Lunes 24 de noviembre, 2003. San José, Costa Rica.



La mayoría de nicaragüenses, muchos de ellos ilegales, ya empezaron su viaje hacia Costa Rica para visitar sus parientes, como lo ilustra esta gráfica tomada el jueves a las 5:15 p.m., cerca de las aguas del San Juan. Rafael PACHECO GRANADOS/Al Día

Agobiante viaje

Álvaro SÁNCHEZ CÓRDOBA / Al Día

San Carlos de Nicaragua.- El nicaragüense Alberto Acevedo caminó por más de dos días para llegar a Los Chiles, desde su natal Managua.

El jueves a las 6 p.m., sentado con los pies encogidos y con el brazo derecho fuera de la lancha que lo transportaba por el río San Juan, echaba agua en su cara para evitar el sueño. En ese momento, relató su viaje, plagado de hambre y sed.

Días atrás viajó a su ciudad para darle a su madre, Carmen, un regalo de Navidad adelantado: llevaba más de siete años sin verla, pues muy joven había emigrado a Costa Rica.

Además:

  • Investigan tráfico de niños
  • Sueño angustioso
  • “Nos da miedo”
  • Sin embargo, su corazón está dividido, ya que de camino su anhelo era llegar pronto a casa y encontrarse con su esposa, Yudith Aguirre, y celebrar la Navidad y el Año Nuevo.

    Como él, aproximadamente unos 60 mil nicaragüenses legales y otros 40 mil ilegales, atravesarán algún sector de la frontera norte para volver a casa durante la Navidad o a visitar a sus familiares radicados en nuestro país.

    Miles de esos nicaragüenses aprovecharán la oscuridad, el frío y los peligros de navegar durante la noche y sin luz, para no ser descubiertos.

    La zona limítrofe con Nicaragua, que abarca unos 320 kilómetros, representa el mayor problema para las autoridades policiales y de migración de Costa Rica y Nicaragua, que, para frenar la delincuencia y el paso de inmigrantes –sin documentos–, pondrán en marcha una rigurosa vigilancia el 4 de diciembre.

    La mayoría de nicaragüenses que sale o entra a Costa Rica, viaja más a partir del 18 de diciembre, según el director de Migración y Extranjería, Marco Badilla.

    Desde el 1 de diciembre, se reforzará la presencia policial en los aeropuertos internacionales Juan Santamaría y Liberia, así como en el puesto de Peñas Blancas, principales puntos de salida y entrada al país.

    Para José Félix Sánchez Jarquín, jefe de la Policía Nacional de Nicaragua en San Carlos, esa medida pretende poner fin al contrabando de ganado y armas, tráfico de drogas, secuestros, robos y hasta un posible tráfico de niños nicaragüenses en la franja fronteriza (ver nota aparte).

    Mayor afluencia

    El director de Migración prevé un aumento del 25 por ciento en la entrada de legales e ilegales por Peñas Blancas, Jomusa y México de Upala; San Pancho, Medio Queso y Las Tablillas de Los Chiles. También viajan por Coopevega, Crucitas e Isla Chica, en San Carlos.

    El ministro de Seguridad Pública, Rogelio Ramos, reconoció que la vigilancia ejercida no es la idónea porque la frontera es muy extensa.

    “Estamos haciendo esfuerzos con la policía y el ejército de Nicaragua para ser más efectivos e intercambiar información a la hora de que se presenten delitos, como robos, secuestros, homicidios o contrabando de ganado, drogas y armas”, dijo el funcionario.

    En el puesto de Peñas Blancas de La Cruz, se han tomado previsiones para atender a unos 12 mil nicaragüenses, que se espera vuelvan a Costa Rica con pasaporte.

    Según datos del Ministerio de Seguridad, entre enero y el 27 de octubre de este año se han deportado a 661 personas, la mayoría nicaragüenses y colombianos.

    Además, se rechazó la entrada de 31.810 nicaragüenses, que no cumplían requisitos migratorios.

    Los datos de Seguridad revelan que cada 24 horas se deportan y rechazan entre tres y 107 extranjeros. Entre el 23 y 28 de diciembre del año anterior, fueron devueltos 325 indocumentados por Los Chiles y que intentaban, como miles de sus compatriotas, encontrar una opción laboral en Costa Rca.

    Con una población cercana a los 5,5 millones de habitantes, Nicaragua tiene una fuerza laboral aproximada a 1 millón, 900 mil personas, de las que más del 10 por ciento están desempleados y una cifra similar están subempleados, según datos oficiales del Banco Central de ese país.


    Largo recorrido Guillermina Narváez, de 75 años, manifestó el jueves a las 7 p.m., en Medio Queso, de Los Chiles, que inició el viaje desde Nicaragua hacia Costa Rica para visitar a su hija, Mirian Bado.

    Sueño angustioso

    Álvaro SÁNCHEZ CÓRDOBA / Al Día

    Río Medio Queso, Los Chiles.- La caminata fue extenuante. La artritis, el dolor de cuerpo y el hambre casi hicieron sucumbir a una humilde pareja procedente de Managua, en su intento por alcanzar un sueño que caló en su corazón por más de ocho años.

    Guillermina Narváez y José Manuel Bado, ambos de 75 años, iniciaron el martes por la mañana un recorrido que pretendían terminar en Los Chiles, de donde saldrían en bus hacia San José para reencontrarse con su hija, Mirian Bado.

    Fueron horas sin almuerzo y con único descanso en el atracadero de San Carlos de Nicaragua.

    Ahí esperaron casi tres horas y a las 4 p.m. salieron en una pequeña embarcación, rumbo a la desembocadura del río Medio Queso, donde apenas cabían, pues también viajaban otras 13 personas.

    Ése es ahora uno de los principales sitios de entrada ilegal a nuestro país, el cual se torna peligroso, pues se hace durante la noche y en condiciones muy desfavorables.

    “Yo tengo mucha ilusión de ver a mi hija, son muchos años y quiero pasarla con ella. Esta Navidad y el Año Nuevo aunque sea, me hace mucha falta”, dijo la mujer, ya un poco preocupada, cuando la panga para siete personas en la que viajaban unas 13, se quedó sin gasolina y el agua no dejaba de entrar por algunas ranuras de la embarcación.

    Larga espera

    Luego de una hora de esperar por ayuda, doña Guillermina se tranquilizó y retomó sus esperanzas por ver a su hija.

    Eran las 7:30 p.m. Casi dos días y medio se estaban cumpliendo desde que salió con su esposo de la casa.

    “Ya llegamos, pero aún nos falta. Me da un poco de miedo ya que nos puede agarrar la policía”, añadió.

    Doña Guillermina, además de su esposo, era acompañada por dos nietas, a quienes tiró al río apenas divisó unas luces de un carro que se aproximaba.

    Ella no quería moverse, no iba a permitir que después de tanto esfuerzo la atraparan si poder ver su hija.

    “Yo de aquí no me muevo muchacho, hemos pasado dos días sin comer, sin dormir, de sustos y hemos gastado dinero que no tenemos.

    Yo quiero ver a mi hija”, dijo la mujer, mientras intentaba esconder debajo del agua a sus nietas para no ser descubiertas.

    Después de unos minutos, entre la oscuridad, sin más iluminación que el “flash” de la cámara de un fotógrafo de Al Día, doña Guillermina continuó su camino entre el barro que le impedía caminar rápido.

    Por fin, llegó a la carretera principal de Los Chiles, a escasos 300 metros del Comando de la Fuerza Pública.

    Su próxima parada sería una gasolinera cercana, donde lavó y limpió a las niñas.

    Lo mismo hizo su esposo, que luego fue a buscar un taxi que los trasladara hasta el sector de El Parque, donde pasaron la noche y al día siguiente partieron a hacer realidad un sueño.

    “Mi hija se vino a trabajar, ella fue muy valiente, pues ahora se lo que se siente y lo difícil que es entrar a este país. Espero poder verla”.


    ILUSIONES Joylin Espinoza y su compañero, Rafael Miranda, regresaban de Nicaragua, el jueves a las 7 p.m, con los hermanos de ella, a fin de que reciban una mejor educación.

    “Nos da miedo”

    Pareja relata experiencia

    Río Medio Queso.- Su cara cambió al pisar suelo costarricense, pero sin abandonar el miedo que la había atormentado durante más de cuatro horas, hasta cruzar la frontera.

    Joylin Espinoza y su compañero, Rafael Miranda, regresaban el jueves de Nicaragua para traer a los hermanos de ella y brindarle la oportunidad de recibir una mejor educación.

    Rafael, tico, había conocido a Joilyn, nicaraguense, varios meses antes, en nuestro país.

    “Fuimos a Nicaragua a conocer a su familia y quisimos traer a los hermanitos de ella para que estudien. Esto es difícil, yo soy tico, y aún así, me da miedo”, confesó Rafael.

    Joilyn, aún más temerosa cuando bajaron de la panga que los condujo por los ríos San Juan y Medio Queso, aseguró sentirse feliz, pues ahora sus hermanos podrían tener un mejor futuro.

    “Me da mucho miedo, pues es de noche y no quiero que la policía nos agarre y devuelva a mis hermanos”, dijo la joven.

    De hecho, apenas habían empezado su camino cuando advirtieron un carro que venía hacia ellos y decidieron esconderse.

    “¡Usted sabe que después de caminar tanto y arriesgarnos, que nos agarren aquí ya llegando y se lleven a mis hermanos! No lo voy a permitir, pues todos tenemos derecho a un mejor futuro”, añadió la joven.

    Para Rafael, algunas personas se convierten en ángeles de la guarda y socorren en el camino a los indocumentados.

    “Ustedes son ángeles, de no ser por ustedes no salimos de aquí. Gracias por todo, por la ayuda que nos dieron por nada a cambio”, le dijo el hombre al conductor de un pick-up que los transportó durante varios kilómetros hasta Los Chiles.


    Investigan tráfico de niños

    San Carlos de Nicaragua. -La Policía Nacional de Nicaragua investiga un posible tráfico de niños y niñas a Costa Rica, confirmó José Félix Sánchez Jarquín, jefe de delegación de policía de ese país en la comunidad nicaragüense de San Carlos.

    Según Sánchez, las sospechas se basan en los casos conocidos de cuatro niños sacados ilegalmente del país hacia España.

    “Creemos que se puede presentar esa situación, pues estamos en una zona fronteriza donde el tránsito de legales e ilegales es muy grande y el control escaso”, dijo Sánchez, el jueves anterior.

    Conforme aseguró hace varios meses la directora regional del Patronato Nacional de la Infancia (PANI), Mariamalia Chaves, esa situación no podría descartarse.

    Édgar Hernández, director regional de la Fuerza Pública en la zona, reconoció que se ha reunido en varias oportunidades con la policía y el Ejército de Nicaragua para intercambiar información sobre ese problema.

    Asimismo, a partir del 4 de diciembre darán inicio a operativos e intercambio de información entre ambos países, para evitar delitos como el contrabando de ganado, drogas y armas, así como secuestros, homicidios y delincuencia, males presentes en esta región desde hace muchos años.

    “Es una zona muy conflictiva que vamos a intentar rescatar para la tranquilidad de quienes viven cerca y transitan por ahí, pues se dan muchos robos a indocumentados que llevan a su país lavadoras, televisores y otros artículos a fin de año”, explicó Hernández.

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