Fortalecer independencia
Marcela Dumani
En 182 años de Independencia, Costa Rica como nación ha logrado avanzar por un camino que la ha llevado, orgullosamente, a ocupar uno de los mejores lugares en educación y salud en América Latina.
Aunque no todo ha sido perfecto, nuestro pueblo y algunos gobernantes preclaros han hecho manifiesto un anhelo de desarrollo humano que ha situado a la persona por encima de deseos egoístas y violentos de poder, lo que no ha ocurrido en muchísimos otros países.
La independencia no solamente significa no “pertenecer” a un país en un acto que se escribe en tinta y papel. Significa también que un pueblo se identifique como tal, desarrolle y mantenga las costumbres y tradiciones que desea, muestre al resto del mundo su propia cultura con todo orgullo, cuide y proteja su ambiente.
En fin, independencia también significa que un pueblo y los gobernantes elegidos por ese pueblo amen a su país, lo defiendan, lo cuiden, lo protejan de desastres y crisis y que velen por el mantenimiento y la mejoría de la calidad de vida de la población. Y esto cobra aún más relevancia en tiempos de globalización.
Es por ello que los esfuerzos por mantener y reforzar nuestra cultura alimentaria tienen un valor incalculable. Las labores de rescate, investigación y creación que han desarrollado personas como Marjorie Ross, Isabel Campabadal, Elena Pardo (comida limonense), Ángela Ulibarri y los señores Guillermo y Luis Efrén García (comida Guanacasteca), entre otros, organizaciones como la Asociación Nacional de Chefs, las Damas Leonas, los Clubes 4-S, e instituciones como el Ministerio de Cultura y las Universidades Estatales, han sido vitales para que los costarricenses retornáramos a la valoración y el disfrute de nuestras comidas.
Este pedacito de tierra, riquísimo en diversidad biológica y cultural, tiene mucho que mostrarle al mundo.
Sin embargo, me preocupa especialmente la situación del agro en el país. En estos momentos estamos importando el 36% del arroz, el 71% de los frijoles, el 75% del maíz blanco, el 100% del trigo y el 100% del maíz amarillo que consumimos los costarricenses. Y del presupuesto nacional, solamente el 0,63% está destinado al sector agrícola.
Vale la pena que reflexionemos y como pueblo tomemos acciones para desarrollar y apoyar a este sector que ha sido un pilar de nuestra democracia.
Nutricionista
mdumani@racsa.co.cr
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