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Rescate
En esta cabaña, en Birrí de Heredia, fue donde los secuestradores mantuvieron a los rehenes quienes fueron rescatadados sanos y salvos.
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Cinco a juicio por secuestro
Rodolfo MARTÍN / Al Día
Cinco hombres de apellidos Barboza, Solano, Rojas, Pérez y Vargas comparecerán a juicio partir de hoy y hasta el viernes, acusados de delito de secuestro extorsivo en perjuicio de Gabriela Díaz Vindas, de 32 años, su hijo Luis Diego Escalante, de 4 años, su sobrino Bill Guillén, de 3 años, y la servidora doméstica Yorleni Cajuna, de 20.
Así lo informó el departamento de Información y Relaciones Públicas de la Corte Suprema de Justicia.
Los sospechosos Barboza, Solano y Rojas permanecen detenidos en la Unidad de Admisión de San José, donde cumplen con prisión preventiva. Pérez y Vargas, mientras tanto, están en libertad con medidas cautelares.
En la causa también aparecen otros cinco acusados, tres hombres y dos mujeres. Todos ellos, se acogieron a un juicio abreviado.
Los sujetos son de apellidos Aguilar, Arellano y Arias, a quienes se les fijó una pena de seis años y ocho meses de prisión. Los acusados debieron antes aceptar los cargos y admitir arrepentimiento.
Las mujeres, de apellidos Sánchez y Valverde, recibieron una pena de cuatro años.
El secuestro ocurrió el 7 de setiembre del año 2001, en horas de la mañana en Rohrmoser, en Pavas. Al parecer, las víctimas fueron interceptadas cuando se dirigían a un centro infantil.
Las capturas y liberación de los secuestrados se realizó el 18 de setiembre, en una cabaña en Birrí de Jesús de Santa Bárbara de Heredia.
En ese momento, el entonces Fiscal General de la República, Carlos Arias, advirtió sobre la presunción de que este grupo antes estuvo dedicado al robo de carros.
Los captores exigían un pago de $2 millones.
La idea del plagio fue de Pérez, por su cercanía con el empresario Bill Guillén Álvarez, padre de una de las víctimas, según la Unidad de Secuestros del Ministerio Público.
Éste le habría transmitido el plan a Barboza, Vargas y Villalobos, quien está en fuga.
Todos aceptaron, aunque creyeron necesitar más apoyo, por lo que Vargas buscó a Solano, Arias, Aguilar y González, quien murió el 18 de enero del 2002 en un accidente en Santa Ana.
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