Miércoles 30 de julio, 2003. San José, Costa Rica.

Los vochos ahora son piezas de colección. Se les ha ido modificando aspectos mecánicos.

Adiós, vocho

Hoy se terminará de ensamblar el último modelo del popular escarabajo

En Alemania se dejó de construir en 1977 y en Brasil en 1987.

Gabriela SOLANO / Al Día

“Cada vocho tiene una historia y toda historia tiene un final”. Bajo este lema publicitario concluye la era del Escarabajo de Volkswagen, “el carro de pueblo”, como se le conoció en la década de los 30.

Hoy se terminará de ensamblar el último modelo, el número 21.529.464, pero éste sería conservado como pieza de exhibición en la ciudad alemana de Wolfsburg.

La última fábrica de los populares vochos, ubicada en Puebla, México, también cerrará sus puertas al ritmo de “Las Golondrinas” y mariachis, esta semana.

Mientras tanto, miles de fanáticos alrededor del mundo comparten sus anécdotas sobre sus queridos vehículos, los que ahora pasan a engrosar la lista de los autos de colección.

Este es el primer cabriolet que llegó a Costa Rica. En la foto aparece su dueño, Álvaro García, detrás del volante.
Los últimos

El Escarabajo tomó auge en Latinoamérica gracias a su diseño sencillo, económico sistema de combustible y a que en cualquier parte se podían encontrar sus repuestos.

En México se hizo más popular, pues allí se registran cerca de dos millones, 25 mil de los cuales son taxis. En ese país las autoridades tomaron la determinación de reemplazarlos como autos para taxis debido a que los asaltantes y secuestradores podían atrapar con facilidad a sus víctimas en el asiento de atrás del carro.

Además, el avance de la alta tecnología y otros carros más compactos y cómodos terminaron por desplazarlo.

Aunque ya se terminará de construir oficialmente, se hará un último modelo de lujo. Tendrá espejos, palancas, molduras cromadas, llantas de cara blanca, un equipo de sonido para disco compacto y el escudo de Wolfsburg (fábrica alemana en donde se dejó de construir en 1974).

La última edición de los vochos saldrá (aún no se sabe exactamente cuándo) en los colores Aquarius Blue y Harvestmoon Beige y su costo aproximado sería de $8.100 (¢3.248.100).

Cerca de la década de los 40, los vochos se modificaron para las necesidades de la Segunda Guerra Mundial.
Pedido por Hitler

La historia de su nacimiento se remonta a la década de los 30 en el estudio de diseño de Ferdinand Porshe, quien se popularizó por patentar un sistema independiente de suspensión delantera.

En 1933, Porsche se reunió con el dictador Adolfo Hitler, quien quería un tipo específico de Volkswagen. Éste debía transportar a cinco personas a 100 km/h y con un costo mínimo de dinero.

De inmediato, Porsche concibió “el auto del pueblo”. Al principio, el diseño se llamó Tipo 60, luego se denominó V1 y por su parte Hitler sugirió una versión convertible llamada V2.

Ferdinand no pudo cumplir con el plazo impuesto para su diseño y construcción, así que fue hasta 1935 cuando se tuvo el primer auto. A éste se le hicieron algunas mejoras.

Durante el régimen nazi, el control de la empresa lo lideró una organización llamada DAF y los miembros de la policía SS eran los que revisaban los carros para mandar a corregir sus desperfectos.

Según especificó el propio Hitler, el auto debería ser capaz de: llevar a dos adultos y tres niños (o tres soldados y una ametralladora), gastar 1,7 litros por km y tener un motor confiable enfriado por aire.

Sufrieron cambios

En 1941, la fábrica de autos se convirtió en un arsenal y los carros Volkswagen se transformaron en vehículos militares.

Como las necesidades que exigía la guerra eran otras, el chasis de los vochos se cortó y se convirtió en un auto convertible y cuadrado. También se hizo una versión anfibia del vocho a la que se llamó Schwimmwagen.

Sería hasta 1952 cuando se comenzaría la comercialización del vocho. Algunos llegaron a Inglaterra y otros a los Estados Unidos, donde en primera instancia no tuvo mucho éxito.

A Costa Rica también llegaron. El primero era un cabriolet modelo 1950 traído de Alemania por Emilio Lozzer, quien luego lo vendió a Álvaro García. Éste, a su vez, se lo traspasó a Rodolfo Herrera.

En 1955, Osvaldo Von Breimann decidió importar por primera vez los Volkswagen y estos fueron a dar a la Zona Sur.

Según se registra en la página vochoscr.com, por aquellos días los sedan tenían un costo de ¢15.500 y venían sin accesorios simples como un radio. En ese mismo año se conformaría el primer club de Volkswagen, el primero en su tipo en el país.

* Con información de AP y Vochoclub.com

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