Lunes 10 de noviembre, 2003. San José, Costa Rica.



Sin freno Viernes 31 de octubre, 11:50 a.m. Aunque el acuífero de Tamarindo ya colapsó, los proyectos turísticos siguen adelante.

Temor por agua en Santa Cruz

Mercedes AGÜERO ROJAS / Al Día

Santa Cruz, Guanacaste. Los pobladores del cantón guanacasteco de Santa Cruz tienen enfrente una preocupante disyuntiva. Por un lado, reconocen los beneficios del turismo para la zona, pero, por otro, señalan que su desordenado desarrollo amenaza con agotar los mantos acuíferos locales.

Un grupo de vecinos atribuyen a la municipalidad y demás instituciones estatales el otorgamiento “indiscriminado” de permisos para la construcción de hoteles, piscinas, canchas de golf y condominios. Todos con altos requerimientos del vital líquido y sin que nadie lo controle.

El principal temor de los lugareños es que los dueños de los proyectos vacacionales presionen a las autoridades locales para permitirles extraer el líquido del acuífero Nimboyores, ubicado entre los distritos Tempate y Cartagena, y uno de los pocos que aún no ha sido sobreexplotado.

Además:

  • Varios ángulos
  • Turismo con dos caras
  • “Cuando no haya agua, tampoco habrá turismo. Todos se irán, pero nosotros quedaremos aquí”, dice Rosa Angulo, vecina de Cartagena.

    El alcalde santacruceño, Pastor Gómez, no desconoce esa preocupación, pero se inclina por darle luz verde al crecimiento turístico. “Cuando los proyectos llegan aquí, ya tienen el visto bueno del INVU y de la Secretaría Técnica Ambiental (SETENA). No puedo rechazarlos”, confiesa.

    Para Everardo Rodríguez, presidente ejecutivo de Acueductos y Alcantarillados (AyA), “el problema es el desperdicio. Falta regulación y planificación, pero hay agua en Guanacaste”.

    Jorge Eduardo Pizarro, fiscal de la Cámara Guanacasteca de Turismo, también sale al paso de las críticas: “Debo recordarle a la gente que hoy anda hablando, que el turismo fue el que rescató y mantiene vivos a estos pueblos”.

    La actividad, según estimaciones de la Cámara, le genera a Santa Cruz entre 7 mil y 10 mil empleos directos. Ese sector maneja mensualmente de ¢700 a ¢1.000 millones (ver recuadro).

    Sin embargo, líderes comunales, empresarios y funcionarios del Gobierno coinciden en que el tema del agua debe pasar de una disputa a un reflexivo diálogo entre todos los sectores. En ese sentido, se han dado ya los primeros pasos.

    Falta de planificación

    Documentos oficiales en manos de los vecinos evidencian que la crisis del agua había sido anunciada hace tiempo. Un estudio de 1997, elaborado por AyA, señala que la disponibilidad de recursos hídricos para abastecer a los guanacastecos presentará un déficit del 200 por ciento en el 2015, respecto al de aquel año.

    De acuerdo con el ingeniero Germán Matamorros, del Área de Aguas Subterráneas, del Sistema Nacional de Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento (SENARA), “el no planeamiento del desarrollo turístico y urbanístico de la región, más los usos y servicios comunes, han desatado varios conflictos por el uso del recurso”. Así lo expuso en un foro sobre este problema, que se llevó a cabo en Liberia el 17 de octubre.

    En su exposición también afirmó que “el uso indiscriminado y sin control, por parte de algunos complejos hoteleros que requieren grandes volúmenes de agua para su operación y mantenimiento, ha perjudicado a varias comunidades”.

    Un estudio del SENARA reveló, el año pasado, que el acuífero de Playa Flamingo, y más reciente el de Tamarindo, colapsaron por intrusión salina. El documento previene que el acuífero Nimboyore puede ser sometido a una fuerte extracción de agua, si no se aplican medidas de control.

    ¡Y el empleo!

    En la zona hay escasez de agua. Las acequias y ríos se secan en los primeros meses del verano. Los niveles en los pozos artesanales bajan notablemente, y en comunidades como Matapalo deben aplicar el racionamiento, afirma el sacerdote Ervin Álvarez.

    Se ignoran estas señales, agrega, y los permisos de construcción se aprueban rápidamente sin contemplar efectos futuros. Tampoco se respetan los planes reguladores.

    “Por eso, nuestra lucha ahora va encaminada a proteger el Nimboyores”, comenta Eusebio Obando, presidente de la Asociación de Desarrollo de Huacas.

    El acuífero tiene una disponibilidad de agua de 326,43 litros por segundo. Actualmente se le extraen 93 litros en esa fracción de tiempo. Las comunidades frenaron una concesión de 180 litros por segundo que se pretendía otorgar a un complejo hotelero. Un nuevo estudio de AyA asegura que se pueden otorgar 60 litros por segundo.

    En la zona, muchas familias viven del desarrollo turístico. “El turismo genera empleo”, comenta Warlyn Leal, vecino de la Urbanización 27 Abril, quien lleva 4 años laborando en mantenimiento en el Hotel La Colina, en Tamarindo.

    Esta disyuntiva entre necesidad de fuentes de trabajo y demanda de agua mantiene en jaque el gobierno local. “No puedo frenar proyectos, pues Santa Cruz tiene una elevada desocupación. Aquí la gente viene a pedir trabajo, zinc, alimentos y no hay nada. ¡Qué voy a hacer!”, dice el alcalde Gómez.

    La disyuntiva desvela a todos los pobladores.


    Gran belleza Viernes 31 de octubre, 2:45 p.m. Playa Grande forma parte de los 94 kilómetros de costa que tiene el cantón de Santa Cruz. Los vecinos reclaman al Estado mayor control sobre el desarrollo turístico.

    Turismo con dos caras

    Mercedes AGÜERO ROJAS / Al Día

    El turismo ha sido motor del progreso de muchos pueblos, pero hoy también es blanco de críticas debido a la escasa planificación con que ha crecido.

    En Santa Cruz, donde pobladores dicen que su crecimiento amenaza los mantos acuíferos, la Cámara de Turismo Guanacasteca asegura que las obras apenas empiezan.

    “Este cantón tiene 94 kilómetros de playa. De eso, hemos explotado apenas unos 40 kilómetros”, afirma Jorge Eduardo Pizarro, fiscal de la Cámara.

    El impacto del turismo se traduce en inversiones de unos ¢1.500 millones y en los empleos directos de entre 7 mil y 10 mil personas. Sin embargo, reconoce Pizarro, muchos de los puestos calificados los ocupan trabajadores del Área Metropolitana o extranjeros, pues en Guanacaste se carece de ese personal.

    Alto en el camino

    Los proyectos turísticos que se avecinan, proporcionarán inversiones de unos ¢500 millones.

    Pizarro defiende esta actividad, pues afirma haber sido testigo de cómo, a mediados de los 80, rescató a pueblos y familias “condenados a la miseria”, cuando el precio del ganado cayó y la agricultura tampoco daba resultados.

    “La gente de los pueblos ni siquiera sabía qué pasaba. Tal vez no estábamos preparados para el desarrollo que se venía, y quizá nosotros mismos tuvimos la culpa por no acercarnos a decirles lo que sucedía”, agrega.

    La misma Cámara de Turismo reconoce que es hora de hacer un alto en el camino y buscar un ordenamiento.

    “El Estado no tiene capacidad para planificar el desarrollo. La gente de las comunidades se metió en el tema del agua porque ven un negocio ahí, pero lo que debemos hacer es un trabajo conjunto”, dice Pizarro.

    Carlos Manuel Rodríguez, ministro de Ambiente y Energía, admite que el desarrollo turístico y urbano de Guanacaste, al igual que en el resto del país, ha sido “totalmente desordenado”.

    ¿Cómo llegar al orden? Los empresarios proponen una Corporación de Desarrollo Guanacasteca.


    Varios ángulos

    Rosa Angulo, Dirigente comunal

    Rosa Angulo Dirigente comunal

    Cartagena de Santa Cruz

    “Estoy de acuerdo con el desarrollo, pero todo debe ser planificado. Antes de iniciar proyectos turísticos, se debe determinar con cuánta agua se cuenta. Si las comunidades no nos metemos a defender nuestros recursos, ¿qué va pasar?”.

    Carlos Manuel Rodríguez, Ministro de Ambiente y Energía

     

     

    “El desarrollo urbano y turístico en Guanacaste ha sido desordenado. Es necesario planificar el uso del suelo, según las necesidades de agua. El acuífero de Tamarindo va al colapso total y la municipalidad debe empezar a parar las construcciones, pues éste no da más”.

    Pastor Gómez, Alcalde municipal

     

    “El sector ganadero no da utilidades y, con veranos tan prolongados, no vale la pena incentivar la agricultura. Estamos reuniéndonos con inversionistas para exigir plantas desalinizadoras en proyectos muy grandes. Es la única salida”.

    Carlos Chacón, Asociación Acueducto Playa Grande

     

    “El problema del agua es serio. El INVU gira permisos allá, pero aquí nadie se asoma. A la municipalidad solo le interesa el impuesto. Las compañías desarrolladoras venden y venden lotes, pero no dejan zonas verdes, accesos de calle ni nada. Los problemas le caen al pueblo”.

    Sidar Benedicto, Acueducto Rural de Matapalo

     

    “Esta comunidad es la que más ha sentido la falta de agua, pues cuesta perforar pozos. Hay que racionar de enero a junio o julio. Estamos abriendo otro pozo, pero sería insuficiente si se autorizan megaproyectos. Además, Bahía Los Piratas se quedó sin agua y se la llevan de aquí en tanquetas”.

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