Martes 4 de noviembre, 2003. San José, Costa Rica.


Oficiales del OIJ de Sarapiquí cuando ayer, cerca del mediodía, trasladaban a la sospechosa desde la delegación a las celdas del Comando Atlántico. José Rivera / Al Día

Bananero muere apuñalado

Rodolfo MARTIN / Al Día
Colaboró Mildred Marín, corresponsal.

Puerto Viejo, Sarapiquí.-Un peón bananero murió antenoche de una puñalada en el corazón y como sospechosa figura su compañera sentimental, a quien él le festejaba su cumpleaños.

Así lo informaron ayer fuentes del OIJ y de la Fuerza Pública.

La víctima, Rafael Ángel Salguera Cerdas, de 38 años, era natural de Changuinola, Panamá.

La sospechosa, de apellido Narváez, de Alajuela y al parecer sancarleña, cumplió anteayer 35 años. Ambos tenían un año de vivir juntos, se informó.

Los hechos ocurrieron en un cuarto alquilado por la pareja en el centro de Puerto Viejo, 250 metros al norte de la agencia del Banco Nacional de Costa Rica.

Al parecer, el ataque ocurrió tras una agria discusión entre víctima y victimario. “Es probable que haya mediado algunos problemas de celos”, dijo una fuente ligada al caso.

Narváez, mientras tanto, aseguró que obró en defensa propia, porque Salguera la iba a atacar.

Así lo reveló durante la breve conversación que sostuvo con Al Día, cuando llegaba a las celdas del Comando Atlántico.

La mujer, madre de cinco hijos y que cuida su mamá, afirmó tener testigos de que era objeto de violencia doméstica.

Sin embargo, Frank Max Benavides, amigo de ambos y anfitrión donde tuvo lugar la fiesta, desmintió que Salguera fuera una persona violenta, sino más bien “esquivo” a una supuesta agresividad de Narváez.

Así lo dijo al mediodía, al ser entrevistado en la empacadora de la finca bananera Zurquí, donde estaba laborando.

Salguera también trabajaba para la misma compañía, aunque en otra plantación.

Los hechos que precedieron al homicidio comenzaron el domingo, a las 5:00 p.m., cuando Benavides y su compañera sentimental le organizaron una fiesta de cumpleaños a Narváez.

“Los preparativos arrancaron desde la mañana, cuando mi compañera empezó a hacer un arroz con pollo. Mientras tanto, un amigo y yo nos tomamos algunos ‘traguillos’ viendo los partidos de fútbol”, recordó.

Los invitados llegaron a las 5:00 p.m. y ahí empezó la fiesta con abundancia de tragos.

“A las 9:00 p.m. llegó Gloriana (la dueña de los cuartos) y nos pidió apagar la grabadora y buscar como dormir, porque al día siguiente había que madrugar por el trabajo”, comentó Benavides.

Fue así como Narváez y Salguera se fueron para su cuarto. Pero ya había comenzado la discusión entre ambos, afectados por el alcohol.

La puñalada se produjo cuando entraron al cuarto, según Benavides.

“Creo que se dio cuando mi amigo salía del cuarto para evitar la discusión”, comentó. “Ella le gritó que si salía lo mataba”, acotó.

Salguera salió del cuarto tapándose la herida con una mano y caminó apenas unos 15 metros. Tras de si quedaba un rastro de sangre.

“¡Esta mujer me dio...esta mujer me dió”, habrían sido sus últimas palabras, según su amigo Benavides. El hombre se desplomó.

Benavides llamó a la policía y a la Cruz Roja. Sin embargo, cuando miembros de estas instituciones llegaron –unos cinco minutos más tarde–, Salguera había muerto ahogado en su propia sangre.

La investigación es coordinada por la fiscal de Sarapiquí, Gabriela Jara, con el apoyo del OIJ de esa juridiscción.

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