Domingo 30 de noviembre, 2003. San José, Costa Rica.



Tomás Borge Martínez, único sobreviviente de los fundadores del Frente Sandinista, tiene imágenes religiosas en su despacho del hotel Plaza Azul, en Managua, y figuras y recuerdos de políticos como Fidel Castro. Fotos José MELÉNDEZ / Al Día

“Caímos en la arrogancia”

“Cometimos errores”, admite Tomás Borge

José MELÉNDEZ, enviado / Al Día

Managua - A sus 73 años, la imagen de Tomás Borge Martínez contrasta con la del implacable guerrillero sandinista que, en las décadas de 1960 y 1970, organizó asaltos contra objetivos políticos y militares de la dictadura somocista y, esposado y encapuchado, soportó torturas, a pan y agua, en mazmorras de Nicaragua.

Aquel “Comandante” que con uniforme verde olivo, ametralladora al hombro y pistola al cinto parecía invencible cuando llegó victorioso el 20 de julio de 1979 al Palacio Nacional de Managua, para festejar el derrocamiento de la dinastía, ahora sufre por el autismo de su hijo Sebastián, de 5 años, gemelo con Juan y hermano de Camila, de 12.

Borge, padre de otros ocho hijos de uniones en Honduras y Nicaragua, dice que con sus ingresos como diputado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), apenas le alcanzan para satisfacer las necesidades financieras de su esposa, Marcela Pérez Silva, en el combate a la enfermedad del pequeño, y atender otros requerimientos.

“No soy millonario”, recalca este hombre que cayó preso en 1976 y fue considerado como el preso político más torturado de América Latina.

Borge salió de prisión en agosto de 1978, luego de que el comandante Edén Pastora ocupara el Palacio Nacional y tomara como rehenes a políticos somocistas para canjearlos a cambio de la libertad de Borge y decenas de otros prisioneros políticos.

El siguiente es un extracto de la entrevista con Al Día la tarde del pasado 10 de noviembre, a las 5:30, en sus oficinas del hotel Plaza Azul, ubicado en el barrio Bellohorizonte, de Managua, y que es de su propiedad:

El hotel Plaza Azul, en el barrio Bellohorizonte, de Managua, es propiedad del comandante sandinista Tomás Borge.

-- De 1979 al 2003 han ocurrido grandes sucesos en la vida política de Nicaragua. ¿Qué cambios trajo la Revolución Sandinista?

-- Entre la Nicaragua de aquel momento y la de hoy hay un mundo de distancia. Llegamos al poder e hicimos grandes avances de carácter social, nos liberamos de la dependencia extranjera. Creamos una estatura de dignidad nacional que era desconocida. Después cometimos errores.

-- ¿Cómo cuáles?

-- El poder producto de la lucha armada, cuando los dirigentes somos jóvenes, embriaga, y nosotros no fuimos extraños a esta circunstancia.

Caímos en errores en la distribución de la tierra, en confiscaciones incorrectas, injustas. A veces hubo represalias, detenciones ilegales y con frecuencia injustas. Hubo maltrato a los prisioneros.

“Caímos en el pecado de la arrogancia y llegamos a creer que nunca nos equivocábamos, que nadie tenía la razón, que solo nosotros teníamos la razón”.

-- ¿Qué abusos se cometieron tras la pérdida electoral?

-- Se desconcertó mucho el Frente. Algunos, más heroicos que otros, combatieron sin esperar nada a cambio. Pero otros sí recibieron beneficios porque fueron ministros, embajadores.

-- ¿Fue la aparente falta de humildad de los dirigentes del Frente uno de sus principales errores?.

-- Hubo una real falta de humildad, no en apariencia, sino la real falta de humildad de los dirigentes, arrogancia en que caímos. Soy muy duro con nosotros mismos.

-- ¿Ostentación?

-- Tal vez, no sé.

-- ¿Opulencia?

-- Cuando éramos funcionarios, podríamos decir que ....bueno tampoco. Es exagerado decir eso.

Hubo ciertamente un nivel de vida superior al común de los ciudadanos de Nicaragua, pero tampoco se puede hablar de opulencia.

-- En su libro “La Revolución Perdida”, el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal habla de millonarios, de corrupción, de enriquecimiento de comandantes del FSLN.

-- No he leído el libro. Ernesto es una persona extraña. Alguna vez dije que ‘hay que amar y respetar a Ernesto, como si se hubiera muerto’.

Siempre fui, no diría amigo, sino muy abierto al cariño hacia Ernesto y aún ahora lo sigo queriendo y respetando a pesar de lo que dice. Ernesto es una persona extraña, habla pésimo de Daniel Ortega, creo que también de mí habla mal. Tiene resentimiento profundo porque según él, Rosario Murillo (esposa de Daniel Ortega) entorpeció su labor como Ministro de Cultura.

-- ¿No es millonario Tomás Borge, como dice el libro de Cardenal?

-- Pobrecito él. Bueno no sólo él, hay mucha gente que cree que yo tengo mucho dinero.

Yo soy dueño de este hotel Plaza Azul. No soy millonario, ni nada parecido, aunque por acá algunos dicen: "Ah, esos moteles son de Tomás Borge, ah, esa tienda es de Tomás Borge".

Pero no, no soy millonario.

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