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Viviana Gibelli asegura que no se siente famosa, porque esa cualidad va y viene, más bien, es una mujer exitosa.
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Dulce guerrera
Viviana Gibelli, conductora de “La Guerra delos Sexos”, habló en exclusivacon Sociedad
Isaac LOBO / Al Día
Tiene casi todo en la vida. Es cantante, actriz, conductora, reina de belleza, médico, posee éxito y un infartante físico. Pero aun le falta algo: su media naranja.
Viviana Gibelli, quien es la comandante de las mujeres en el programa “La Guerra de los Sexos”, de Venevisión, se confiesa tierna, dulce y una mujer moderna capaz de hacer varias cosas a la vez.
Ella conversó con Sociedad el miércoles, desde Venezuela, sobre su carrera, la televisión y su vida privada. “No intimido a los hombres, me siento afortunada en el amor, pero no tengo novio. Ahora las mujeres hacemos de todo, pero para ellos no es común que uno sea bonita e inteligente”, asegura sin miramientos.
Viviana está orgullosa de haber logrado animar programas populares, grabar un disco, ser protagonista de telenovelas y haber tenido su propio espacio “Viviana a la medianoche”.
Sus estudios de medicina le permitieron ver la vida de otra forma, pues le hizo recordar que siempre hay que tener los pies sobre la tierra.
“Trabajar en un hospital y estar cerca del dolor y de la muerte, es muy diferente a la tele, donde todo el mundo es bello. Yo hago un equilibrio entre los dos espacios y por eso nunca me he alimentado el ego. No soy famosa. Soy conocida, yo no creo en la fama pues no depende de ti”, añade.
Dinámica
–¿Que ámbito de su carrera le trajo más satisfacciones?
–Siempre he dicho que donde soy más novata, o sea, en el canto. En mi vida están presentes la animación y la actuación. Cuando conduzco un programa necesito actuar, está dentro de mi pues me lo pide el cuerpo. Soy adicta a actuar. Mi carrera empezó hace 16 años y ha sido muy completa, creo que soy una artista versátil, porque me siento cómoda navegando en distintas aguas.
–¿Cuándo volverá a cantar?
–Yo tenía un contrato con Sony para producir tres discos. Pero solo hice uno, que lleva mi nombre, pues mis diversos compromisos de actuación me impidieron continuar. Tuvieron que darme mi libertad.
–¿Qué pasó con “Viviana a la medianoche”?
–Duró dos años, fue realmente un programa que añoro, me gustaba mucho, pues era mi propio “show”. Por estrategia de Univisión, se dejó de pasar por tres meses y cuando quisieron que volviera ya era demasiado tarde, el set estaba malo y no servía. Pero fue una experiencia que recuerdo con mucho cariño.
–¿También es médico. ¿Qué sucedió con esta carrera?
–Yo terminé de estudiar medicina en el 95 y la llevé conjuntamente con mi carrera en televisión. Pero lamentablemente no ejerzo pues me faltaron tres meses de práctica profesional, pues tenía que ir muy lejos y no me podía ausentar de las grabaciones.
–Una mujer hermosa e inteligente, ¿intimida a los hombres?
–Yo creo que hay hombres muy inteligentes que buscan mujeres bonitas y emprendedoras, pero culturalmente no están acostumbrados, pues se cree erróneamente que las bonitas son tontas. Ahora las mujeres somos muy modernas y lidiamos con muchas cosas, somos empresarias, amantes, esposas, amas de casa, amigas, estudiosas ... Hacemos de todo.
–¿Tiene carácter fuerte?
–Depende, ¿por qué preguntas eso?, ¿cómo me ven?
–Pareciera que sí tuviera un carácter fuerte.
–Bueno, puedo ser dura de carácter para algunas cosas. En la “Guerra de los Sexos” me pongo a defender a las mujeres, por el juego, pero no soy feminista. Peleo con Daniel Sarcos (el otro conductor) pero siempre digo que lo amo. Eso es lo bonito del espacio, porque refleja las relaciones de pareja, que no podemos vivir el uno sin el otro.
Viviana asegura que pronto visitará Costa Rica, pues le han hablado maravillas. “Cuando se acrecentó la crisis en Venezuela, ése fue el primer lugar que pensamos para emigrar”, afirma.
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Pura guerra
–¿Por qué es tan popular “La Guerra de los Sexos” (GS)?
–En él sacamos al niño que llevamos adentro. A algunos invitados les cuesta dejar de ser tan rígidos, hasta el final se relajan pero ya es muy tarde.
–¿Qué tal la participación de Andrea Ovares, Miss Costa Rica, en la GS?
–Fue muy rico, me sorprendió la linda amistad que hizo con Miss Venezuela, pues las muchachas en estos concursos van a competir. Andrea fue muy entusiasta, divertida, como tienen que ser los invitados, sin poses rígidas.
–¿Se enoja de verdad en la GS?
–Sí te enojas a veces, sobre todo cuando son injustos. Los hombres en muchos juegos tienen ventaja, porque corren más o son más fuertes. Pero todo es diversión.
–¿Cómo se lleva con el Consejo de la adjudicatura?
–Tenemos un romance, yo me visto bella para él y él me piropea, y me da puntos, me gusta coquetearle. Pero sabes, esto no nació de un libreto, se dio solo.
–¿Es muy competitiva?
–No con las personas, sino conmigo misma. Más bien, soy muy perseverante.
–¿Le hubiera gustado ser Miss Venezuela cuando participó en 1987?
–No me hubiera gustado ser lo que no he sido. Yo quedé en segundo lugar, viajé a Japón y cuando regresé me contrataron para la televisión y arrancó mi carrera. Mi vida sería otra entonces.
Frase a destacar: “En la Guerra de los Sexos volvemos a ser niños. No me da pena tirarme al piso y hacer berrinches, es como una escuela de grandes”
Así es
Papá italiano y una madre cubana: “Tengo una mezcla de razas, porque mi abuela era argentina y mi abuelo español”.
¿Es católica?: “No soy de las personas que va a la Iglesia todos los días, pero rezo todos los días y hablo constantemente con Dios”.
¿Qué le falta en la vida?: “Soy bendita por Dios, pero tal vez me hace falta mi media naranja”.
Hermanos: “Una hermana mayor y uno menor”.
Signo: Capricornio.
Fecha de nacimiento: 22 de diciembre...
Disco: “Viviana”, producido por Rudy La Scala.
Pasatiempos: “Montar a caballo, nadar, ir a gimnasio y hacer yoga”.
¿Cómo la conquista un hombre?: “Tiene que ser él mismo, auténtico, que se me acerque y no trate de impresionarme. Me impresionan las cosas que ellos menos piensan, su espiritualidad, que sea sensible, conversón, que sea profundo”.
La verdadera Viviana: “Soy muy parecida a la que ven en tele”.
¿La belleza abre puertas?: “No, la inteligencia”.
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