Lunes 15 de septiembre, 2003. San José, Costa Rica.

Negociaciones enclenques

José Luis Vega Carballo

Una negociación enclenque es un esfuerzo circunstancial que hacen varias partes en conflicto para zanjar sus diferencias, y que no permite llegar a acuerdos duraderos, razonables y equilibrados.

Al final, el esfuerzo se frustra y diluye dejando a las partes insatisfechas, con el agravante de que comúnmente se vuelve al conflicto, inflado por el fracaso del intento de resolución.

En los últimos meses hemos presenciado muchas negociaciones insostenibles, en las que los acuerdos fueron tomados apresuradamente y bajo grandes presiones, pendieron de hilos muy frágiles y, poco a poco, se fueron desmoronando ante los incumplimientos de quienes los firmaron, quizás a la ligera, para salir del paso, incluyendo el propio gobierno.

Así, vemos frecuentemente que los términos de los acuerdos no fueron claros y provocaron interpretaciones contrarias. Otras veces, se dejó por fuera del proceso negociador a actores claves, que luego objetaron los acuerdos tomados, como sucedió en el caso del Banco Central, una vez que el gobierno y los sindicatos del ICE llegaron a un acuerdo, tras una prolongada huelga.

En otras ocasiones, quedaron sin tratar puntos fundamentales o problemas cruciales, que ocasionaron el retorno al conflicto.

También ocurre que alguna de las partes logra “orbitar” la disputa lanzándola de un lado a otro sin resolverla, como en el caso de los maestros, cuando el asunto, inicialmente en manos del Poder Ejecutivo, fue desplazado hacia la Asamblea Legislativa, donde aún se discuten los términos de una posible ley que lo resuelva.

Pero lo más frecuente es que las partes, o alguna de ellas, firmen sin intención de cumplir el acuerdo, solo para ganar tiempo o quitarse una brasa de encima, lo que puede ser una táctica dilatoria que acarrea nuevas tormentas.

Esto ha sucedido por muchos años en el caso de los conflictos en Limón, y bien podría repetirse con la piñata de acuerdos, muchos inviables, logrados hace pocos días entre Casa Presidencial y grupos de presión de esa provincia.

Ante este panorama de negociaciones enclenques, vale la pena volver al tema de por qué fracasan los actores en llegar a acuerdos sostenibles y satisfactorios, haciendo que los conflictos sigan adelante y se agudicen, y agregando más perturbación en la difícil situación que atravesamos de desintegración o gran desacuerdo nacional.

La razón principal es que las partes no saben negociar. Lo hacen bajo presión o chantajes mutuos, sin apego a sanos principios, utilizando métodos primitivos de “toma y daca”, o de partir diferencias por la mitad, lo cual las deja insatisfechas.

A veces usan el “ojo por ojo, diente por diente” para agredirse más. También manejan cartas o factores por debajo de la mesa, con actitudes poco transparentes de amenazas, en un afán por dejar a la otra parte vencida y debilitada.

Por este camino, la democracia no va a resolver los problemas más urgentes y graves del país. Seguiremos teniendo la imagen de un régimen poco eficiente y nada transparente, que va acumulando esos problemas sin solución, provocando estallidos o confrontaciones cada vez mayores, que tampoco los actores saben manejar.

Éste es un círculo vicioso que hunde a la nave nacional, precisamente cuando más se requiere un rumbo fijo, claro y definido.

DIAGRAMACIÓN: Ilustrar con el dibujo de una persona tirando fuertemente del extremo de un mecate y, en frente, otra haciendo lo mismo, pero en sentido contrario. La mitad del mecate debe aparecer a punto de romperse, debido a la fuerza que hacen ambas personas.

NO PUBLICAR ABSOLUTAMENTE NINGUNA FOTO, PUES NADA NI NADIE DEBEN SER IDENTIFICABLES, YA QUE HABRÍA PROBLEMAS LEGALES.

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