|
|
Tras las consultas de Al Día, el miércoles, la Fuerza Pública mantiene una pareja de policías vigilando la terminal de buses Caribeños, en Limón. Róger AMORETTY / Al Día
|
Hampa ataca en Caribeños
Róger AMORETTY, corresponsal y Gilda GONZÁLEZ / Al Día
Limón. La parada de autobuses Caribeños, en Limón, sigue siendo blanco de los delincuentes. A diario se registran allí, al menos, seis robos o asaltos por parte de menores que han encontrado en este populoso sitio una forma fácil de conseguir dinero gratis.
Pasajeros, choferes, dueños de locales cercanos y hasta la policía dicen estar cansados de asaltantes y ladrones que aprovechan cualquier descuido para llevarse valijas, billeteras, bolsos y documentos, entre muchos otros bienes.
Juan Carlos Méndez, director regional de la Fuerza Pública de Limón, confirmó los hechos delictivos en la central de autobuses con destino a San José, Siquirres, Matina, Batán, Limón 2000, Santa Rosa, La Bomba y Pococí.
Muchos de los extranjeros que llegan a Limón visitan la parada, ubicada detrás del supermercado Palí, en el centro de esta ciudad.
Según dijo Méndez a Al Día, detienen a los menores, los investigan, los ponen en comunicación con el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) y la Fiscalía de Menores, pero pronto quedan en libertad.
La estación de buses cuenta con dos guardas privados para controlar la situación, pero ellos aseguran no poder conseguirlo por los incontables delitos que se cometen en el lugar.
Evelio Sibaja, guarda, manifestó que ya están cansados de detener a los muchachos y verlos de nuevo al día siguiente.
“Actuamos como verdaderos guardas, pero no hacemos nada porque vuelven a soltarlos. Esos muchachos vienen después a burlarse de nosotros. Ya no sabemos qué hacer, porque estamos arriesgando la vida y cada vez aumenta más la delincuencia”. Hace dos meses, su compañero José Antonio Camacho fue golpeado en la cabeza con una varilla por un joven que intentaba robar en una sala de juegos electrónicos en la estación.
“Esta es nuestra labor. Cuidamos que no lleguen intrusos a robarle las cosas a los clientes y por eso tenemos que enfrentarlos todos los días. Estos delincuentes son muy rápidos y actúan así”.
Conforme supo Al Día, muchos de los menores responsables de los atracos son indigentes (viven en las calles) y aprovechan cualquier momento para sustraer alimentos en las sodas aledañas, desde las vitrinas o las mesas donde están los clientes.
“Los clientes tratan de correr, pero no lograr evitar la presencia de los “chapulines”, dijo Camacho.
Tras los descuidos
El dueño de la empresa de los buses Caribeños, Jorge Eduardo Solano, manifestó que cuando los pasajeros se descuidan los jóvenes, solos o en pandillas, arrebatan bolsos y cuanto esté a su alcance.
“Esto ha sido especialmente contra los extranjeros, que posteriormente vienen hasta la oficina nuestra a denunciar que les robaron pasaportes o la valija completa. Requerimos de mayor seguridad para cubrir toda la parada. Los guardas que tenemos son muy pocos para vigilar las tres entradas que tiene la terminal de buses”, añadió Solano.
Róger Elizondo, un asiduo cliente de estos autobuses, dijo a Al Día que no ha sido víctima de los asaltos y robos, pero ha presenciado algunos casos.
“Esta parada pinta como un punto de zona roja y desde hace tiempo me da miedo venir a la zona. Ya no nos podemos descuidar, tenemos que estar chispa cuidando nuestras cosas”.
Igual opinó Adriana Molina, dueña de una sala de juegos electrónicos, que expresó estar cansada.
“Es terrible estar en un negocio con tantos delincuentes que ingresan a robarme. Ya es bueno que el Gobierno haga algo con esta clase de indigentes que no solo hacen un atentado en un negocio, sino que son consumidores de drogas”.
Por su parte, Marjorie Medina, dueña de un pequeño restaurante en el centro comercial caribeño, relató que todos los días tiene que llamar a los oficiales de seguridad.
“Yo los llamo y vienen, pero ya no soporto, porque los indigentes tratan mal a los clientes y aprovechan para robar lo que sea, hasta lo que llevan puesto”, indicó.
|
