Los ganadores y perdedores de Miami
Andrés Oppenheimer / Corresponsal extranjero
Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA): algunos países ganaron más que otros, y varios salieron como francos perdedores.
La “Declaración de Miami”, firmada el jueves de la semana pasada por los ministros de los 34 países participantes, fue un acuerdo marco que permitirá a los países miembros participar, con la velocidad y el alcance que cada uno de ellos desee, en las negociaciones comerciales que debieran culminar el 1de enero del 2005.
En lugar de aspirar al “ALCA ambicioso” que tenían en mente los presidentes de la región, cuando lanzaron la idea en la Cumbre de Las Américas de Miami, en 1994, los ministros reunidos en esta ciudad, la semana pasada, acordaron un ALCA de dos carriles.
Según el nuevo esquema, países como Brasil y Argentina, que no están muy convencidos de los beneficios que puedan sacar de la actual oferta comercial de Washington, podrán negociar un acuerdo en un carril más lento y de alcances limitados con Estados Unidos. Y países más entusiastas, como Colombia y Perú, podrán firmar un tratado más ambicioso y en un carril más acelerado.
El consenso de Miami se logró porque ni Estados Unidos ni Brasil –los dos principales rivales en las negociaciones– podían permitirse otro fracaso tras el colapso de las conversaciones recientes en Seattle, Cancún y Puerto España. Ambos estaban bajo fuertes presiones internas de convertir la reunión de Miami en un éxito.
Si la reunión de Miami hubiera sido una competencia olímpica, los resultados habrían sido los siguientes:
* Medalla de oro: Los cuatro países andinos –Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia– que, además de participar en el acuerdo general del ALCA, firmaron otro, la semana pasada, con el gobierno de Bush para iniciar negociaciones bilaterales de libre comercio a comienzos del próximo año.
Estados Unidos anunció que las primeras negociaciones serán con Colombia y Perú. Estos países saldrán ganando, pues podrán usar su cercanía al gobierno de Bush para obtener ventajas adicionales que difícilmente podrían haber logrado en el marco de negociaciones hemisféricas.
* Medalla de plata: Panamá y República Dominicana, que también firmaron acuerdos bilaterales para iniciar negociaciones de libre comercio con Estados Unidos. Aunque tendrán menos peso político que Colombia, podrán ponerse a la par de cinco países de América Central que ya están negociando un tratado de libre comercio con Washington.
* Medalla de bronce: Estados Unidos. Aunque los negociadores norteamericanos tuvieron que aceptar un proyecto “ALCA light” para lograr un consenso con Brasil, que se oponía al “ALCA ambicioso” propuesto por Estados Unidos, el gobierno del presidente Bush logró reflotar el proceso del ALCA, que parecía condenado al fracaso en los últimos meses.
* Premio de consolación: Brasil. Su ambicioso plan de convertirse en el líder de un bloque compacto de América del Sur, que negocie con Washington desde una posición de mayor fuerza, se ha visto desbaratado por la decisión de los países andinos de negociar bilateralmente tratados de libre comercio con Estados Unidos.
Brasil se está retractando, cada vez más, de su postura “anti-libre comercio”. En lo que va del último año y medio, el presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva ha pasado de denunciar el ALCA como un mecanismo de “anexión” de América Latina a Estados Unidos, a pedir una postergación hasta el año 2007 y a aceptar en Miami un acuerdo básico para tratar de cumplir la meta del 2005.
Sin embargo, Brasil –por primera vez en muchos meses– salió de una reunión de comercio sin ser visto como el malo de la película, y logró que Estados Unidos aceptara su proyecto de un “ALCA light” como punto inicial de las negociaciones.
En el rincón de los perdedores podríamos poner a Canadá, México y Chile, que ya tienen acuerdos de libre comercio con Estados Unidos.
Ahora tendrán una mayor competencia de países como Brasil, que, bajo el nuevo esquema de las negociaciones, obtendrán ventajas comerciales sin haber tenido que hacer los grandes sacrificios de México –como aceptar importaciones masivas de alimentos de Estados Unidos– para firmar su tratado de libre comercio con Washington.
Y el mayor perdedor de todos fue Venezuela, que fracasó en su intento de torpedear el consenso de Miami, y además fue el único país andino que quedó fuera del acuerdo subregional para iniciar negociaciones comerciales con Estados Unidos.
En suma, todo parece indicar que alguna versión del ALCA se firmará el año próximo. Pero, después del acuerdo de Miami, lo más probable es que será un club en que algunos países serán miembros preferenciales, y otros solo podrán participar en contadas actividades.
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