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Papeles en mano
Con papeles en mano, el diputado Humberto Arce acusó ayer al PUSC de estar involucrado en un nuevo lío por el financiamiento electoral.
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Arce acusa al PUSC
Pablo GUERÉN CATEPILLÁN / Al Día
El diputado del Bloque Patriótico Parlamentario, Humberto Arce, acusó ayer al PUSC, y en particular al tesorero de esa agrupación, Fernán Guardia, de simular en la pasada campaña electoral la venta al Banco Interfin de seis bonos serie A, cuyo valor en total es de ¢60 millones.
Arce basó su acusación en una carta que le hizo llegar ayer Carlos Arias, gerente de Interfín Valores, en la que, aseguró, éste le certificó “que tal venta (…) nunca se produjo pues ese Banco recibió tales bonos en marzo del 2001 como pago a un crédito de ¢70 millones que el partido le adeudaba desde la campaña del 1998”.
Consultado al respecto, Guardia dijo anoche que “la persona que piense que yo he gemeleado algo es capaz de hacer semejantes cosas y yo no soy capaz. Estoy muy dolido de ver la calidad de diputado que es (Arce). Lo califiqué de mejor capacidad, de ser un periodista objetivo, profesional y no un diputado haciendo politiquería. Que haga sus acusaciones y nos veremos en los tribunales”.
Empero, la nota de Interfin, añadió Arce, contradice la misiva enviada el 2 de setiembre por Guardia a la comisión legislativa que investiga el financiamiento electoral, en la que señaló que los bonos se los vendió al banco, entre el 26 de noviembre y el 18 de diciembre del 2001.
Entregados
Al respecto, el jefe de fracción del PUSC, Gerardo González, aseguró que en marzo del 2001 los bonos fueron entregados en garantía a Interfín para pagar la deuda, y que con un descuento del 20 por ciento ésta quedó en ¢48 millones.
Esa suma, según González, fue cancelada en efectivo en diciembre del 2001 por el grupo cívico que manejó las finanzas de campaña del actual presidente Abel Pacheco, a través de la compra de los mismos bonos, aún en poder del banco.
Empero, Arce insistió en que el PUSC buscó “engañar al TSE, a la Contraloría y a la Comisión” ya que, añadió, “los ¢48 millones reportados como venta de bonos, en realidad fueron utilizados por esa agrupación para reciclar y camuflar donaciones secretas captadas por medio de la estructura paralela”.
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