Lunes 29 de diciembre, 2003. San José, Costa Rica.



 

Tribuna libre

Gloria Bejarano
Promesas para Año Nuevo

Llegó el momento de hacer nuestras promesas para el Año Nuevo.

A partir del año entrante, nos pondremos a dieta, dejaremos de beber, fumaremos el último cigarrillo, seremos mejores en nuestro trabajo o estudio, arreglaremos el closet, iremos con regularidad a la iglesia, seremos constantes en el ejercicio, nos comprometeremos con la novia, ayudaremos a la señora, pasaremos más tiempo con los niños y... ¡hasta empezaremos a querer a la suegra!

En pocas palabras, nos prometemos ser otra persona.

Todo es parte del ritual de fin de año, casi como comer tamales o ir a la playa. Nos proponemos, con la mejor de las intenciones, cambiar en todo aquello en que estamos fallando.

Es una necesidad el deseo de ser mejor en algún momento, es parte de ese anhelo de superación con que nace todo ser humano, y para lo cual tenemos capacidad. Lo que nos falla es la programación. Las intenciones son buenas, pero no logramos nuestro propósito.

A veces nos proponemos tantas cosas, que al final no sabemos si concentrar el entusiasmo en lo que estamos logrando, o dedicar más tiempo a aquello en que estamos fallando, y acabamos por dejar todo a medio camino con un sentimiento de terrible frustración.

Por eso, este año decidí hacerme solo una promesa y cumplirla.

Hay muchas cosas por mejorar, pero me decidí por algo que no es tan difícil como para romper mi compromiso antes de comenzar febrero.

Se trata de una promesa que, si logro cumplirla, me ayudará a alcanzar otras metas pendientes en la lista como bajar de peso y mejorar mi condición física. No intento convertirme en la atleta del año, y mi promesa es sencilla: hacer un día más de ejercicio por semana.

Puede sonar poco ambicioso, pero es factible y para mí es necesario. Sobreponerme a la pereza de hacer ejercicio y dejar a un lado las excusas, a fin de atender una recomendación médica, es un propósito importante que me he propuesto alcanzar.

En este fin de año, igual que yo, hágase una sola promesa que para usted sea verdaderamente significativa. Una que pueda cumplir y le dé la satisfacción de saber que, sin dejar de ser usted mismo, ha logrado romper el círculo de promesas incumplidas en el Año Nuevo.

| PORTADA | NACIONALES | SUCESOS | OPINIÓN | SOCIEDAD | OVACION | EL NORTE |
| INTERNACIONALES | SERVICIOS | USTED OPINA | PURA VIDA | ESCRIBANOS |

© 2003. Periódico Al Día. El contenido de aldia.co.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr

EDICIONES ANTERIORES