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Ayer por la tarde, el padre Rónald Hernández y don “Lalo” Rojas, uno de los fundadores de la cabalgata, alistaban los caballos para la romería.
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Cabalgata de fe
Álvaro SÁNCHEZ CÓRDOBA / Al Día
Pital.- Con mucha fe y devoción, pero sobre todo con ganas de dar gracias a la Virgen de Los Ángeles por un milagro o, simplemente, por pagar alguna promesa, más de 40 caballistas de Pital van rumbo a la Basílica de Los Ángeles, en Cartago.
Ayer, desde mediodía, empezaron los preparativos, para tener todo listo para tomar la partida hoy desde las 7 de la mañana.
Esta tradición tiene ya más de 23 años, comentó el padre Ronald Hernández Jinesta, cura párroco de Pital de San Carlos.
Explicó que la comenzaron tres finqueros de Muelle, Pital y Los Chiles, que tuvieron problemas de salud. Y desde entonces muchos jinetes no faltan a esa cabalgata todos los años.
“Esta es una experiencia maravillosa donde pasan muchas cosas bonitas. La gente se nos acerca y nos da café en el camino. Aquí van niños, personas mayores, jóvenes, mujeres, todos con el fin de dar gracias”, comentó el sacerdote, quien encabeza la cabalgata.
El recorrido hasta la basílica tarda tres días y los participantes hacen tres paradas.
Tres descansos
La primera será en Zarcero hoy mismo. Ahí los jinetes descansarán en el salón comunal de Zapote y darán de comer a los caballos.
Mañana a la 1 a.m. se levantan para preparar de nuevo a las bestias y salir a las 4 a.m. rumbo a la siguiente parada, el aeropuerto Juan Santamaría.
Ahí, nuevamente, descansarán en la noche y el viernes a las 4 de la mañana saldrán rumbo al tercer descanso, que será, ese mismo día, en el inicio de la autopista a Cartago, Florencio del Castillo.
“De ahí volvemos a retomar el paso, el mismo viernes, hasta la capilla de Taras, donde los caballos tienen un pequeño descanso. El padre de la comunidad nos recibe”, relató el cura.
Ese es un momento muy especial, según Hernández, pues las personas se reúnen para contar sus experiencias o dar un testimonio.
“Ese es un momento de lágrimas y cansancio. El año pasado fue muy bonito, pues en el grupo iban dos familias enemistadas y ahí se pidieron perdón. Otro señor contó que iba para que la Virgen le curara a su hija de un cáncer”, agregó.
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