.



 

Consulta psicológica

Yolanda Hurtado
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No se enferme

1. Soy una persona perfeccionista y sufro mucho cuando algo no me sale bien o cuando los demás no hacen las cosas como yo quiero. Siento que esta situación me hace sufrir y hago sufrir.

R/ El perfeccionismo tiene raíces profundadas y es signo de muchas cosas escondidas. En el fondo, refleja una necesidad exagerada de aprobación por parte de los demás y una seria dificultad de aceptar nuestra condición humana.

Quizás, las raíces están en la primera infancia, por las actitudes rígidas de padres de familia que manejan expectativas muy altas respecto a sus hijos, o bien, la exigencia de los iguales en el grupo.

El perfeccionismo es autodestructivo porque el no alcanzar ciertas exigencias genera mucho desánimo en quienes pretenden “un mundo perfecto”. Aprenda a “conectarse” con su propia persona, a aceptar su condición humana, a recibir el aplauso de los demás porque usted solo es usted mismo y no un eco de las demandas de los demás, habítese por sí mismo y no por las voces externas.

2. Mi hijo perdió el curso lectivo, está en noveno año y yo le pegué porque hemos hecho un gran esfuerzo. Tambien le castigamos no comprándole nada para esta época y no permitiéndole salir con sus amigos. Me pregunto si hemos actuado correctamente.

R/ Comprendo muy bien que el esfuerzo de los padres de familia detrás de la formación académica de sus hijos es muy grande y genera frustración ver que ellos no alcanzan los objetivos deseados, pero señores, con todo respeto, me permito aclararles: cuando hay necesidad de poner limites, el castigo físico no solo es innecesario, sino humillante. Ante una falta del hijo, no debe imponerse más de una medida correctiva acorde con la gravedad de la falta y a todo esto debe existir previamente diálogo con él a fin de buscar las causas del fracaso y reiterarle a él el amor incondicional que ustedes deben tenerle.

Procuren que la medida correctiva sea una, racional, corta y aleccionadora. Exploren, además, si su hijo tiene problemas de motivación en el estudio o algún problema educativo que requiera intervención profesional o atraviesa un período de depresión encubierta o problemas emocionales de diversa índole que requieran ayuda inmediata.

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