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Necesidades de
toda la vida
Álvaro SÁNCHEZ / Al Día
Naranjo.- La familia de doña Mireya Jiménez Quirós, conformada por sus tres hijos, las necesidades han sido cosa de toda una vida y contra las cuales no se cansa de luchar.
“Comemos cuando se puede, uno de mis niños no puede estudiar por falta de recursos y la casita está en malas condiciones”, así resume la señora sus necesidades, las cuales, según ella, está segura que mejorarán conforme pase el tiempo.
Bryan Jiménez Quirós, de 15 años, Raquel Gutiérrez Jiménez, de 12, y Kevin Gutiérrez Jiménez, de 5 añitos, son los hijos de doña Mireya.
Para esta Navidad, el más pequeño sólo quiere un carrito que vio en un comercio del centro de Naranjo. El mayor desea tener un buen trabajo para ayudar a su familia y hasta poder estudiar, y la niña pide por la felicidad de su madre.
Pobreza de costumbre
“Uno como que ya está acostumbrado a sufrir dificultades, pero nunca pierde la esperanza de mejorar, sobre todo, que las condiciones de vida de los hijos sea cada vez mejor”, dijo Mireya, mientras lavaba los platos.
Su casa está ubicada a la orilla de la carretera principal de Naranjo. Es una de las muchas familias de escasos recursos que viven en esa zona cafetalera.
De hecho, el hijo mayor de Mireya se dedica a coger café en una finca cercana, con lo que ayuda a la economía del hogar.
Su casita es de madera y latas de zinc, además, está cerca de una quebrada y el piso también es de madera.
Sin embargo, no cuenta con las condiciones mínimas para vivir dignamente.
Doña Mireya aspiraba ser parte de un grupo de familias que fueron desalojadas de la quebrada Los Negritos, en Naranjo, donde hace unos meses un tráiler se accidentó y mató a dos personas.
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