Sábado 13 de septiembre, 2003. San José, Costa Rica.

Manual de conducir

Antonio Alfaro

Si usted, como yo, se tardó un poco en aprender a conducir, échele mano a aquello de que “nunca es tarde cuando la ‘pista’ es buena” y meta primera.

Yo, aunque declarado inexperto, me permito el atrevimiento de algunos consejos, una especie de manual personal del “aprendiz de conductor”.

1. Deje para unos meses después eso de quedarse viendo a la muchacha guapa o al galán que pasa por la acera. Mucho menos se le ocurra un piropo, que antes de terminarlo estará en el “bumper” del auto de adelante.

2. Acostúmbrese a los pitazos y hasta madrazos para el momento en que se le apaga el auto, justo al arrancar, cuando detrás hay una fila de carros que quisieran pasarle por encima.

No pretenda que la persona de atrás recuerde cuando a él también se le apagaba. Mejor reciba una sesión de terapia con algún árbitro del fútbol nacional ¿Quién más “madreado” que él?

3. Saque su licencia provisional (hay quienes desconocen tal posibilidad), que le permite practicar de aquí para allá sin temor a los oficiales de Tránsito, siempre que vaya en compañía de otro conductor con licencia. Sí, ya sé: se corre el riesgo de sentirse con la etiqueta de “niño acompañado por un adulto”.

4. Aunque en el kínder uno aprende a distinguir entre el rojo, el amarillo y el verde, a más de uno se le olvida cuando está debajo del semáforo. Así que no se fíe. El peatón parado en la esquina puede ser de ésos al estilo Hollywood, que esquivan un carro y otro en media avenida sin despeinarse.

Hay otros (si no me cree, deténgase un par de minutos en la esquina sureste del Banco de Costa Rica, en plena Avenida Central de San José) que parecen tener garantía de protección de la mísmisima Virgen de Los Ángeles: cruzan con el semáforo en verde, tan despacio como pueden y sin inmutarse por el pitazo ni la trompa del automóvil, ya casi encima.

Tampoco se sabe si el conductor del auto que viene por la avenida, se brincó el kínder. Brincarse el semáforo, entonces, sería lo de menos. Usted no se fíe.

5. Cuando se vaya a un hueco y todo se le afloje, desde los compensadores hasta sus costillas, échele la culpa al gobierno y conduzca con más cuidado hasta que mejore el cálculo u otro ministro de Transportes decida hacer campaña política, como sucedió al final del último proceso electoral. Algunas calles hasta brillaban como zapatos de charol.

6. Por último, si algún día nos vemos en carretera, por favor hágase a un lado.

| PORTADA | NACIONALES | SUCESOS | OPINIÓN | SOCIEDAD | OVACION | EL NORTE |
| INTERNACIONALES | SERVICIOS | USTED OPINA | PURA VIDA | ESCRIBANOS |

© 2003. Periódico Al Día. El contenido de aldia.co.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr

EDICIONES ANTERIORES