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Aunque Javier Poza no conoce Costa Rica, dice que sabe mucho de nuestra tierra por una buena amiga tica.
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Big Fan de su trabajo
Gabriela SOLANO / Al Día
Además de ser el conductor de El Relato, Javier Poza asegura ser todo un Big Fan del Gran Hermano. Así se lo comentó a Al Día este miércoles por teléfono, desde México.
Su principal reto, sin duda, afirma que es “estar en un programa diario”, en el que dice sorprenderse con todo lo que sucede en la casa más famosa de esa tierra azteca.
Y en su opinión los VIP, que aún habitan en la casa, tienen posibilidad de ganar y no se atreve aventurar ningún pronóstico sobre el posible triunfador.
Sorprendido
–¿Qué tan fiel seguidor es del programa?
–Desde el primer programa me convertí en Big Fan, aunque ya había leído sobre el formato del programa en el libro de George Orwell “1984”, del cual se extrae la idea del Gran Hermano. Cuando llegó a México lo comencé a ver y la verdad es casi adictivo.
–¿Qué situación le ha sorprendido más de lo ocurrido en la casa ?
–Todo. El programa tiene la virtud de sorprenderte y a la vez no porque es un reflejo de lo que pasa en la realidad.
La gente famosa reacciona como lo haría la mayoría de personas y ver eso sorprende a la audiencia. Son reacciones tan cotidianas que causa asombro.
–¿Qué opinión le merece la participación de Vica Andrade en el programa?
–Extraordinaria. Como la de todos los demás que siguen en el juego. Han sabido llevar bien las cosas y prueba de ellos es que continúan en la casa.
–Además de presentar El Relato. ¿Hasta dónde llega su participación?
–Yo me encargo del programa. Lo veo y grabo según las escenas. No hay un texto estructurado previamente.
–¿Cómo es la relación con Verónica Castro?
–Muy bien. Antes que nada le tengo una gran admiración y profundo respeto. A eso le sumo el cariño que nació ahora, ella es una mujer cálida y tiene ese don de caerle bien a la gente.
No sería inquilino
–¿Entraría como inquilino a la casa?
–No. Conozco tan bien el programa que no creo tener el talento o reunir las características necesarias para ser habitante.
–¿Cuánto tiempo antes se entera del cambio en las reglas del juego?
–Vivo el día a día. Soy el último en enterarme de todo. Los únicos que saben que ocurrirá son Big Brother (el locutor) y el productor Pedro Torres.
–¿Lleva relación cercana con alguno de los habitantes VIP de la casa?
–No. Los conozco desde hace tiempo como al Burro Van Rankin porque trabajamos juntos en radio, pero como de ir a comer y actividades más cercanas no.
–¿Se esperaba alguna de las expulsiones que se han dado hasta ahora?
–No. Aquí (en la producción) todos hacen su apuesta a ver quien acierta con respecto a la nominación o expulsión, pero a veces los primeros sorprendidos con la decisión somos nosotros. Tal y como pasó el domingo en que nadie se esperaba que saliera Van Rankin.
–¿Quiénes podrían llegar a la final?
–A como se están dando las cosas dentro de la casa cualquiera podría llegar. La historia cambia a cada instante y la competencia está muy cerrada.
–¿Estar tan involucrado en el programa le ha significado un cambio radical en su horario de vida?
–Estoy acostumbrado al horario. Me levanto a las 5 a.m. para estar en el noticiero En Contraste, luego salgo y me voy para la emisora que dirijo –Amor 95.3– Cerca de las 4 p.m., diariamente, tengo que ir a Televisa para grabar el Relato y ya luego para la casita a ver Big Brother y tratar de descansar.
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