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Los policías detuvieron a varios de los precaristas que se opusieron a ser sacados del terreno donde tenían varias siembras y ranchos para vivir.
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Muerto en pleito por tierras
Gilda GONZÁLEZ, enviada y Rósbill ARGÜELLO, corresponsal / Al Día
Horquetas de Sarapiquí, Heredia. Un nuevo enfrentamiento, ayer, entre la policía y un grupo de precaristas tuvo como resultado un muerto, dos heridos y 9 detenidos en la finca Bambuzal.
La situación de la invasión de tierras por parte de 200 familias, que se inició el jueves con el primer intento de desalojo, volvió a calentarse ayer, a eso de las 9 a.m., cuando un grupo de 15 policías de la Fuerza Pública custodió el ingreso de personal de AyA a la finca .
Según narraron oficiales que estuvieron en el sitio, cuando estaban dentro de la propiedad, de 6 mil hectáreas, fueron emboscados por los precaristas, quienes con machete y piedras en mano comenzaron a atacarlos.
“Nosotros tuvimos que responder cuando vimos que estaban atacando a dos de los nuestros con machetes”, dijo uno de los oficiales que presenció el choque.
Uno de los precaristas, Gerardo Moya Solís, de 46 años, recibió dos disparos en el tórax y falleció poco antes de ingresar a la clínica de Río Frío. (Nota aparte).
Dos policías, Hamilton Molina López, de 23 años y Daniel Rodríguez Obando, de 29, fueron heridos con machetes.
A uno de ellos lo golpearon en espalda y pecho con una tabla cargada de clavos, confirmó Gary Eubanks, director regional de la Fuerza Pública de Heredia.
Ambos fueron dados de alta al final de la tarde en el Hospital de Guápiles.
Los precaristas estaban molestos por la presencia policial después de haber sido obligados a salir del terreno, el jueves, por orden del Juzgado Penal de Sarapiquí.
“Estas tierras son nuestras, de agricultores que las hemos trabajado por años y nos han destruido todo... Es una injusticia lo que hacen con nosotros y que detengan a la gente así como animales”, le decía insistente Nidia Siles a uno de los uniformados.
Con sus rostros cubiertos con pañuelos, los precaristas se armaron de piedras para enfrentar a la policía e impedir que los saquen del terreno.
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Entre bambú
Después del mediodía de ayer, un amplio contingente de 100 oficiales resguardados con máscaras antigases y escudos volvieron a ingresar al terreno, para tratar de desplazar a las familias.
Un equipo de Al Día acompañó al cuerpo policial cerca de cuatro kilómetros de recorrido entre el bambuzal, donde los precaristas, que conocen muy bien la zona, encontraron escondites y no fueron descubiertos.
También participaron especialistas en explosivos, después de que el jueves localizaran cargas de dinamita.
Siete hombres y dos mujeres que estaban en las entradas del terreno fueron detenidos.
Flor Mora, una de las dirigentes del grupo de ocupantes, insistió en que la orden de desalojo es ilegal.
“Nunca fuimos notificados por esto. Nos vinieron a destrozar nuestras siembras de plátano, piña, yuca, tiquisque y camote. Era todo lo que nosotros teníamos sembrado para sobrevivir...”, dijo Mora visiblemente angustiada.
Sin embargo, el ministro de Seguridad Pública, Rogelio Ramos, declaró que el proceso de desalojo estaba pendiente desde hace unos dos años y se realizó, tanto el jueves como ayer, en estricto acatamiento a una resolución dictada por el Juez Penal de Sarapiquí, Carlos Valerio Chaves.
Belsebí Venegas, precarista, insistió al final de la tarde en que van a volver a entrar al terreno, en cuanto salgan los policías.
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