Martes 18 de noviembre, 2003. San José, Costa Rica.



Los roces

Ramón Luis Méndez

Son los árbitros los que tienen la palabra en juegos como el del domingo anterior, donde Saprissa y Liberia en algunos momentos daban la impresión de que jugaban sin balón, al estilo que se juega en las escuelas, empujones iban y venían.

Eso es definitivo que le dificulta el partido al árbitro y en algunos casos hasta lo saca de concentración; en eso depende mucho de la actitud que tome el jugador, y es que debe comprender que no debe tomarse la justicia en sus manos, para eso está el árbitro.

En ese juego hubo momentos en que parecía que los futbolistas sentían que estaban jugando mejenga. Y eso lo hemos observado en muchos partidos, ese no fue la excepción, uno detrás del otro reclamando, empujando y sujetando sin estar en disputa el balón.

Persiguiéndose para reclamar y sacarse el clavo; en fin, eso no debe ser, máxime cuando la calidad futbolística existe. Lo más preocupante es que si esa misma actitud se toma en juegos de nuestra selección, nos puede ir muy mal.

Bien que mal, José Antonio Araya que fue el central, en parte frenó a tiempo la situación. Aunque hubo tres expulsados, da la impresión que Santana fue sacrificado en la “roja”, no se logra ver que haga nada.

Pero si Araya hubiese visto la acción de Evaristo Contreras, donde bota dentro del área a un saprissista, debió ser penal en contra de Liberia. No lo observó así, ya que el balón iba por otro sector.

En parte se hubiera evitado tanta bronca, pero pudo hacerse justicia. Al final de cuentas no quedó bien con nadie. Ambos entrenadores fueron expulsados y dichosamente la situación no pasó a más.

En cuanto a la falta de Leonardo Jiménez sobre Kenneth Vargas no hay discusión. Eso es juego brusco grave y está estipulado como tarjeta roja. En buena hora que los futbolistas se dediquen más a jugar fútbol y dejen al árbitro hacer su trabajo.

Tumor cerebral

Londres / AFP. El piloto británico Richard Burns tiene un tumor cerebral y el consecuente tratamiento de radioterapia le impedirá participar en el campeonato mundial de rally 2004.

Burns, de 32 años, campeón mundial en 2001 y cuarto en 2003, se desvaneció cuando conducía su auto particular el domingo 2 de noviembre por la noche rumbo a Cardiff (Gales), tras lo cual fue hospitalizado para buscar las razones del malestar.

Los exámenes revelaron que tiene un astrocitoma -un tumor cerebral-, que será tratado con radioterapia, indicó la escudería Subaru en su sitio internet.

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