Domingo 30 de noviembre, 2003. San José, Costa Rica.



Entre sorbos de café, el comandante sandinista Bayardo Arce negaba, en su oficina en Managua, que sea un millonario y alegaba que vive de sus ahorros. Fotos José MELÉNDEZ / Al Día

El hombre de los reales

“Estoy creando fuentes para sobrevivir”, dice Bayardo Arce

José MELÉNDEZ, enviado / Al Día

Managua - Bayardo Arce Castaño sonríe cuando escucha que se le pregunta si es cierto que se convirtió en uno de los empresarios más fuertes en la producción arrocera de Nicaragua.

“El que está metido en ese negocio es mi cuñado, Amílcar Ibarra”, responde este comandante del Frente Sandinista de Liberación Nacional, de 54 años, periodista, casado varias veces y padre de seis hijos.

Arce está casado actualmente con Amelia Ibarra, hija de Amílcar Ibarra Rojas, quien fue ministro de Salud en uno de los gobiernos de la familia Somoza.

Además:

  • Del sandinismo...al capitalismo
  • Detalles de la repartición
  • “Por ese nexo familiar, dicen que yo soy rico”, aduce. “Bromeando, ya le dije a Amílcar que me dé algo de las ganancias del negocio”, agrega.

    Siempre en broma, se pregunta: ¿Te imáginás yo siendo socio de las familias Belli, Palacios, Chamorro, Ibarra y de dos empresas transnacionales? Ahora hasta algunos dicen que el BAC (Banco de América Central) quiere decir Bayardo Arce Castaño. ¡Que no lo oigan los Pellas (*), que son los dueños de ese banco!”.

    El comandante recibió a Al Día la mañana del pasado 14 de noviembre a las 10:00, en sus oficinas del barrio Bolonia, de esta ciudad. El siguiente es un extracto de la entrevista:

    -- ¿Cuál fue el principal error de la Revolución Sandinista?

    -- El error fundamental fue que teniendo claro que una revolución es fuente de derecho, no le dimos la conformación jurídico-institucional y vinieron problemas de distribución de riqueza. Entregamos tierra a los campesinos y no nos apuráramos en la titulación y registro.

    --El poeta Ernesto Cardenal dice en su libro “La Revolución Perdida” que usted es millonario. ¿Es cierto?

    -- Ernesto se ha alejado mucho de nuestra realidad, pero es un hombre inmerso en problemas de propiedades. Él mismo tiene esos problemas de propiedades, ahora tiene un pleito con la viuda de un héroe nuestro, por un hotel que se construyó en la isla de Solentiname (Lago de Nicaragua), porque la viuda, la madre de los hijos del compañero, tiene en administración esta propiedad, y pues, él reclama esta propiedad para él.

    Eso es un ejemplo del problema. Pero a mí no se me ocurre decir que él sea millonario, ni que haga una labor mercantil de su obra, ni nada por el estilo.

    --Pero Cardenal es muy severo con el Frente Sandinista. Dice que su cúpula se alejó del compromiso con los pobres y que los comandantes ahora son hacendados... grandes empresarios. ¿Es usted ahora un empresario?

    -- Pues hombre, ahora que estoy ubicado en la realidad de los ahorros que voy haciendo de mi trabajo, he ido haciendo pequeñas inversiones, porque yo estoy claro de que mi profesión es la tuya: yo soy periodista y antes de entregarle la vida a la Revolución Sandinista, me desempeñaba en el periodismo e intenté hacer algo de empresario. Posteriormente, con mis ahorros, voy buscando hacer algunas inversiones, porque no voy a estar toda la vida en la política. Estoy creando fuentes de sobrevivencia para mí y mis hijos.

    --¿En qué sectores ha invertido?

    --En lo que sale. Acordate que en este país hay que andar a la “caza y la pesca”, que estamos en una economía neoliberal donde tenés que estar viendo cuáles sectores se comen a los otros. Hay que andarse moviendo para no perder tus pocos pollos.

    En caso del Frente, recibíamos ayuda de partidos amigos (China Comunista, Unión Soviética) que nos donaban equipos o bienes de consumo. Cuando perdimos las elecciones, agarramos todo lo que no habíamos entregado al Estado y organizamos un patrimonio y lo tratamos de hacer funcionar en una gestión empresarial. A mí me tocó supervisar eso.

    Para decirlo en términos nicaragüenses, yo era el hombre de los reales del partido. Y de ahí empezaron a decir que yo era el que tenía los reales, que yo era el que manejaba el partido. Talvez de ahí proviene esa percepción errónea que pueda tener Ernesto de que soy millonario.

    Hay cantidades de empresitas en las que invertíamos para tener una fuente permanente (de ingresos), pero muchas de ellas fracasaron en el neoliberalismo. No lograron enfrentarse a los grandes monstruos económicos y hemos tenido que vender algunas inversiones. Pero desde 1998, ya nada tengo que ver con eso.

    --¿Aprendió a ser empresario?

    --Dicho sea de paso, (esa época) me sirvió para enfrentar ese mundo salvaje de los negocios. Cuando me encargaron eso, yo recurrí a un buen sandinista que era Joaquín Cuadra Chamorro, que había sido abogado de los Pellas y murió siendo sandinista. Y le dije que nos ayudara a ver qué hacíamos con los recursos, con el inventario.

    Él me dijo que me iba a dar la primera lección: ‘No se le olvide que aunque usted viene de la guerra y la guerrilla, es la primera vez que se va a meter en este negocio y nunca olvide que ‘bussines is war’ (negocios es guerra). Empiece a pensar así: cada centavo que vaya meter del partido, porque además no son sus reales, son los de todos nosotros. Y eso es así, pero bueno…..

    -- En 1998 usted deja la conducción de los negocios del Frente. ¿Se dedica a los suyos?

    -- No. Bueno, yo me he dedicado fundamentalmente a la política y soy diputado desde 1997. Esta actividad no me permite dedicarme a los negocios. Entonces, cojo mi dinero, lo que gano, hago un plan de ahorro y voy guardando y cuando ya tengo cierta plata, busco a donde irla metiendo, así es la vida de uno.

    (*) La familia Pellas es considerada como poseedora de uno de los capitales más fuertes de Nicaragua.


    CONVERSIÓN Los sandinistas ahora son capitalistas, dice Alejandro Terán, presidente interino del COSEP.

    Del sandinismo...al capitalismo

    Managua - Durante los 11 años de Revolución (1979-1990), la empresa privada de Nicaragua vivió en un constante choque con los comandantes sandinistas por cuestiones ideológicos: capitalismo versus socialismo.

    Pero las cosas han cambiado. Los exguerrilleros están involucrados en diversos negocios y su apariencia hoy es más cercana a la de ejecutivos que a la de rebeldes anticapitalistas.

    “Una de las pocas ventajas, para ver el lado positivo de lo malo, es que al ser la cúpula del Frente Sandinista grandes empresarios del sistema financiero, industrial, del desarrollo urbano, industria agropecuaria, se están volviendo capitalistas” , afirma Alejandro Terán, presidente interino del Consejo Superior de la Empresa Privada de Nicaragua (COSEP).

    Los sandinistas “no toman medidas legislativas en perjuicio del sector privado, pues ellos son parte real del sector privado”, explica, en una entrevista con Al Día concedida el pasado 13 de noviembre en su despacho del kilómetro 16 de la carretera a Masaya.

    Terán señala que “los bienes piñateados--obtenidos por sectores sandinistas mediante “La Piñata”--“tienen una incidencia bastante grande en la economía, muchos de ellos legítimamente constituidos y otros como ‘piñateados’”. “Hay inversiones desde el agro hasta la industria, y son de las más sofisticadas del país. Muchas se saben de que son de parte de bloques sandinistas y otras son a través de testaferros”, subraya.

    “El sandinismo”, insiste, “es una realidad a nivel del sector privado y son un gran porcentaje de la actividad. Pero la sicosis sobre el empresariado sandinista se ha diluido”.


    Detalles de la repartición

    Luego de la derrota electoral de 1990, la cúpula sandinista emitió tres leyes--85, 86 y 88--durante el periodo de transición entre el proceso revolucionario y el asceso al poder de doña Violeta Barrios de Chamorro.

    La ley 85 acogió a los que vivían, ocupaban o eran inquilinos de casas. “El espíritu de esa ley era favorecer a familias de menos ingresos, pero también favorecieron a los cuadros ejecutivos del sandinismo para comprar (casas) a precios irrisorios”, explica Arturo Elí Tablada, Intendente de la Propiedad del ministerio nicaragüense de Finanzas y Crédito Público.

    Con esa ley, se dispuso que toda vivienda menor a 100 metros cuadrados era gratis. Las que sobrepasaban esa extensión, podían ser compradas a plazo, con hipoteca. “Pero el gobierno no ha podido cobrar.

    El Estado no ha cobrado pero si ha pagado mediante la indemnización (a los confiscados)”, señala Tablada.

    La ley 86 permitió la transferencia de lotes de hasta 1.000 varas cuadradas. “Se abusó con transferencia de lotes de hasta tres manzanas y fueron vendidas a precios simbólicos, ridículos”, recalca.

    En aquellos años, el córdoba, la moneda local, sufría una fuerte depreciación frente al dólar y hubo propiedades que, por ejemplo, fueron vendidos en algunas decenas de millones de córdobas, pero que en realidad apenas equivalían a cinco o seis mil dólares, añade.

    La ley 88 permitió consolidar la propiedad agraria. “Allí se dieron los abusos más grandes, con una enorme especulación con la propiedad inmueble.

    El sandinismo confiscó propiedades y perdió el control e información registral”, indica.

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