|
Hora de decisiones
Eduardo Castro
El lunes se aclararon los nublados del día. El Gobierno dio cuenta de las intenciones que tienen los Estados Unidos respecto a la apertura de las telecomunicaciones.
Washington desea que el ICE, al que buena falta le hace, tenga competencia en Internet, telefonía celular y redes globales de comunicación (telefonía para grandes corporaciones multinacionales como Intel).
Lo mejor que nos puede pasar a los costarricenses es que esa apertura se dé y, así, dejar de pasar la vergüenza de que el ICE tenga que recurrir a Radiográfica, para con un equipo obsoleto, y que se tenía abandonado, se pueda brindar servicio a empresas de gran envergadura que necesitan un acceso más eficiente a la Internet.
Por supuesto, al aclararse el panorama, salieron dinosaurios que, aunque se sienten revolucionarios, por lo que propugnan es por mantener el statu quo de quienes se creen ser dueños de las instituciones de todos los ticos, y, para su castigo, son llamados “patrones crueles” por sus propios empleados.
La competencia –probadísimo está– beneficia a todos: empleados de empresas e instituciones, usuarios y consumidores.
El mejor ejemplo de lo anterior se vio prístinamente en lo que sucedió con la ruptura del monopolio de la banca en manos del Estado. Hoy, los bancos gubernamentales funcionan con mayor eficiencia y con pingües ganancias. Nadie se queja de que la desaparición de ese monopolio le haya impedido tener acceso al crédito, ¡claro!, siempre que llene los requisitos exigidos.
Por eso, cuando un envalentonado dirigente sindical anunció, el mismo lunes, que rompía con el presidente Abel Pacheco y el asunto “se arreglaría en la calle”, lo que merece es que el pueblo costarricense, que ya no comulga con ruedas de carreta, como decían nuestros abuelos y tatarabuelos, le calle la boca.
Llegó el momento de que el país ponga a gente de ese pensamiento en su debido lugar: en el de opositores al progreso y, por ende, a que la población obtenga mejores servicios y beneficios de la alta tecnología.
Desde el lunes, comenzó el tiempo de las decisiones vitales y de decirles a los dinosaurios que las calles no son solo suyas, sino de todos los costarricenses, y que de ellas deben ser corridos los trogloditas.
|
