Sábado 29 de noviembre, 2003. San José, Costa Rica.



Ayer a las 2 p.m., el ucraniano Bohdan Koziy era custodiado por el oficial Daniel Oviedo, de Seguridad Pública. Permanece en el hospital de Alajuela y el pronóstico es reservado. Rafael PACHECO / Al Día

Grave Bohdan Koziy

Polonia tiene dos meses para aportar prueba a favor de extradición

Erick CARVAJAL y Gilda GONZÁLEZ / Al Día
Colaboraron Mercedes AGÜERO y Carlos Láscarez

El ucraniano Bohdan Koziy, requerido por Polonia por supuestos crímenes de guerra contra judíos, se mantiene en estado de gravedad en el Hospital San Rafael de Alajuela.

“En estos momentos se encuentra con oxígeno y se le da un tratamiento para la presión alta, el pronóstico es reservado, está delicado”, dijo ayer Amalia Carvajal, subdirectora de ese centro médico.

Koziy, de 80 años, ingresó al hospital el miércoles, a las 3:22 p.m., con un cuadro de un accidente vascular cerebral (derrame).

Además:

  • Polonia no cederá
  • Barrio sorprendido
  • “Son crímenes que no cometí”
  • Recuerdo de supuesta crueldad
  • Bohdan Koziy

    La doctora añadió que por ese estado de salud es imposible que el extranjero haga cualquier tipo de viaje dentro o fuera del país.

    A pesar de su complicado estado de salud, Koziy fue notificado de la orden de detención, el jueves por la mañana, en su lecho de enfermo, por orden del Juzgado Penal de Alajuela.

    La Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS) siempre lo ha mantenido localizado en el país, según afirmó a Al Día una fuente confidencial de ese cuerpo de policía.

    “Se le tenía que notificar la orden de arresto independientemente de las condiciones en las que se encuentre. La esposa estaba con él. Se nos informó que a pesar de que no está consciente habría escuchado porque desde ese momento su condición se agravó”, reveló la fuente confidencial.

    El ministro de Seguridad Pública, Rogelio Ramos, indicó ayer que las próximas horas serán vitales para determinar si Koziy quedará con algún tipo de secuelas.

    Diferentes escenas de Koziy en Costa Rica

    Koziy se mantiene en el área de Medicina de Hombres, custodiada desde el jueves por un oficial de la Fuerza Pública que se mantiene en la puerta principal. Al fondo del largo y medio oscuro salón en una cama, con oxígeno, se encuentra el ucraniano.

    Su esposa, Yaroslava Koziy, permanece al lado del enfermo desde el momento en que lo llevó de emergencia desde su casa, ubicada a 400 metros del centro médico.

    Según Daniel Oviedo, efectivo de la Fuerza Pública que lo vigila, la esposa de Koziy le dijo que no hacía falta su presencia, que su esposo no se iba a escapar.

    En caso de ser dado de alta, deberá ir al centro penitenciario más cercano, por órdenes del juzgado.

    Koziy, quien siempre ha negado los cargos que se le atribuyen, fue solicitado en extradición en 1986 por la Unión Soviética. El proceso no fructifi

    có porque esa nación no se comprometió a no dictarle pena de muerte.

    Desde entonces, no es hasta ahora que el Gobierno de Polonia también también se interesó en juzgarlo por los hechos que le atribuyen.

    Según las pruebas acumuladas en la investigación, Koziy supuestamente asesinó, en 1943, a 15 judíos en la localidad de Lisets, en la región de Stanislawow, que hasta la guerra pertenecía a Polonia, ocupada entonces por Alemania.

    Durante este tiempo, el ucraniano vivió en Río Segundo de Alajuela y hace año y dos meses se cambió al centro de esta provincia.

    Sorpresivo

    La DIS nunca le ha perdido el rastro, pero reiniciaron la vigilancia hace un mes, después de la solicitud de Polonia.

    Hace dos semanas, Koziy, quien por problemas de salud no acostumbra salir de su vivienda, visitó junto con su esposa la oficina de pensionados que tiene del ICT en Migración y Extranjería para solicitar el carné de pensionado rentista, pero se topó con la sorpresa de que le comunicaron que no se lo podían entregar porque se le seguía un proceso de extradición.

    Las autoridades presumen que eso habría incidido en su desmejoría de salud.

    Polonia tiene, desde el jueves, dos meses de tiempo para entregar pruebas que apoyen la solicitud de extradición contra Koziy.

    En caso de que no las aporten, Koziy queda en libertad y no podría ser solicitado de nuevo por el mismo delito, explicó ayer un agente de la DIS.


    Polonia no cederá

    Adam Komorowski, consejero de la embajada de Polonia, dijo ayer, a título personal, que la fiscalía, en Polonia, seguirá con los trámites de extradición, de Bohdan Koziy aunque esté hospitalizado

    “Ella (Ewa Koj, la fiscal del Instituto de Memoria Nacional) va a insistir; además cuenta con un apoyo, muy grande, de la opinión pública”, dijo.

    En otras ocasiones, explicó Komorowski, con extradiciones similares, se enviaron equipos médicos para trasladar el paciente a Polonia e ingresarlo al hospital de una cárcel.

    Insistió, a título personal, que es muy importante para el pueblo polaco realizar la extradición.

    “Si Koziy es encontrado culpable irá a una cárcel para personas de su edad. Será algo simbólico para el pueblo polaco, que sufrió los crímenes militares”.

    Komorowski dijo que la embajada solo se encargó de llevar a la Cancillería de Costa Rica la solicitud de extradición.


    En esta casa, situada en los altos de una librería cristiana, 100 metros al este del Correo, en Alajuela, vive Bohdan Koziy junto a su esposa Yoroslava. Rafael PACHECO / Al Día

    Barrio sorprendido

    Griselda SANABRIA, corresponsal / Al Día

    Los residentes del barrio Plaza Acosta, en el centro de Alajuela, manifestaron sorpresa al saber que Bohdan Koziy era su vecino.

    Así reaccionaron varias personas que viven en los alrededores de la casa donde ha residido el ucraniano en el último año.

    “Él y su esposa forman una pareja muy amable, que se involucró en todas las actividades de la comunidad. Con nosotros participaron en procesiones y rosarios”, comentó una vecina que pidió reservar su nombre.

    Otros lugareños aseguran que Kozyi caminaba tranquilo por el barrio, iba a misa a la catedral y, a veces, se sentaba, como un alajuelense más, en las bancas del Parque Central.

    Muchos lo recuerdan como una persona afable, pero, curiosamente, ninguno conocía su nombre. “Hablaba poco, pero siempre tenía una sonrisa a flor de piel y a mí me decía a manera de saludo ‘Purra Vida’”, recordó uno de sus vecinos.

    Según comentó, hace algunos días vio su fotografía en una publicación sobre el caso Koziy, y quedó consternado al percatarse de que era su vecino.

    Agregó que eso lo entristeció y no quiso comentarlo ni con su esposa. El martes, cuando Kozic sufrió, al parecer, un derrame cerebral, pensó que, probablemente, tanta presión lo había afectado.


    “Son crímenes que no cometí”

    El ucraniano, acusado por el presunto asesinato de 15 judíos, en Polonia, en 1943, ha sostenido en el pasado que es inocente, una víctima más del nazismo y de las fuerzas de la ahora extinta Unión Soviética.

    “Si en 1944 hubiera sabido que el mundo iba a ser tan cruel, jamás hubiera dejado mi bella Ucrania. Me hubiera quedado, peleando y muriendo como mi padre, ahora envidio a mi padre”, afirmó en enero del presente año.

    “Nunca fui un refugiado, viajando de un país a otro como un gitano, he sido utilizado, abusado y enjuiciado por un crimen que nunca he cometido”, declaró a los tribunales en 1986, cuando la Unión Soviética pidió su extradición.

    Siempre alegó que la Unión Soviética fabricó las pruebas y los testimonios en su contra, con base en los cuales Estados Unidos, le canceló la ciudadanía en 1982.

    Cinco años más tarde, Costa Rica aprobó su extradición. La orden judicial no se ejecutó, porque el Ministerio de Relaciones Exteriores no quiso avalar la palabra del embajador soviético, Yuri Pavlov, de que Koziy no sería condenado a la pena de muerte.


    Recuerdo de supuesta crueldad

    Pese a que Bohdan Koziy, perseguido por Polonia por supuestos crímenes de guerra, ha negado reiteradamente esos cargos, el expediente que hay sobre su caso en el Ministerio de Seguridad recoge relatos de supuestos actos de crueldad que se le atribuyen al ucraniano hospitalizado hoy en Alajuela.

    Info: Expediente

    Al Día tiene copias de dos de los testimonios de los cuales presenta los siguientes extractos:

    Sin piedad

    El testigo Ilkovskiy Iosif Frankovich, nacido en 1928 en el pueblo de Lisets, testimonió en abril de 1986:

    “(...) Hasta seis policías ucranianos servían en esta policía. Entre ellos conozco a: Koziy Bohdan, Irodenko, Vitvitskiy y Bilanchuk (...).

    “En el verano de 1942 ó 1943 ... regresando de la escuela vi que en la calle se reunió mucha gente...Todo el mundo miraba al policía Koziy, quien, con el fusil en la mano derecha, se dirigía a la leñera. Alguien dijo ... que en la leñera se había escondido una niña hebrea de aproximadamente 12 años, hija de Rosinerm ... Koziy entró en la leñera donde (me parece...) disparó dos veces, después salió de la leñera y se dirigió hacia el edificio de la estación de policía (...)”.

    Ilkovskiy Iosif Frankovich, también testificó como Koziy, junto a otros policías, habría fusilado a la familia del panadero Bredgolts en el cementerio de Lisets:

    “Un día de primavera de 1943, ... yo, junto con otros muchachos, me encontraba cerca de la escuela y vimos que los policías Koziy, Irodenko y Vitvitskiy ... escoltaban a la familia Bredgolts, formada de 3 ó 4 personas: Bredgolts, su mujer y una o dos hijas (...)”.

    “El policía Koziy dijo a Bredgolts y a su mujer que se pusieran de rodillas y volvieran de cara hacia el cementerio... Recuerdo bien que Koziy, Irodenko y Vitvitskiy se pusieron detrás de ellos, levantaron los fusiles y mataron a quemarropa a la familia Bredgolts (...)”. “Al ver el fusilamiento, huimos del cementerio”.

    “Recuerdo que cuando los Bredgolts fueron escoltados al cementerio, Koziy se burlaba de ellos, les pegaba con el garrote contra las piernas, les mandaba que cayeran a tierra, se levantaren y volvieran a caer”.

    Odio a hebreos

    El testigo Anton Mijailovich Vatseba, ucraniano, nacido el 10 de octubre de 1926, relató sobre Koziy lo siguiente, el 18 de abril de 1986:

    “Bohdan se distinguió de otros policías por su crueldad. Siempre andaba armado de un fusil y una pistola, aparecía con un látigo o un garrote”.

    “Odiaba sobre todo a las personas de nacionalidad hebrea, las trataba con crueldad, y lo disfrutaba de una manera especial. La personas hebreas que lograba detener eran llevadas al “ghetto” de una ciudad, para luego ser llevadas a centros de fusilamiento. Siempre mostraba mucha ingeniosidad para hallarlas y masacrarlas”.

    Para finales del verano de 1943, ví personalmente a Koziy matar a una niña hebrea de tres años.

    “La llevó a la estación de policía, en ese momento no tuve dudas de que la mataría. Lo vi salir de la estación con la niña, la arrastraba de su cabellos y la niña iba con su cabeza descubierta. Llegaron a un sector solitario (...) ella le dijo algo en polaco, que no entendí. Koziy se alejó unos pasos de la niña y la mató con dos tiros de pistola”.

    Un hebreo de nombre Bernard, también fue víctima de Koziy, quien se escondía en la casa de un polaco.

    “Vi cuando se llevaron a la familia del hombre en un camión, Koziy dirigía la operación. En ese instante, Bernard hechó a correr, tras recorrer cerca de 10 metros, fue muerto de dos tiros de pistola”.

    También para el período de la ocupación fascista alemana, alguien informó a la policía sobre una niña que se encontraba en una leñera.

    “En mi presencia Koziy entró a esa leñera con una carabina en sus manos, luego se oyeron uno o dos disparos. Acto seguido Koziy salió de la leñera. No sé quién recogió el cadáver de la niña asesinada, ni dónde la enterraron”, concluye el testimonio.

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